La decisión de Nicaragua de cortar relaciones diplomáticas con Taiwán y reconocer a China deja a la democracia insular autónoma con apenas 14 aliados diplomáticos. La mayoría son naciones pequeñas, y en su mayoría pobres, del Pacífico Occidental, el Caribe y América Latina, con la única excepción del Vaticano. Al mismo tiempo, Taiwán mantiene lazos sólidos, pero no oficiales, con Estados Unidos y otras decenas de países.
La pérdida de aliados formales limita aún más la capacidad de los dirigentes taiwaneses para realizar visitas de Estado al extranjero y alimenta la narrativa de Beijing de que Taiwán está perdiendo la batalla diplomática y que finalmente se verá obligado a aceptar el resultado inevitable de su unión política con la República Popular China.
“Creemos que, tarde o temprano, estos países… establecerán o restaurarán las relaciones diplomáticas normales con China. Sólo es cuestión de tiempo y, sobre todo, una tendencia imparable de los tiempos”, aseguró el viernes el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin.
¿QUÉ HAY DETRÁS DE LA DECISIÓN DE NICARAGUA PARA CORTAR RELACIONES?
El presidente autoritario de Nicaragua, Daniel Ortega, se ha convertido en un paria internacional, con Estados Unidos denunciando que las elecciones del mes pasado fueron una “pantomima”.
Eso pudo haber provocado que Ortega aceptara una oferta de China, que ha estado seduciendo a los aliados restantes de Taiwán prometiéndoles comercio y ayuda al desarrollo, al tiempo que minimiza las controversias políticas.
El hecho de que Nicaragua mantuvo sus lazos con Taiwán después del regreso de Ortega al poder tras las elecciones de 2006 fue una sorpresa para muchos. Después de asumir el cargo por primera vez en 1979, el marxista-leninista Ortega cambió los lazos de Nicaragua a Beijing, pero las relaciones con Taipéi se restablecieron tras la derrota de Violeta Chamorro en las elecciones presidenciales de 1990.
Vía | listindiario.com
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