La Academia Mexicana de Cine no fue tomada en cuenta en el Presupuesto de Egresos 2019

Aunque es un buen momento en términos creativos para el cine mexicano y en cuanto a los premios que recibe del extranjero, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) no fue tomada en cuenta en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019, “lo que significa no contar con un solo peso asignado esta vez a diferencia de años anteriores”, señala el realizador Ernesto Contreras, titular de esta instancia que defiende, preserva y difunde el séptimo arte nacional.

Contreras, director de los largometrajes Sueño en otro idioma, Las oscuras primaveras y Párpados azules manifiesta al respecto:

“De entrada fue un gran desconcierto, finalmente la Academia pertenece a toda la comunidad cinematográfica y es importante. Además, es mucho más que la entrega de los Arieles, que es su actividad más visible, finalmente es este punto de encuentro, reflexión, diálogo, y por ahora estamos en comunicación con la Secretaría de Cultura federal, la cual va a lanzar una convocatoria para hacer asignaciones, así que aplicaremos como todos los demás, como los festivales de cine, en fin, en todos los proyectos culturales esperando que resultemos apoyados para poder seguir operando”.

Es decir, la AMACC va aplicar al Programa de Apoyos a la Cultura (A268), el cual será el beneficiado con los 500 millones de pesos adicionales al presupuesto para 2019.

El cineasta agrega:

“Me queda claro que están conscientes de la importancia de la Academia y de todo el trabajo que realiza”.

Hacia 1946, en un momento de esplendor de la industria fílmica mexicana, después de que en 1945 se produjeron por primera vez 82 películas y existiendo una amplia infraestructura artística, técnica, industria y un buen mercado interno latinoamericano, surge la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.

La Academia a lo largo de su historia ha reconocido públicamente al cine mexicano, mediante un premio ideado especialmente: el Ariel. Nace bajo la influencia del libro homónimo del escritor uruguayo José Enrique Rodó, en 1900, en el que simboliza al personaje Ariel con ideales, unidad y defensa de la vasta y profunda cultura de América Latina. El Ariel de Rodó también es un canto al espíritu libre, al heroísmo en la acción y al afán de excelencia en el arte.

con información de Proceso.com

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