Los enredos de la oposición. Y Xóchitl. 

Joel Hernández Santiago

 

Ahí estaban todos los interesados en ser candidatos y los simpatizantes y los suspirantes y los amigos de los amigos y los que quieren acercarse un poco a un poder que todavía no se tiene pero que ‘podría ser’… Era la oposición política de México en pleno… o casi. 

 

Todos ahí, el lunes 26 de junio, en una ceremonia muy engalanada para presentar los detalles del proceso mediante el cual se seleccionará a él o la responsable de construir el Frente Amplio por México para –dicen– ‘ganar la Presidencia en las elecciones de 2024.’ 

 

Fue una reunión muy esperada en su presentación, aunque se tardó tanto que muchos suponían que nunca se pondrían de acuerdo. Y también es cierto: con muchas dudas respecto de lo que habrían de decir y cuál sería su estrategia para seleccionar a su candidato de unidad, pues tenían meses-semanas-días, discutiendo si iban juntos o no…

 

… Y si se pondrían de acuerdo en qué partido aportaría el candidato y cómo y cuándo… tanto más y tan complicado y lento que se conjeturaba que lo que querían era desaparecer del mapa político como oposición. 

 

Mientras, las cuatro Corcholatas de Morena-4T, seleccionadas desde Palacio Nacional, ya se servían con la cuchara grande con campañas disfrazadas de eventos informativos. Desde hace  meses recorren el país para ser él o la candidata elegidos por Palacio Nacional. (¿Y el Instituto Nacional Electoral-INE?) 

 

Ese lunes, en el hotel de lujo aquel, en el Centro de la capital del país, algunos iban a la reunión en modo “pues qué hago, tenía que venir” como era Lilly Téllez. Otros, estaban expectantes, como el exlíder de la cúpula empresarial Gustavo de Hoyos, o Alejandro Murat el del Estado de México que gobernó Oaxaca y que entregó la plaza a Morena, siendo él del PRI… 

 

Y más, muchos más. Todos se saludaban cordiales, felices, simpáticos, bien vestidos –de domingo- y sabedores de su peso político o social o empresarial y, por tanto, con esa actitud que expresa poder… aunque sea tantito, porque lo que busca cada uno es el poder total.  

 

Iban los dirigentes de aquellos viejos adversarios políticos e ideológicos que no se podían ver ni en pintura, y si se veían se borraban… quién lo iba a decir: iba el del Partido Revolucionario Institucional (PRI), del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD), agua y aceite hoy disueltos en una solución…

 

… Líderes hondos y lirondos que presentaron el proceso de selección que –dijeron- constará de tres etapas y será supervisado por un Comité Organizador y un Observatorio Ciudadano.

 

Pero nada, antemano como que Lilly Téllez ya tenía tomada la decisión de ‘bajarse’ de este grupo político de oposición y pronto, apenas unas horas después del magno evento, presentó ‘algunas dudas’ y luego una lista que seguramente ya tenía preparada antemano, de 50 preguntas para saber qué pasaría si…: 

 

Con ello, Téllez, desmenuzaba la propuesta y la sometía a escarnio público porque era una forma de debilidad en la estrategia y en la organización de los partidos participantes en unión… Horas después, sin esperar respuesta a sus preguntas, renunció a participar ahí, aunque no dijo cómo le hará para participar fuera de ahí. Ya la ultraderecha mexicana le hizo ojitos para que sea su candidata. Ella agradece pero… 

 

A la fecha seis participantes del Evento del día 26 de junio ‘se bajaron’ de la contienda interna, la mayoría por no estar de acuerdo con el método pactado entre las dirigencias partidistas y las organizaciones de la sociedad civil que integran el Frente Amplio por México.

 

¿Qué estuvo mal? Mucho. Lo más seguro es que el diseño de la estrategia para llegar a la selección del candidato opositor se hizo desde el seno de los partidos y entre líderes de partidos, los que no consultaron con los aspirantes más visibles para estar de acuerdo y llegar unidos a una lucha que, ya aliados, no debería ser entre ellos, sino entre la oposición y el gobierno de la 4T-Morena, con alternativas de gobierno, proyecto de gobierno y de Nación y novedades en el frente. 

 

De pronto apareció en el panorama lo inesperado, lo insospechado y sorpresivo: Xóchitl Gálvez, la dirigente política, la senadora por el PAN, la activista beligerante que no se deja y que dice y que apabulla y a la que  no le gusta nada de nada a Palacio Nacional como candidata opositora aunque… 

 

Aunque en la mañanera del 3 de julio el presidente dio por hecho que será la candidata de la oposición partidaria unida. Lo veía venir porque desde la semana anterior al 3 de julio comenzó a desgranarse una furiosa campaña en contra de la política hidalguense, a descalificarla, a señalarla como heredera del foxismo y apoyada en grupos empresariales y de intelectuales críticos. 

 

La detesta el presidente. Le teme. Y no la quiere en una lucha cuerpo a cuerpo con su favorita Corcholata, Claudia Sheinbaum. No la acepta enfrentada porque en materia de confrontación y parlamento Xóchitl lleva todas las de ganar frente a una Claudia sin personalidad propia, repetidora acrítica de lo que dice el presidente y seguidora a ciegas de sus aciertos o errores. 

 

Lo que sigue es impredecible. Se seguirá el procedimiento establecido porque aún hay aspirantes a ser candidatos por la Alianza Opositora Va por México, pero lo que sí se ve es que la guerra político electoral está a pleno y el presidente participa en atizar apoyos a sus Corcholatas y descalificaciones a su opositora más temida…

 

¿Y las ideologías? ¿Y el sentido de gobierno hacia metas de solución social en base a trabajo y desarrollo y no en base a dádivas? Xóchitl no es de izquierda… Pero… y ¿quién lo es hoy en el gobierno mexicano y en los partidos políticos que tenemos, para nuestra desgracia? Seguiremos en el tema, deshojando la margarita. 

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