Los jóvenes quieren paz en el mundo

ONU/Loey Felipe

Los hombres y mujeres jóvenes todavía sufren a causa de estereotipos, mitos y políticas de pánico que afectan su potencial de luchar por la paz. Desafortunadamente, la narrativa se contrapone a la realidad y todavía es dominada por la idea de una pequeña minoría de gente joven atraída por el extremismo y la violencia, dijo este miércoles la enviada del Secretario General para la Juventud.

“Los jóvenes quieren paz”, aseguró Jayathma Wickramanayake en una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la implementación de la agenda sobre juventud, paz y seguridad.

En ese foro advirtió que los prejuicios distorsionan las respuestas a los problemas de seguridad globales y pasan por alto que la mayor parte de la gente joven no tiene nada que ver con la violencia.

Wickramanayake llamó a evitar que los estereotipos que asocian a los jóvenes con la violencia y el extremismo perjudiquen las perspectivas de ese colectivo.

La realidad de la gente joven

Recordó que actualmente hay 1800 millones de jóvenes y que el 90% de ellos están en países en desarrollo. “Con una edad promedio de 29,7 años, se estima que 408 millones viven en escenarios de conflicto armado”, agregó.

Destacó que uno de cada cinco jóvenes está desempleado y no tiene acceso a la educación o capacitación de algún tipo, y que millones de mujeres son madres cuando aún son niñas. Además, dijo que las enfermedades mentales aumentan en ese grupo de población.

En este sentido, la enviada aseveró que si no se combaten la inequidad, la intolerancia y la emergencia climática que afecta a la humanidad en su conjunto, esta generación de jóvenes podría padecer consecuencias devastadoras.

“Debería quedar claro que necesitamos percibir a la gente joven no sólo como beneficiaria sino como integrante de todos los esfuerzos, especialmente los que se refieren a prevenir los conflictos y construir la paz”, señaló Wickramanayake.

“A pesar de los conceptos negativos, la información falsa y las voces que los definen como problemáticos, los jóvenes se resisten, protestan, se organizan e implementan iniciativas de construcción de la paz en sus comunidades y países para restaurar los valores democráticos, la buena gobernanza y las instituciones transparentes en los sitios donde viven. No están esperando a que los inviten a participar en la toma de decisiones, en cambio, presentan alternativas y soluciones innovadoras a los problemas globales”, puntualizó.

Violencia contra jóvenes activistas

Wickramanayake lamentó que en los últimos meses se haya registrado una serie de amenazas, intimidación, violencia, arrestos arbitrarios y represalias de actores estatales y no estatales contra los jóvenes activistas de la paz y los derechos humanos y llamó a los gobiernos a proteger las garantías fundamentales de la juventud, entre ellas la libertad de expresión en todas sus manifestaciones.

Subrayó que la Estrategia de la ONU para la Juventud identifica la construcción de la paz y la resiliencia como una prioridad del trabajo del sistema de las Naciones Unidas por y para los jóvenes.

La enviada se refirió a la gran labor de la gente joven en las misiones de la ONU en Colombia, Kosovo y Somalia y exhortó a todas las operaciones de mantenimiento de la paz o políticas a incluir a este colectivo para implementar con eficiencia las agendas de paz y seguridad.

“Alcanzar la paz duradera no es una causa elitista que los gobiernos, los políticos, la ONU u otras instituciones puedan lograr aisladamente. La paz sostenible no puede alcanzarse a costa de la inclusión social. Los esfuerzos para construir y mantener la paz necesitan democratizarse para incluir a las comunidades más afectadas y los jóvenes son la mejor opción para tener éxito en esa tarea”, concluyó.

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