Congruencia

El Zumbido del Moscardón
Francisco Alejandro Leyva Aguilar
Pensé que el que menos iba a desistir de ser candidato presidencial en 2024, sería el dirigente nacional del PRI Alejandro Moreno Cárdenas, pero ¡oh!, grata sorpresa, fue el primero de los suspirantes que decidió bajarse del caballo para darle paso, entiendo a una candidatura ciudadana emanada desde la sociedad civil.
Hizo bien por dos razones: primero porque hay un gran segmento de la población que ya no cree en las promesas priístas. El término “apestado”, es un estigma que difícilmente se podrán quitar los priistas después de que la percepción ha sido creada a ultranza por los detractores del mismo instituto político comenzando por el peje y terminando con Dante Delgado Ranauro.
La segunda porque al hacerse a un lado, Alito Moreno manda un mensaje contundente a la ciudadanía y a los partidos políticos reunidos en la Alianza Va por México que hay intereses más grandes e importantes que aferrarse a una candidatura que no tendría ningún sentido si divide al conglomerado social que busca rescatar a México de la tiranía.
De cualquier manera, el candidato de la Alianza Va por México, tendrá que ser registrado por el Partido Revolucionario Institucional porque es el único partido en la actualidad que permite candidaturas de simpatizantes y no solo de militantes.
La narrativa que podemos crear desde esta dimisión de Alejandro Moreno para empezar a construir un reposicionamiento del priismo a nivel nacional, es posible y realizable, pero además creíble porque más allá de que sea genuina o no, representa un hecho incontrovertible que cimienta bien las bases de un nuevo discurso por el interés mayor de la patria.
Ese mensaje de Alejandro Moreno Cárdenas, debe penetrar bien las conciencias de quienes aspiran a ser candidatos ciudadanos, sobre todo de personajes como Santiago Creel Miranda que, si mal no recuerdo, no ha ganado una sola elección en las urnas pero además su talante no es exactamente el de un estadista, sino el de un constituyente.
De igual manera Beatriz Paredes, Lilly Tellez, Enrique de la Madrid, Ildefonso Guajardo José Ángel Gurría, que si bien tienen todas las cartas credenciales para ser candidatos y harían todo ellos un mejor papel que el peje, tienen el gran problema de ser políticos y, de lo que está cansada la gente, es justamente de la clase política que no se ha podido dignificar, ya por excesos, ya por acciones u omisiones.
Dejaría fuera de ese contexto a Germán Martínez, Emilio Álvarez Icaza e incluso a la propia Xóchitl Gálvez, porque ellos han estado señalando con mucha prestancia los errores cometidos un día si y otro también del dictadorzuelo de Palacio Nacional y con un ingrediente que le gusta escuchar a la población: la ley.
Justamente Xóchitl Gálvez ganó un amparo para presentarse en la mañanera a exigir su derecho de réplica, consagrado en la Constitución Política de México y se presentó a las puertas de Palacio Nacional para asistir a una mañanera a la que se le negó el acceso. Exhibió a Andrés Manuel como una persona intolerante e irrespetuoso de la ley y para eso, ni siquiera tuvo que entrar a la mañanera.
Si las aspiraciones de Xóchitl Gálvez eran ser la candidata al Gobierno de la Ciudad de México, el propio peje la catapultó para ser una seria aspirante ciudadana a la candidatura de la Alianza Va por México, una candidata MUY superior a la corcholata judía del peje Claudia Shienbaum.
Por eso digo que la decisión de Alito Moreno, es una carambola de tres bandas: manda un gran mensaje a la ciudadanía sobre el respeto al interés común, permite la creación de una narrativa que revigorice al partido y motiva a los suspirantes políticos a hacerse a un lado y ofrecer las plataformas electorales y las estructuras a una candidatura de la Sociedad Civil.
En 2018, el PRI nos enseñó que podía hacer a un lado los intereses de partido escogiendo a un candidato no priísta y eligió a José Antonio Meade… imagine un México con él al frente en vez de un inútil improvisado y caprichoso, solo imagínelo.
Hoy la decisión de Alejandro Moreno, es una muestra de que el PRI, sigue evolucionando, aunque muchos lo den por muerto, incuso los chapulines de Hidalgo comenzando com Omay Farad.
@leyvaguilar
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