CRÓNICA POLÍTICA: ¿Narro para el PRI? ¿Por qué no mejor uno de los oaxaqueños?

 

Rosy RAMALES                                

Ya asomaron la cabeza otros “competidores”. Salió un grupo denominado Corriente Solidaridad proponiendo a José Narro Robles para candidato a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.

¿De dónde viene ese grupo interno? Pues según lo dirige el consejero político nacional Armando Barajas Ruiz, quien envió una carta a la presidenta nacional del partido, Claudia Ruiz Massieu, manifestándole que tal propuestaes la mejor opción” para encabezar el CEN. Por lo que solicitó lo “invite” a participar en el proceso electivo.

La Corriente Solidaridad, que más bien parece una vertiente de la cúpula peñista, empezó mal. De entrada, si la dirigencia “invita” a Narro estará evidenciando dados cargados, y más bien sería una especia de simulación porque en realidad éstos vienen a favor del gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas(Alito)

Aunque según cuentan, algunos cuadros identificados con la Corriente Solidaridad (cometa priista) pretenden posicionar a Narro como candidato de unidad para evitar que el PRI nacional se termine de desmoronar.

Demasiado tarde para una candidatura de unidad. Además, Narro hubiera dado el perfil para una candidatura de transición justo en el periodo que actualmente desempeña Claudia Ruiz; quizá él hubiera conducido de manera creíble el proceso de renovación del CEN.

¿Y también de los comités estatales y municipales? ¿O éstos serán renovados una vez electa la dirigencia nacional así como para el agandalle completo?

En fin… Sí, Narro es un cuadro importante del PRI, pero con un perfil más académico y de servicio público, que partidista. Tan así que hasta mismos militantes creen que ni siquiera es priista. Y sí lo es. Incluso, presidió la alguna vez llamada Fundación Siglo XXI.

A ver qué dice Narro, si arriesga la credibilidad que le queda; ya sufrió cierto desgaste en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, en el cual se desempeñó como Secretario de Salud, del 8 de febrero del 2016 al 30 de noviembre del 2018.

Narro (nacido en Saltillo, Coahuila) ya no está para que lo traigan como muñeco de un lado para el otro, tal como otro de los grupos internos trae a “Alito”. Y como aquél tampoco es neófito en asuntos partidarios, sabrá que a estas alturas no funcionará intentar una candidatura de unidad.

Este tipo de candidatura es un método que le funcionó al PRI, pero en sus tiempos de hegemonía y hasta en la época, no hegemónica, pero sí de jefe priista nacional; las actuales circunstancias precisan de formas de elección que reanimen a la base militante.

Ha sido praxis en el Revolucionario Institucional la proliferación de aspirantes cuando se trata de la elección interna de candidaturas a cargos partidistas o de elección popular cuando hay competencia interna y los cargos son importantes.

Entonces, no resultaría nada extraño que en los próximos meses hasta la víspera de los procedimientos internos respectivos, proliferen los “aspirantes”, “precandidatos” y hasta “candidatos”.

Claro, sin descartar el intento de hacer de “Alito” a toda costa el presidente nacional del PRI ya sea como candidato de unidad en vez de Narro, o como abanderado electo en consulta directa mediante la votación de un padrón interno a modo.

Si los priistas no cambian su forma de hacer política, no tendrán más destino.

¿Y POR QUÉ NO UNO DE LOS OAXAQUEÑOS?

Si se fijaron, como ya lo hemos dicho, la competencia por la presidencia del CEN del PRI se halla en el Sur-Sureste mexicano, pues los aspirantes más fuertes son: Ulises Ruiz Ortiz, ex gobernador de Oaxaca; Alejandro Moreno Cárdenas, actual gobernador de Campeche; e Ivonne Ortega Pacheco, ex gobernadora de Yucatán.

Y parte de los priistas oaxaqueños, en vez apoyar a un oaxaqueño como Ulises Ruiz Ortiz, impulsan a toda costa a un campechano como “Alito”. ¡Qué incongruencia!

Y todo por la rivalidad entre dos oaxaqueños: Ulises Ruiz y José Murat Casab; ambos pueden ser todo lo maquiavélicos que ustedes quieran, pero son dos cuadros avezados del PRI, lobos partidistas. Juntos podrían hacer grandes cosas no solo por su partido, sino también por el país, aunque con el riesgo hacer también cosas malas.

En fin, ¿por qué no alguno de los dos para el PRI nacional? ¿Por qué los oaxaqueños no apoyan a un oaxaqueño?

En todo caso, ¿por qué no apoyan para dicho cargo al actual gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa? Vaya, es más carismático que “Alito” y no se ve de utilería como el campechano.

Si los priistas buscan un perfil joven y talentoso, ahí está Alejandro Murat, quien también lleva buena relación con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de Morena.

¿O acaso Alejandro se reserva para mejor ocasión? ¿Para la próxima candidatura del PRI o del PVEM a la Presidencia de México? ¿O para entrar al relevo de su tocayo cuando éste ya se encuentre en pleno desgaste en la dirigencia nacional priista y a él le falten dos años para concluir su mandato como gobernador de Oaxaca?

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Correo: rosyrama@hotmail.com

Rosy RAMALES

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