Nagorno-Karabaj, con invitados especiales.

Guadi Calvo*.

Ya cumplidos los diez días de enfrentamientos, es evidente que Armenia se bate en solitario frente a la embestida azerbaiyana, acompañada de Turquía y provista de armamento israelí, que ha estado acelerando los envíos antes que se decrete un embargo de armas por parte de Naciones Unidas, lo que provocó la retirada del embajador armenio de Tel-Aviv.

Ereván, dio a conocer que en las últimas horas murieron más de 350 soldados armenios, por lo que el jefe de la Agencia de Seguridad Nacional Argishti Kiaramyan, fue destituido por un decreto presidencial.

Mientras Bakú sigue denunciando que Armenia continua sus ataques contra poblaciones civiles. Los últimos se registraron en la mañana del jueves ocho que volvió a tener como blanco la ciudad de Ganja y algunas aldeas de su entorno, que produjo al menos la muerte de un civil en el área de Goranboy. Las autoridades azeríes, sin revelar el número bajas militares, informaron que son al menos treinta los civiles muertos tras el inicio de los combates el pasado 27 de septiembre, al tiempo que otros 150 resultaron heridos.

Los combates se siguen intensificando, por lo que se han convertido en los más intensos de los últimos veinticinco años, que ya ha provocado que unas 75 mil personas, la mitad de la población de Nagorno-Karabaj, hayan tenido que huir de la región en disputa, en su gran mayoría los desplazados han sido mujeres y niños, ya que los hombres se han quedado para resistir lo que se cree sea la inminente toma de la ciudad, por las fuerzas azerbaiyanas.

El Grupo de Minsk cuyos integrantes más importantes son Francia, Estados Unidos y Rusia, que ha buscado, sin ningún éxito una solución al conflicto de desde 1992, siguen instando a las partes a establecer un alto el fuego en vista a los encuentros que se desarrollaran a partir en Ginebra, a la que Azerbaiyán anunció que asistirá representado por su ministro de Relaciones Exteriores, Jeyhun Bayramov, mientras Armenia ya dijo que no enviara representantes al encuentro. Por considerar inconducente mantener negociaciones por un lado y seguir matándose por el otro. Aunque, prácticamente está asegurada la presencia el próximo lunes de ese ministro armenio en Moscú.

Las calles de la capital de los territorios en disputa, Stepanakert, de unos 50 mil habitantes, gracias a los constantes bombardeos azerbaiyanos, aparecen desoladas, regadas municiones sin detonar y cráteres producidos por proyectiles, lo que la han convertido en una ciudad fantasma. Los pobladores que todavía permanecen en ella, en su gran mayoría se encuentran refugiados en sótanos, esperando el momento de huir, ya que en pocos días más los alimentos y el agua comenzaran a faltar.

Según denuncias de organizaciones de derechos humanos, se habría confirmado la utilización de municiones de racimo o cluster de origen israelí M095, las que han esparcido cientos de pequeños explosivos o submuniciones en áreas Stepanakert.

También según Azerbaiyán, Armenia habrían utilizado este tipo de armamento el que está prohibido por la convención sobre municiones de racimo (CCM), un acuerdo firmado por más de 100 países, entre los que no están ni Armenia, ni Azerbaiyán. Los azeríes utilizaron también contra Stepanakert el sistema ruso de lanzacohetes múltiples BM-30 Smerch, con capacidad para transportar bombas de racimos.

Según denuncia de Bakú, Armenia habría disparado clusters contra el oleoducto Bakú- Tbilisi-Ceyhan, en la región de Yevlakh, que cayó a solo diez metros de esas instalaciones.

En una entrevista con la televisión estatal rusa, el pasado miércoles siete, el presidente Vladimir Putin, ha definido al conflicto como: “una gran tragedia”, reiterando la necesidad de un alto el fuego inmediato. Mientras que prácticamente a esa misma hora su ministro de Defensa, Sergei Shoigu, mantenía conversaciones con sus pares de Azerbaiyán y Armenia, aunque no se han conocido detalles.

Jean-Yves Le Drian, ministro de Relaciones Exteriores francés, en declaraciones en el parlamento de París, acusó a Azerbaiyán de haber iniciado el actual conflicto y alertó sobre que el respaldo de Turquía le está dando a Azerbaiyán, puede tener como consecuencia la internacionalización del conflicto.

El martes último Mevlut Cavusoglu ministro de exteriores turco, dijo: “el mundo debería respaldar a Azerbaiyán ya que es el lado de los que tienen razón” y definió a Armenia como “estado ocupante”. Según algunas fuentes más allá de que la peor parte en bajas y destrucción de recursos se la está llevando Armenia, los combates más virulentos se están librando en territorio de azerí.
Todo por ganar para Turquía.

Turquía, desde el inició de los combates ha sido un beligerante más, todas las fuentes coinciden que Ankara ha sido el gran promotor de esta guerra. Según los informes, además de la entrega de armamento y la entrada en el conflicto de su aviación con su escuadrilla de F-16, cómo prueba de ello se conoció que el pasado día 29 una de estas naves derribó un avión Su-25, de fabricación rusa, sobre territorio de Armenia desde 60 kilómetros dentro del territorio azerbaiyano, Ankara también ha dispuesto de drones de fabricación propia, que ya ha utilizado en Siria y Libia, con un alto rendimiento y también los conocidos como “drones suicidas” Harop / Harpy de fabricación israelí.

Se estima que entre el 5 y el 20 por ciento de esas municiones quedan en el terreno sin explotar, con el consiguiente riesgo para los civiles de manera similar a la de las minas terrestres antipersonal.
Tampoco quedan dudas acerca de que Turquía ha fletado mercenarios desde Siria, los
que según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) una ONG, pro
occidental, con sede en el Reino Unido, serían más de 1200 combatientes, de los que ya
habrían muerto cerca de un centenar.
Tanto interés por parte de Ankara en esta guerra, no se basa solo en la fraternidad
religiosa, histórica, cultura o étnica con Azerbaiyán. Recep Erdoğan tiene entre manos
múltiples intereses económicos del que podría sacar importantes beneficios de
imponerse en esta guerra.
El potencial de petrolero y gasífero de la nación del Caspio, está todavía poco
desarrollado, y fundamentalmente se encuentra en manos de los gigantes energéticos
rusos Gazprom, Lukoil y Transneft, que sin duda son los grandes objetivos a derrotar
por parte de Erdogan, quien con su estrategia neo otomana, intenta extender su
influencia, como lo ha hecho sobre el Mediterráneo, y en sectores fronterizos con Siria e
Irak, ahora va por Azerbaiyán, si bien es un territorio amigo, con importantes
inversiones turcas pretende decididamente contrarrestar la influencia económica rusa y
la religiosa iraní. De los diez millones de habitantes de Azerbaiyán, más de un 80 por
ciento son musulmanes chiitas frente al 15 sunita.

Por lo que Irán que aspira a mantenerse neutral en este conflicto, cuenta con fronteras
con ambos países en guerra, dada su delicada situación económica, provocada
fundamentalmente por las sanciones norteamericanas, no le permite otra actitud que lo
que está haciendo, pedir el cese inmediato de las hostilidades. Teherán, sabe muy bien que, de
imponerse Azerbaiyán en esta guerra, Israel, aspirará a tener mayor presencia en ese país con
todo el peligro que ello significa.
En las últimas horas del jueves se conoció que la histórica Catedral del Santo Salvador,
también conocida como de Ghazanchetsots, perteneciente a la Iglesia Apostólica
Armenia y construida en el siglo XIX, en la localidad de Shusha, fue objetivo de los
ataques azeríes, sufriendo importantes daños en el interior y el exterior, según algunas
versiones periodísticas, un grupo de se encontraban dentro de la catedral, al momento
del ataque, aunque no se supo de muertos o heridos en ese ataque.
El conflicto no tiene miras de una solución inmediata y de prolongarse los” invitados
especiales” se seguirán sumando arrastrando a toda la región a una situación
imprevisible.

*Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en
África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook:
https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.

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