México, el año de resurgimiento en el top del deporte

México utilizó el 2021 para retornar a la alcurnia del deporte que se vio paralizada en 2020 por la pandemia. El año que está cerrando deja lecciones en cuanto a organización y administración, pero también deja un grato sabor de boca en cuanto a confirmar al país como una sede de confianza para grandes eventos deportivos internacionales.

“Al traer eventos internacionales de gran magnitud se fomenta el ingreso de turistas, aumento de divisas de los países, uso de hoteles, taxis, restaurantes y esto ayuda a que la gente tenga ingresos, a que se reactive la economía en los estados, a que las cámaras de comercio vean que se están reactivando los negocios y esto es parte de la tarea de los que somos promotores del deporte, traer este tipo de eventos para que ingrese dinero al país y todos podamos ejercer nuestros trabajos como debe ser”, menciona a El Economista, Gustavo Santoscoy, quien pudo traer a Guadalajara la sede de las WTA Finals en noviembre.

El año de eventos internacionales comenzó el 31 de enero en Mazatlán, Sinaloa, con la organización de la Serie del Caribe 2021, que volvió al país después de tres años (en 2018 se realizó en Guadalajara). Fue el primer gran reto ante un 2020 con estadios vacíos y, además, porque aún no había un alto porcentaje de vacunados entre los habitantes del país.

“El principal reto al que se tuvo que hacer frente fue la incertidumbre. A principios de año vuelve a ponerse todo en semáforo rojo después de las fiestas decembrinas, posteriormente fue caminando un poco mejor y después tuvimos otra recaída. La clave para salir de esto es la planeación de distintos escenarios, siempre con la mira en la línea de las autoridades en el sentido de los protocolos de salud y seguridad. Se tuvo que considerar un escenario extra fatalista en el cual vieran lo peor posible y contar con ello es muy valioso porque permite tomar distintos caminos que te permitan sortear la logística”, analiza Rodrigo Calls, especialista en marketing deportivo.

Aunque se confirmó que por segundo año consecutivo no habrían partidos de NBA, NFL ni Grandes Ligas en México, se reactivaron otros eventos: el Preolímpico de futbol varonil de Concacaf en Guadalajara; el Mayakoba Classic de golf en Quintana Roo; el regreso del circuito de la Ciudad de México en la Fórmula 1; la Fórmula E en Puebla; y los abiertos de tenis en Acapulco, Monterrey, Zapopan y las Finals, que por primera vez se realizaron en Latinoamérica.

“Nuestro país ya tiene una inercia en la buena organización y eso ha abierto mucho las puertas para seguir construyendo y creciendo. En el año atípico que tocó, influyen mucho las líneas que marcan las propias organizaciones que llevan estos torneos y cómo manejan los protocolos. También la parte importante y donde México lo hizo de forma correcta fue el cómo adaptarse a esos protocolos, que si bien han funcionado en otros países, era ver cómo los traes a México con sus particularidades, siempre hay que pensar en todo lo que rodea: servicios, transporte público, logística, alimentos y bebidas porque además esto es negocio, va ligado a la reactivación económica”, agrega Calls.

Tan solo la Fórmula 1 registró un récord de afluencia con 371,779 asistentes durante los tres días en la Ciudad de México, mientras que las finales de tenis, conocidas como el quinto Grand Slam de la temporada, recibieron a más de 72,000 durante una semana en Guadalajara, lo que generó una derrama estimada en más de 120 millones de pesos.

“Fue un año muy importante en la reactivación de eventos deportivos y eso habla de la capacidad que tenemos en México, del cuidado de seguir las indicaciones de las mesas de salud de cada uno de los estados y sobre todo la responsabilidad que tomamos como organizadores a eventos masivos en la pandemia (…) Le diría a otros organizadores del deporte que se animen a hacer eventos tan importantes, es la única manera de representar a México de manera más segura, pues a través de este tipo de espectáculos brindamos una mejor cara a nuestros visitantes”, enfatiza Gustavo Santoscoy.

En general, el año sirvió para la reactivación económica pero también para demostrar el papel de México dentro de la industria deportiva. Como una conclusión más interna, también está el darle relevancia a la presencia de los aficionados, pues las ligas, clubes y otras organizaciones aún no han desarrollado otra forma de ingresos en la que el ticketing no sea importante.

“En nuestro país es fundamental el público y la ausencia se ha visto reflejada en casos muy particulares, como en el futbol y su parte financiera, cómo golpeó el presupuesto a diferentes equipos y en el último año hemos visto menos fichajes o plantillas que se van reduciendo. Aquí el tema es que en México la comercialización a través de otras vías todavía no ha sido explotada como en otros países y eso obliga a que el boletaje y el game-day sea muy importante todavía, muchos de los equipos todavía no tienen esa infraestructura. Se va a mantener esa ventana abierta, con porcentajes limitados, pero se tiene que mantener porque en la recuperación económica no hay otro espacio para que la industria vuelva a sufrir el no tener público y peor aún que ni siquiera haya eventos”, concluye el especialista en marketing.

Vía | El Economísta

Sé el primero en comentar

Déjanos un comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


*