… y todo por Coahuila.

Joel Hernández Santiago

 

En el fondo hay molestia y temor en Morena y en la Presidencia. Están preocupados porque el rompimiento de Ricardo Mejía Berdeja pudiera ser ejemplo y ocurrir en elecciones que están por venir en 2023 y, sobre todo, para 2024 cuando necesitan toda la fortaleza y ‘unidad’ a fin de llegar monolíticos al proceso electoral. Ya no será así. 

 

Resulta que la renuncia del ex subsecretario de Seguridad Pública no le cayó bien al presidente, no le cayó  bien a Morena y no le cayó bien al candidato oficial de este partido Armando Guadiana Tijerina. Y todo por las encuestas de dudoso plumaje.  

 

Resulta que –como ha ocurrido en otras entidades en las que hubo elecciones—este Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha decidido seguir las instrucciones presidenciales de llevar a cabo encuestas para conocer la voluntad ciudadana respecto de quién deberá ser el candidato más aceptado para contender en votaciones por este partido. 

 

En el caso de Coahuila se realización tres encuestas, una interna y dos por medio de empresas privadas. Y por su resultado (dos ganadas por Guadiana y una por Luis Fernando Salazar) dijo Mario Delgado que por más de 10 puntos, el candidato de Morena en la entidad del norte del país sería el senador Armando Guadiana. 

 

Hasta ahí todo bien –o aparentemente bien-. Previo a iniciar éstas los aspirantes firmaron el acuerdo de aceptar los resultados que emanaran de las encuestas y se disciplinarían y apoyaría al triunfador en su candidatura. Así cada uno de ellos, incluyendo a Ricardo Mejía Berdeja… 

 

Este último suponía que por su cercanía al presidente de México desde la subsecretaria que ocupaba; que de forma cotidiana dialogaba con él Ejecutivo en las reuniones de seguridad y que estaba bien posicionado, los resultados le serían favorables… Pero no: tercer lugar apenas. 

 

Esto, considerando que para muchos las encuestas realizadas por Morena –independiente de la probidad de las agencias particulares— están manejadas a modo y son un mecanismo manipulado para cubrir la decisión suprema de las candidaturas… 

 

… Como pudo ocurrir en el caso de Oaxaca muy favorable a Salomón Jara Cruz, aunque los otros aspirantes morenistas mascullan, aún, que hubo ‘chanchullo ahí’… o en el Estado de México, con Delfina Gómez…   

 

Así que Mejía Berdeja se dejó llevar por su exceso de confianza, pero en cuanto conoció el resultado presentado, se mostró molesto. Expresó su gran enojo. Desconoció los resultados de las encuestas y a Mario Delgado –dirigente nacional de Morena-, a quien luego consideró “un corrupto y traidor a la democracia, quien se ha dedicado al “mercadeo” de candidaturas, así como a “colocar sus negocios, sus consultorías en los aspirantes”, y tergiversar “el curso de las cosas”.

 

En adelante, muy seguramente le expresaría al presidente su inconformidad debido a esa cercanía pues todavía un buen rato en diciembre y principios de enero siguió en su puesto y como vocero, los jueves en las Mañaneras, de los resultados y cifras de seguridad pública nacional. 

 

Y fue el Partido del Trabajo (el PT), casualmente un aliado incondicional de Morena, quien lo anunció como su candidato único en esa entidad. 

 

Así que renunció a su cargo y se fue a Coahuila a luchar por su gubernatura. El presidente, molesto, dijo el 16 de enero que Mejía Berdeja se había ido sin siquiera avisarle, que nadamás le dejó un papel. 

 

Cuando Ricardo Monreal mostraba su inconformidad por la manera como lo habían despreciado y menospreciado y aislado de la posibilidad de ser candidato de Morena; cuando el presidente no lo quería recibir; cuando no lo invitaban a eventos organizados por Mario Delgado y sus tres “corcholatas” (como de forma humillante se les refiere desde Palacio Nacional) surgió entonces la sospecha de que el senador acudiera a otro partido para conseguir su candidatura… 

 

Aun así lo dejaron correr. El presidente menospreciaba esta actitud. Monreal blofeaba. De pronto estaba con Morena de pronto mostraba su enojo desde el Senado en donde los “duros” le hicieron el vacío de grupo. 

 

Hoy casualmente comienzan a resentir la posibilidad de rompimientos internos cuando, al fin, llegan a acuerdos y Monreal feliz aparece ahora como una cuarta “corcholata” oficialmente reconocida. Ya no hay problema, ya no hay riesgo de exilio. Se conjuró esa división. 

 

Pero hay divisiones al interior de Morena. Hay inconformidades tanto por el famoso procedimiento de encuestas como por la manera como operan posiciones y beneficios, participación y marginación. De todo. 

 

Y esta inconformidad puede estallar pronto, el gran momento se acerca: 2024. Lo de Mejía Berdeja es un ejemplo de esto, y puede ser la semilla de esa próxima rebelión. 

 

Uno de los problemas sigue, es el de las famosas consultas por las cuales –se dice- se disfraza la decisión previa para elegir a los candidatos de Morena. Lo que genera inconformidades, molestias, sentimientos de traición y traiciones ciertas.  

 

Por lo pronto Mejía Berdeja contenderá por el PT en Coahuila. A Guadiana le apoyarán con toda la fuerza de su partido y más. Pero Mejía Berdeja le restará votos a Guadiana/Morena quien no tiene todas consigo allá, se habla de una serie de problemas ajenos a la política que enturbiarían esas elecciones. Pero esa es la historia de la política nacional y sus operarios desalmados. 

Sé el primero en comentar

Déjanos un comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


*