China detectó un caso de COVID-19 relacionado con una nueva subvariante de Ómicron (BA.5.2.1) este domingo en la ciudad de Shanghái, dijo un funcionario en una sesión informativa este domingo, lo que pone de manifiesto las complicaciones a las que se enfrenta la política “cero COVID”, en el país asiático.
Beijing and Shanghai are accelerating resumption of railway and air transportation on the eve of the summer travel peak after the two megacities emerged from a struggle with Omicron with no new locally transmitted COVID-19 cases reported for days.
El caso fue detectado en el distrito financiero de Pudong el pasado 8 de julio y estaba relacionado con uno procedente del extranjero, dijo Zhao Dandan, vicedirector de la comisión de salud de Shanghái.
La variante Ómicron BA.5, que está impulsando una nueva oleada de infecciones de COVID-19 en el extranjero, se descubrió por primera vez en China el 13 de mayo en un paciente varón de 37 años que había volado a Shanghái desde Uganda, según el Centro de Prevención y Control de Enfermedades de China.
Shanghái, en el este de China, salió de un confinamiento que duró unos dos meses a principios de junio, pero ha seguido imponiendo duras restricciones, cerrando edificios y recintos en cuanto surgen nuevas posibles cadenas de transmisión.
¿Qué tan peligrosa es esta subvariante Ómicron detectada en China?
Se ha demostrado que la variante Ómicron BA.5 tiene una tasa de transmisión rápida y una mejor capacidad de escape inmunológico, dijo Yuan Zhengan, miembro del grupo asesor de expertos de la ciudad sobre la prevención del COVID, en su intervención en la sesión informativa del domingo.
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