¿Que no hay un narco estado?

El Zumbido del Moscardón
Alejandro Leyva Aguilar
La columna del viernes pasado se la dediqué a un informe internacional sobre la presencia del crimen organizado en varios países y dicho informe, coloca a México como la nación número uno en presencia y acción del crimen organizado, no solamente en el tema de narcotráfico, sino también en otras áreas como el tráfico de personas, de animales, de fauna y hasta de robo de combustible.
Muy puntual, pero además muy actual el reporte porque justamente mientras los mexicanos nos enterábamos de cómo andamos en materia de crimen organizado, se dio a conocer el incendio de la iconográfica discoteca “Baby-O” en el mayor centro turístico de México que es Acapulco en el estado de Guerrero.
Claro que las autoridades -incluyendo al peje- dijeron que se trató de un “corto circuito”, aunque las cámaras de seguridad desmintieron la versión oficial y dieron a conocer un video en el que se puede ver a tres sujetos con bidones de gasolina que rociaron el inmueble para después prenderle fuego.
Las hipótesis sugieren que un grupo criminal “pidió” a la alcaldesa Abelina López Rodríguez recién estrenada, que colocará como director de la policía municipal a un sujeto afín a los cárteles de la droga allá en el puerto, cosa que no sucedió y las consecuencias se sintieron en el incendio de la famosa discoteca.
No bien se disipaban los humos del incendio provocado, cuando también allá en ese estado de la República -en donde desaparecieron los 43 normalistas de Ayotzinapa mientras gobernaba el perredista Ángel Aguirre Rivero, amigo de amlo- asesinaron a una decena de integrantes del cartel “guerreros unidos” presuntamente a manos del Cartel Jalisco Nueva Generación.
¿Que no hay un narco estado?, bueno a reserva de que vayamos dilucidando lo qué pasa en otros estados de la República, bien podemos decir que en Guerrero se ha desatado el control del crimen organizado en los aspectos primordiales del comercio cotidiano.
Ahí en ese estado sureño, el crimen organizado controla la venta de refresco, tortillas y cervezas y delimita territorios para extorsiones, por lo que obliga a los comerciantes a elevar los costos para que de ahí, les quede una tajada a quienes cobran esas cuotas.
Una nota consignada por el diario Reforma señala que estos crimínales han provocado que las tiendas de conveniencia dejen de vender refrescos y cervezas, a menos que se las compren a ellos so pena de ser incendiados sus establecimientos comerciales.
Hay que recordar que en Guerrero, 81 municipios están cambiando alcaldías y en ese marco, el crimen organizado está amagando a las nuevas autoridades para que su negocio de extorsión y terror siga estando vigente.
La violencia con la que el crimen organizado presiona a las nuevas autoridades, es de tal magnitud que va desde el control de la venta de tortillas, refrescos y cerveza, hasta la posición de elementos en lugares clave de las administraciones municipales, sin que al parecer la Federación haga algo al respecto.
Apenas el pasado 18 de septiembre, unos días antes de la toma de protesta del nuevo alcalde, en Taxco -esta hermosa ciudad donde se erige la basílica de Santa Prisca- al menos 35 expendios de tortilla fueron cerrados tras amenazas del grupo criminal “la familia michoacana” que les exigió el pago de cuotas exclusivo, pues otros grupos criminales también los extorsionaban.
La “familia michoacana”, propuso a los industriales de la masa y la tortilla, aumentar el precio del kilo de esta última a 40 pesos “para que les alcanzara para pagarle a los dos grupos delictivos”, cosa que motivó el cierre de los establecimientos.
En ese sentido, el empresario hotelero Jorge Laurel González ex dirigente de la Asociación de Hoteles de Empresas Turísticas de Acapulco (AHETA), declaró que en el puerto, las extorsiones y cobro de cuotas a establecimientos, se han incrementado sustancialmente en lo que va de este año.
No es coincidencia que “los abrazos, no balazos”, sea una estrategia para que el crimen organizado sea quien mande en la vida cotidiana de centros turísticos como Acapulco, para que, cuándo la Transformación de Cuarta los necesite en eventuales contiendas electorales, ellos estén conscientes de que le deben algo al peje.
Las narcotiranías como Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y varios países más, no han terminado bien. Es complejamente difícil acabar con ellas por el poderío militar que tienen y al que le entregan todas las posibilidades de hacer negocio, pero ojo, nosotros tenemos un país vecino que puede intervenir si se siente amenazado.
Al menos los ciudadanos norteamericanos que viajan de vacaciones a México y a Acapulco en especial, están amenazados por el crimen organizado, eso es riesgoso para la soberanía mexicana, si es que aún tenemos soberanía.
@leyvaguilar
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