Tras el paso de Dorian, la ONU trabaja para los más vulnerables

Guardia Costera de EE.UU. Distrito 7

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) desembolsó este martes 200.000 dólares de su fondo de emergencia como parte de la respuesta al catastrófico impacto que causó el huracán Dorian en las islas Bahamas a inicios de septiembre.

El organismo de la ONU cuenta en estos momentos con un equipo de expertos en el terreno que colaboran en el diseño de un programa adaptado a las necesidades de recuperación.

Ugo Blanco, asesor principal de este Programa para la recuperación de las Bahamas habló con Noticias ONU desde la capital de las islas, Nassau, sobre los esfuerzos en las dos islas más afectadas por el paso del huracán Dorian: Abaco y Gran Bahama.

“Volamos diariamente a las zonas más afectadas. Son dos islas que están a unos 160 kilómetros de Nassau, a una media hora de avión y han sido totalmente destrozadas. No hay facilidades, no hay edificios donde podamos quedarnos de forma segura y que tengan electricidad y agua. Son temas que estamos empezando a tratar porque pronto la respuesta de emergencia tendrá que moverse de Nassau a las zonas afectadas en el momento que haya unas condiciones mínimas de habitabilidad”.

Blanco nos atendió desde el centro de emergencias donde trabaja codo a codo con otras agencias de las Naciones Unidas, actuando por sectores bajo el liderazgo del Gobierno de las islas Bahamas.

“Ellos han identificado sectores prioritarios y lo que nosotros hacemos, como Naciones Unidas, es sumarnos a esos sectores y hacer una coordinación conjunta de esas secciones. Si ellos, por ejemplo, han identificado telecomunicaciones como un área, los colegas del PMA (Programa Mundial de Alimentos) lo apoyarán. En todos los temas de recuperación temprana, están implicados los Ministerios de Trabajos Públicos, Medio Ambiente y Vivienda, sectores todos a los que el PNUD brinda su apoyo.

Guardia Costera de EE.UU. Distrito 7
Devastación causada por el huracán Dorian en Treasure Cay, Bahamas. La Guardia Costera Estadounidense apoya a la Agencia Nacional de Manejo de Emergencias de las Bahamas y a las fuerza de Defensa de las Bahamas.

¿Quedan muchos puntos por acceder?

“Bahamas tiene cientos de islas y algunas de ellas muy pequeñas y con poca población. Estamos pendientes de recibir información de algunos de los cayos, pero hay muchos vuelos, hay helicópteros, hay personal militar de cuatro o cinco países. Hay una gran operación humanitaria desplegada ahora mismo tratando de identificar cada una de esas pequeñas comunidades que han podido ser afectadas”.

Al inicio de la crisis la Organización Internacional para las Migraciones calculó durante los primeros días que hay unas 30.000 personas directamente afectadas y 13.000 viviendas destruidas. ¿Se manejan actualmente estas cifras?

“Lo que estamos tratando de definir con más precisión es la población en necesidad. La población que necesita ayuda y apoyo y eso es un número que todavía está oscilando, porque no es fácil en situaciones post emergencia, y luego hay población que es más difícil de monitorear. Estamos manejando unos números entre 5000, 6000 y 7000 personas aproximadamente”.

El apoyo del PNUD se centra en estos momentos en tres vías: la gestión de escombros y residuos, las evaluaciones de daños en viviendas y edificios, y el apoyo a la Estrategia Nacional de Recuperación.

“Lo que proponemos desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo es que las operaciones humanitarias de emergencia tengan en cuenta el medio y largo plazo. Es decir que cualquier operación que se haga ahora se piense en el futuro. Por ejemplo, si gestionas restos o escombros que lo hagas de una forma que no tenga un impacto negativo ambiental en el futuro. Si empiezas a reconstruir casas rápidamente que esa reconstrucción se haga siguiendo un principio de construcción más fuerte de forma que en el próximo huracán esas casas no se vuelvan a destruir…

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