Inflación, el impuesto de los pobres

El Zumbido del Moscardón
Alejandro Leyva Aguilar
López sabía del desastre que sería su gobierno en materia económica, por eso desde el primer año de su gobierno, nos vendió un espejismo: nos dijo que “primero los pobres” y por tanto aumentó el salario mínimo por jornada de 8 horas.
Sabía que, para gastar dinero sin producirlo, era necesario darle un paliativo a los asalariados e incrementar el salariarlo mínimo cada año que él estuviese en el gobierno y además, de manera sustancial que “se notara en los bolsillos de los mexicanos”.
Por supuesto que sabía que necesitaba tener contento al pueblo para que pudiera hacer con el dinero de México su voluntad y no reparó en el simbolismo con la demagógica frase “primero los pobres” y el aumento al salario mínimo.
Lo que no previeron sus sesudos analistas, es que, tanto la crisis por la pandemia como la mala administración de la riqueza de México, traería como consecuencia un alza en la tasa inflacionaria que no estaba, ni calculada, ni medida.
Y por eso, a pesar de esas aumentos de salario mínimo, los hogares mexicanos más necesitados han sufrido al mismo tiempo, el inclemente golpe de la inflación, al grado que, ni con los aumentos al salario, pueden alcanzar a pagar el precio de una canasta básica.
Del primero de diciembre de 2018, fecha en que inició este gobierno de cuarta al 15 de enero de 2022, o sea en los primeros 37 meses y medio de la administración del peje, la inflación general acumulada ha sido de un escandaloso 14.9 por ciento de acuerdo a reportes del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).
Las familias que ganan un salario mínimo diario, es decir 5 mil 190 pesos al mes, enfrentan hoy por la inflación, una carestía de 16.1 por ciento por cada treinta días, lo que se traduce en que el aumento al salario mínimo no les ayuda en nada.
Y la misma tasa aplica para quienes perciben entre uno y tres salarios mínimos de 5 mil 191 pesos a 15 mil 560 pesos mensuales, mientras que la inflación se moderó a 15.4 por ciento para los que ganan entre 15 mil t61 pesos a 31 mil 120 pesos mensuales.
Obviamente, los menos afectados son los que perciben salarios superiores a los 31 mil 120 pesos debido a que los precios de los bienes y servicios que regularmente consumen se elevaron 14.3 por ciento, es decir menos que la tasa de inflación acumulada.
Cómo podemos darnos cuenta, las familias que más sufren por la mala administración de López, son justamente los que dice defender, los pobres que además en lo que va de este sexenio, se han incrementado en, por lo menos 9 millones más.
Por todo lo expuesto, los abarrótenos reportan menos ventas y han detectado que la gente comienza a pedir fiado cada vez más, además de que los clientes -en su mayoría pobres- culpan a los tenderos de elevar los precios de las mercancías porque no alcanzan a comprender la responsabilidad que el gobierno mexicano tiene en ello.
La inflación pues, es considerada por los expertos como “el impuesto de los pobres” y eso se ha comprobado en este gobierno de López porque ese universo de personas que viven con un salario mínimo diario, son los que más han sufrido la escalada de precios derivada de la inflación.
Comparativamente hablando, la tasa inflacionaria acumulada en estos 37 meses y medio del peje es mayor que la del mismo periodo de Enrique Peña Nieto que sumó una inflación del 11.1 por ciento del 1 de diciembre de 2012, al 15 de enero de 2016, de acuerdo a cifras del INEGI.
Y aunque hay analistas que sugieren que “hemos llegado al tope inflacionario” en este 2022, la verdad es que el alza de los precios de los combustibles, acarrea una escalada de precios en todos los niveles y en todas las áreas productivas y, si el gobierno no hace algo al respecto como estabilizar las tasas de interés, el problema seguirá en aumento.
Por otro lado, el gobierno debe dejar de gastar en dádivas electorales y concentrarse en producir para poder tener recursos extraordinarios, sin embargo lo que quiere hacer el peje, es seguir desapareciendo órganos como el Sistema Nacional Anticorrupción para tener dinero disponible para sus programas clientelares.
A ese ritmo, la inflación seguirá en aumento y México con un paso en la bancarrota… al tiempo.
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