“El miedo de subirte a un pesero y no saber si te van a agarrar una nalga, una chichi…”

09 de Marzo de 2021

En menos de una hora, el “Muro de la Paz” se derrumbó. No resistió los embates de mujeres que reclamaban justicia frente a feminicidios, violaciones, golpizas, discriminación, machismo. Habían llegado al Zócalo para mostrar también el hartazgo hacia los Félix Salgado, el desdén del Presidente hacia su movimiento; la insistencia de que son marionetas de los conservadores.

Las más agresivas vestían de negro. Ésas que van encapuchadas. Algunas llevaban goggles, bates, martillos. Fueron principalmente ellas las que echaron abajo las vallas.

Otras traían el puro coraje y lo manifestaban en pancartas:

“¡Los violadores no serán gobernadores!” “¡Obrador Defiende al Violador!”; “¡Ni Perdón ni Olvido!”; “Ni amo, ni Estado, ni partido, ni marido”; “Hoy somos noticia, pero no descansaremos hasta ser historia”. O en las consignas: “¡Ni una más, ni una más, ni una asesinada más!”

* Ya en el Zócalo primero cayó una valla, luego otra y otra. “¡Sí se pudo!” Coreaban, eufóricas, las manifestantes, que fueron auxiliadas por “infiltrados masculinos”, como afirma el gobierno capitalino.

Mujeres de negro y policías encargadas de la defensa de Palacio quedaron frente a frente. Tronaron petardos, aventaron agua, lanzaron gases lacrimógenos —cosa que el gobierno de la CDMX niega—. Ardor en los ojos, en la piel, en la cara. Dificultad para respirar. Retirada momentánea. Hacia las 18:15 pm se contaban veinte lesionados atendidos por quemaduras o golpes en el sitio, según la secretaria de Gobierno de la CDMX. Hacia las ocho de la noche, la cifra se había elevado a 58, principalmente mujeres policías; a las nueve ya eran 80.

* La ira de las manifestantes es justificada. La violencia, no. Estadísticas hablan: un promedio de 10 mujeres fueron asesinadas cotidianamente entre enero y junio de 2020, según el Inegi. La cifra más alta en 30 años.

El 73% de los feminicidios fue cometido con disparos con armas de fuego y estrangulamiento.

La CEPAL dice que la pandemia ha provocado un retroceso de más de una década en la participación laboral de la mujer en América Latina. El desempleo alcanza a una de cada cinco.

* El rompedero del 8M comenzó a las 13:50 bajo el Monumento a la Revolución. Mujeres de diversos colectivos comenzaron a golpear la valla de madera que protegía el elevador de cristal que lleva a la cúpula del Monumento.

Golpearon, se colgaron, jalaron hasta que lograron tirarla. Los vidrios del elevador quedaron en añicos.

Las mujeres, en su mayoría jovencitas, se aglomeraban bajo las cuatro columnas que conservan los restos de MaderoPancho VillaCarranzaCalles y Lázaro Cárdenas.

No todas llevaban cubrebocas. De la sana distancia ni quién se acordara.

Evelyn Sánchez, del colectivo Justicia para Todos, daba instrucciones con un megáfono a las mujeres sobre qué hacer si las encapsulaban.

Ojo grande, pestaña larga, robusta, Evelyn llevaba una camiseta morada con el emblema femenino (círculo arriba y la cruz abajo) y una pañoleta en la cabeza. El cubrebocas lo traía en el cuello, los goggles, en la frente.

Nos acercamos a preguntarle sobre la afirmación del Presidente en el sentido de que el movimiento está manipulado por “los conservadores”.

Nos miró fijamente y respondió: “No estamos manipuladas por los conservadores. Estamos manipuladas por el miedo que nos da salir de la casa y no volver. Eso es lo que nos manipula.

“Eso es lo que a cada una de nosotras nos trae aquí. El miedo de no saber si vas a regresar cuando sales a tu casa, el miedo de subirte a un pesero y no saber si te van a agarrar una nalga, una chichi, y que nadie va a hacer nada. Eso es lo que nos trae aquí”.

No cree en la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ni en su estrategia de mujeres SOS.

“Se me hace que es el mejor títere que el Presidente se pudo haber conseguido. El poner un muro es un claro ejemplo. No están dispuestos a escuchar, no están dispuestos a ver, no están dispuestos a oír”; dijo.

Remató: “Si con dañar Palacio Nacional, hacer una pinta cada que alguien o el Presidente pasa por allí y recuerda la marcha, vale la pena. No sólo podemos hacerlo hoy. Podemos regresar en diez días y tapizarle de consignas allí”.

No lejos de allí un grupo de mujeres de negro hacían bolita. No dejaban acercarse extraños. Discutían, suponemos, lo que harían camino al Zócalo. Una de ellas me vio. Se vino directamente hacia mí. “No puede grabar”, me dijo. No estaba grabando. Sí tenía el teléfono en la mano.

De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en México hay 64 millones 540 mil 634 millones de mujeres. Representan el 51.2% de la población total.

El costo de no saber cómo manejar el problema de las mujeres puede ser muy alto para Morena y el Presidente en las urnas.

 

VÍA | EXCELSIOR

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