“Volvemos contentos a Venezuela porque el régimen de Maduro cavó su tumba”

“Volvemos a Venezuela tristes porque no pudo pasar la ayuda humanitaria, pero contentos porque el régimen (de Maduro) cavó su tumba. Todo el mundo vio cómo quemaban los camiones con medicinas y alimentos”, le cuenta a este diario Yennifer Calixto, una de tantas voluntarias que viajó a Colombia atendiendo a la llamada de Juan Guaidó para colaborar en la entrega de las donaciones.

Recuerda que se subió, con otros compatriotas, a uno de los tres únicos camiones que logró llegar a suelo venezolano. La felicidad duró poco porque, al poco de llegar, recibieron un aluvión de de bombas lacrimógenas y debieron bajarse corriendo para volver a Colombia.

“Pensé que el domingo iba a amanecer celebrando que no teníamos a este Gobierno más. Pero con la cabeza fría, creo que ayer (por el sábado) se logró mucho”, señala otra mujer, que prefiere ocultar su nombre por miedo a represalias en su San Antonio natal, la ciudad fronteriza donde desemboca el puente Simón Bolívar, y que este sábado sufrió el cerco de los colectivos chavistas. “Quemar los dos camiones fue más vergüenza para el Gobierno de Maduro que para las personas que luchábamos para que entraran. Perdieron ellos, quedaron en el foco del mundo. Hoy me levanto y digo, aún estamos en la lucha”.

Impotencia, rabia y tristeza

Para otra venezolana, integrante del grupo Damas de Blanco, que asisten en la medida de sus posibilidades a sus compatriotas emigrantes, “la palabra clave no es decepción, es impotencia, rabia, tristeza, de que no se logró que pasara la ayuda, viendo que tantas personas la necesitan. Pero continúo con la fe intacta (en el cambio). Para nosotras la decepción será si Guaidó deja de luchar y no lo ha hecho”.

Entre los que habían viajado a Colombia sólo para colaborar con Guaidó y debían volver este domingo para trabajar mañana lunes, muchos llevaban grandes paquetes de papel higiénico, así como otros productos de primera necesidad. “Nos toca porque allá no hay”, decía una señora. También expresaban su preocupación por si los colectivos que apoyan al régimen chavista y las autoridades adivinaban que habían secundado a Juan Guaidó y tomaban represalias.

“Uno en Venezuela se muere del miedo si ve policía o Guardia Nacional y le piden papeles”, explica un chico que prefiere conservar el anonimato.

Los que no pueden esperar unos días, tienen que marcharse por alguno de los caminos clandestinos, puesto que la frontera está cerrada en Cúcuta.

Si bien la capital del Norte de Santander, escenario de un nuevo capítulo en la lucha política y ciudadana por recobrar la democracia en Venezuela, se despertó tranquila este domingo, recuperando la normalidad, no abrirá sus puestos fronterizos hasta el martes. Necesitan restaurar los daños causados por los enfrentamientos entre los chavistas y quienes intentaban abrir un corredor humanitario.

Cerco diplomático

El presidente colombiano, Iván Duque, que ha hecho de la restauración del orden constitucional en el país vecino una de sus banderas de Gobierno, visitó las instalaciones migratorias de los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, antes de abandonar la ciudad, para comprobar el estado en el que habían quedado.

“Ayer tomamos una decisión clara, yo pedí que los voluntarios no siguieran arriesgando más su vida ante estos actos de barbarie y devolvieran los camiones. Llegaron a nuestro punto de acopio para descargarlos”, manifestó el mandatario colombiano ante una nube de periodistas. “Estaremos a la espera de las decisiones que tomemos la comunidad internacional para garantizar el ingreso de la ayuda humanitaria”.

Una vez más desde hace días, prefirió no responder a la pregunta de si permitiría la entrada de militares norteamericanos a suelo colombiano. Su salida fue reiterar que ante los violentos acontecimientos del sábado, la “dictadura selló su derrota diplomática. Quemar alimentos, medicamentos, es terrorismo de Estado (…) Hoy ante el mundo queda claro que el cerco diplomático hay que arreciarlo”.

Duque confía, dijo, en que el goteo de deserciones de policías y militares venezolanos, genere “un efecto dominó” que genere la salida de militares de alto rango y termine por derribar a Nicolás Maduro, al que sólo las Fuerzas Militares sostienen.

con información de el mundo

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