México tiene un problema que no puede resolver, más vinculado a lo cultural y a la educación que a lo deportivo, pero que como todo se conecta con todo, tiene su impacto en lo futbolístico. El lastimosamente famoso grito homofóbico ante cada saque de arco rival volvió a hacerse presente y, además de la ofensa que esto significa, también implica una nueva sanción.
La FIFA decidió castigar a la selección mexicana con dos partidos sin público luego de que este canto hacia el arquero visitante se escuchara durante la última triple jornada de Eliminatorias, ante Honduras y ante Canadá. La casa madre del fútbol no dejó pasar esta ofensa y, ante los antecedentes recientes, además le impuso una multa económica.
En concreto, el equipo que conduce Gerardo Martino no podrá tener a sus hinchas en los partidos contra Costa Rica y Panamá, en enero y febrero del próximo año, cuando empiecen a definirse los clasificados para la próxima Copa del Mundo. Recién volverá a contar con aliento en las tribunas cuando juegue frente a Estados Unidos, a fines de marzo.
Además, la multa es de unos 110 mil dólares para la Federación Mexicana de Fútbol, que en muchísimas ocasiones le pidió a los fanáticos que eviten este tipo de cantos o gritos ofensivos por las consecuencias que traen. En el pasado, estas expresiones discriminatorias habían ocasionado solo sanciones económicas. Ahora está en juego lo deportivo.
FIFA había advertido a la asociación azteca de la gravedad de estos hechos e incluso todavía la sacó barata: el castigo podía derivar en una quita de puntos en las Eliminatorias, algo que pondría en riesgo la clasificación que por ahora parece encaminada. Sin embargo, aunque México sigue como líder, la ausencia de hinchas repercutirá también en lo futbolístico. Fantino había hablado sobre el tema.
Vía | Ole
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