¿REVOCACIÓN O CUARTA ALTERNANCIA?

Eduardo de Jesús Castellanos Hernández

 

Durante las semanas anteriores hubo un tema que ahora deseo destacar y narrar a los lectores que amablemente tienen el interés de seguir mis reflexiones sobre lo que, en un primer libro -donde compilo mis artículos aparecidos semanalmente en las revistas digitales “Regeneración Pluralidad” y “Mujeres Shaïque”-, publicado y disponible para su compra en Amazon, intitulé “Crónica de una dictadura esperada”, así como en estos otros artículos para un segundo volumen que con el apoyo de los lectores y de mis editores espero reunir y publicar el año próximo. El nombre de esa futura publicación estaría por definirse en función de lo que suceda en esta realidad tan cambiante durante lo que algunos, como ya saben quién, han dado en autodenominar pomposamente Cuarta Transformación de la República.

 

Varias organizaciones sociales -Sí por México, Civilitas, XiudadanosMx, Mujeres por México-, a través de mis nuevas amigas Olga Ramírez Campuzano y Denisse Meade, me hicieron el favor de invitar a dar una plática sobre un tema que Olga se enteró a través de una amiga común, Diana Cecilia Ortega -colega y amiga integrante del Foro de Constitucionalistas de la República Mexicana-, que yo acababa de presentar en el  Seminario “Elecciones y Neoautoritarismo”,  organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México, a través del Instituto de Investigaciones Jurídicas, la Facultad de Derecho y la ENEP Acatlán, los días 1 y 2 de septiembre de este mes y año en curso.

 

En dicho seminario expuse el tema “La Consulta Popular para la Revocación o Ratificación del Mandato” que, en su segunda versión, la presentada ante integrantes de ese conjunto de organizaciones sociales, tuvo como título “Análisis Integral sobre la Revocación de Mandato”; plática transmitida en vivo vía zoom y mediante redes sociales el día 14 de septiembre también de este año, pero que por fortuna permanece disponible para su consulta en YouTube, en el sitio de “Sí por México”.

 

La diferencia entre una y otra exposición radica en que una fue antes de la aprobación y publicación de la Ley Federal de Revocación de Mandato, por lo que el contenido de la pregunta que habría de formularse a los electores no se encontraba definida aún. El día de mi segunda exposición, en la edición matutina del Diario Oficial de la Federación, justamente ese mismo día, salió publicada la ley reglamentaria del artículo 35 constitucional, fracción IX; fracción cuya adición fue introducida mediante reforma publicada en el DOF de 20 de diciembre de 2019.

 

Casualmente, hubo otro suceso electoral importante relacionado con el tema que ocurrió ese mismo día. Se trataba de la jornada electoral para decidir sobre la revocación del mandato del gobernador de California, en los Estados Unidos de América, justo ese día también. El tema, por cierto, ya lo había señalado en el seminario de la UNAM; pero el hecho de que la jornada electoral sucediese ahora el mismo día de mi plática daba la oportunidad de referirme con mayor amplitud a este tema.

 

Por lo que en la segunda ocasión me vi obligado a precisar con mayor detalle los rasgos característicos del parlamentarismo, presidencialismo y semipresidencialismo, así como de los conceptos de moción de censura, moción de confianza y moción de censura constructiva. A efecto de explicar la dificultad de extrapolar instituciones de modelos constitucionales tan distintos como parlamentarismo y presidencialismo. Sin dejar de hacer notar que la pregunta en California, se va el gobernador o quién lo sustituye, de una parte, es totalmente distinta a la pregunta que se formula en México, se va el presidente o se le ratifica la confianza. Pero, también, haciendo notar que la moción de censura constructiva existente en Alemania y otras partes, como España, reproduce la pregunta californiana sobre si se va el canciller o primer ministro o presidente de gobierno y quién lo sustituye. Lo que da una gran estabilidad a este tipo de gobiernos parlamentarios, en tanto que en gobiernos presidenciales ya veremos lo que pasa.

 

Pero hubo un hecho todavía más interesante para efecto de quienes hayan seguido la plática en vivo o quienes deseen consultarla en YouTube en el sitio de la organización “Sí por México” -no es que los desaliente, pero dura dos horas-. Se trata de que hubo varios asistentes a la plática vía zoom que son militantes de la organización social “FRENA”, quienes expresaron en la etapa de preguntas y respuestas -que se prolongó gracias al interés de los asistentes y sin que disminuyera su número-, su convicción de que se debe participar en la consulta sobre la revocación del mandato presidencial y votar a favor de la revocación del mandato del presidente en funciones actualmente.

 

Como lo hice en ambas exposiciones -la del seminario universitario y ante organizaciones de la sociedad civil organizada-, expresé una vez más mi convicción en el sentido de que ninguno de los grandes problemas nacionales se vería resuelto con dicha consulta, sino que más bien se complicarían en el supuesto no deseable de que hubiese revocación. Afirmé también que, en mi opinión, esta forma de democracia representativa se trata de una expresión actualizada y aprovechada por el populismo autoritario que gobierna algunos países latinoamericanos para mantenerse en el poder.

 

Por lo que firmar a favor de que se lleve a cabo la consulta o ir a votar en cualquier sentido, era simplemente legitimar una estrategia publicitaria presidencial más, con el efecto de afirmar su liderazgo y propiciar la prórroga de su mandato, su reelección o empoderarlo para elegir a su propio sucesor y darle fuerza por la vía electoral -pues por la forma en que se plantea la pregunta se trataría de una ratificación evidente del mandato presidencial- con el poder presidencial suficiente para reeditar el Maximato que en su momento ejerció el expresidente Plutarco Elías Calles.

 

Señalé, desde luego, que los presidentes populistas autoritarios que en años recientes han convocado al pueblo para pronunciarse sobre la revocación de su mandato, terminaron reeligiéndose en el cargo. Tal fue el caso de Hugo Chávez en Venezuela, de Evo Morales en Bolivia y de Rafael Correa en Ecuador.

 

Con respecto a firmar para que se lleve a cabo la consulta y votar sobre la revocación o ratificación, tengo la convicción, de que para quienes son críticos de la forma actual de gobierno del país a la luz de sus resultados, la salida del presidente de la república debería darse conforme al marco constitucional más amplio, es decir, una vez que termine su periodo, por dos razones fundamentales.

 

La primera, porque la mayoría absoluta que el presidente en funciones y la coalición legislativa que lo apoya tiene en ambas cámaras federales, le facilitaría la designación de una persona afín a dicha coalición legislativa para substituir al presidente, en el supuesto, sin conceder, de que su mandato le fuese revocado.

 

No tengo la menor duda, además, de que difícilmente la consulta sobre revocación podría dar un resultado en el sentido de revocar el mandato, Más aún, sostengo, a la luz de los resultados de la consulta inmediata anterior, que ni siquiera se logrará alcanzar -en el supuesto no deseable de que se lleve a cabo la consulta- el porcentaje de votos necesario -40% por ciento de participantes en la consulta, independientemente del sentido de su voto, del total de inscritos en la lista nominal de electores-, para hacer vinculante el resultado de la misma, definido mediante el sentido en que la mayoría absoluta de votantes se haya manifestado.

 

Pero, sobre todo, porque la alternancia partidista ha sido el nuevo camino que el electorado nacional ha escogido para sancionar a los gobiernos que no han cumplido cabalmente sus objetivos propuestos a los electores. Así es que tal debe ser el camino para sancionar al presidente en funciones y su partido, por parte de quienes no estén de acuerdo con la forma y resultados como gobiernan actualmente dichos actores políticos. Una cuarta alternancia partidista en el ejecutivo federal, además, sostuve, nos llevaría de manera natural a un gobierno de coalición formado por los partidos políticos que difícilmente hasta el momento presente logran ponerse de acuerdo para mantener un frente unido opositor al gobierno actual. La oposición gobierna oponiéndose, afirmé, y la minoría de hoy puede ser la mayoría de mañana. Es lo más natural en sociedades democráticas. En las otras, como Cuba, Venezuela o Nicaragua ya vemos lo que pasa.

 

Otro hecho inesperado ocurrido durante mi exposición ante las organizaciones civiles fue la asistencia del licenciado Arturo Núñez Jiménez, experto internacional en asuntos electorales, quien fue invitado por una de las moderadoras a hacer un comentario, con la fortuna de haber escuchado una breve disertación suya sobre historia política de México y también sobre la democracia participativa; en la que recordó la posición sustentada en su momento por Norberto Bobbio por el riesgo de polarización que entrañan dicho tipo de ejercicios de consulta. Además de que por la complejidad de los asuntos de gobierno, dijo ANJ, difícilmente se pueden resolver con un sí o un no respecto de los temas planteados.

 

En las semanas por venir los ciudadanos mexicanos seremos invitados por el presidente, su gobierno, su coalición legislativa, su partido y sus “servidores de la Nación” -como se le llama a un grupo de activistas políticos-, a firmar la solicitud “ciudadana” de que se lleve a cabo la consulta sobre revocación de su propio mandato presidencial.

 

Insisto, el elector sanciona con su voto el desempeño de un gobierno electo popularmente. Pero lo debe hacer en el contexto más amplio del debate sobre las opciones de gobierno que ofrecen las campañas electorales -presidenciales o de gobernador o de jefe de gobierno de la CDMX, pues también hay la posibilidad constitucional ahora de revocar el mandato a los ejecutivos locales-, pues ahí se ofrecen alternativas viables examinadas a profundidad y consensadas entre los actores que las proponen.

 

Es por ello que, enfrentados a la alternativa entre revocación de mandato y cuarta alternancia, me parece que lo deseable y mejor para el país -reitero, para quienes estén a disgusto a la luz de los resultados de la gestión gubernamental federal en curso-, debería ser una remoción de la confianza al presidente y su partido -como ya ha sucedido anteriormente-, pero ahora -y ésta fue una reflexión surgida al calor de la segunda exposición- mediante un voto a favor de una coalición opositora que ofrezca una alternativa viable de gobierno de coalición con un programa de gobierno realizable y que sus integrantes se comprometan a realizar. Es un tema político que abordo -el de las coaliciones de gobierno- desde una perspectiva estrictamente constitucional, en mi libro “Técnica Legislativa, Control Parlamentario y Gobiernos de Coalición”, publicado en 2018 por la Editorial Flores y disponible para su compra en librerías y en la página web de la editorial.

 

Ciudad de México, 19 de septiembre de 2021.

Eduardo de Jesús Castellanos Hernández.

Profesor e Investigador. Doctor en Estudios Políticos por la Universidad de París (Francia) y en Derecho por el Instituto Internacional del Derecho y del Estado (México); posdoctorado en Control Parlamentario y Políticas Públicas por la Universidad de Alcalá (España) y en Regímenes Políticos Comparados por la Universidad de Colorado, Campus Colorado Springs (EUA); con la Especialidad en Justicia Electoral por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

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