Los Discursos Latinoamericanos en la Asamblea General de la ONU: ¿Qué Nos Dejaron?

Wide view of the Hall during the opening of the meeting. 86th plenary meeting Election of five non-permanent members of the Security Council [item 112(a)] (a) By-election (A/71/896) (b) Election of five non-permanent members of the Security Council
Por David Bencomo- Guerra

La 77 asamblea general de la ONU se llevó a cabo en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, desde el martes 20 hasta el viernes 26 de septiembre de este año, la misma versó principalmente en los temas que tienen que ver con la guerra entre Ucrania y Rusia, las consecuencias de carácter político y económico, la cuestión migratoria, la dificultad que están teniendo los países a nivel internacional, debido al alza de combustibles, alimentos y cadenas de suministro, a lo largo y ancho del globo terráqueo, y además de la necesidad de transformación de estos espacios de debate, y de acción política para La Paz.

Del lado Latinoamericano, se hicieron presentes diferentes discursos, con respecto a la actualidad política y económica en la región, sin embargo, resaltamos puntualmente, los discursos del presidente de Colombia, Gustavo Petro, del Presidente de Chile, Gabriel Boric, del Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y del Canciller mexicano, Marcelo Ebrard, que acudió en representación del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

El discurso del Presidente Gustavo Petro, quien asistía por primera vez a la Asamblea General de la ONU, en calidad de jefe de Estado de la nación neogranadina, versó sobre todo con declaraciones contundentes acerca del fracaso de la guerra contra las drogas, del fracaso de la estrategia contra el cambio climático, y principalmente, sobre la justicia ambiental necesaria en la expresión de políticas públicas más eficientes y eficaces, para atacar desde otro ángulo, el flagelo de la dependencia hacia los estupefacientes, de la dependencia del carbón y del petróleo y principalmente en la necesidad de disminución de la violencia que se genera alrededor de esta política y estrategia, que en sus palabras, ha generado más daños que reparaciones.

Además de ello, el discurso tuvo un alto contenido latinoamericano, reconoció un llamado a la necesidad de dialogo entre las partes para el conflicto entre Rusia y Ucrania, y que, además, para el mantenimiento de La Paz y de la vida en el planeta, es necesaria otra estrategia cuyo único camino es el dialogo.

La secuencia del debate de alto nivel también logró darnos declaraciones importantes por parte del presidente de Chile, quien al igual que su homólogo colombiano también asistía a la Asamblea General por primera vez en calidad de jefe de Estado de la nación austral. Su discurso, estuvo anclado en la necesidad explicativa de los grandes cambios sociales y económicos que se están llevando adelante en la República de Chile, hizo un recuento, además, de todas las transformaciones que se han derivado del estallido social desde el año 2019. Se unió conjuntamente al llamado de diálogo y de paz en la guerra ruso- ucraniana, y también reconoció la necesidad de respeto a los derechos humanos, en países como Venezuela, Nicaragua y Palestina. Refirió que “el camino para la estabilidad, la paz y los acuerdos, se pavimentan con más democracia y no con menos”.

Chile’s President Gabriel Boric addresses the 77th Session of the United Nations General Assembly at U.N. Headquarters in New York City, U.S., September 20, 2022. REUTERS/Amr Alfiky

Esta posición discursiva, fue ampliamente atacada por representantes políticos del gobierno venezolano al declarar que Boric, Quiere hacer las paces con los intereses imperialistas algo que refirió Diosdado Cabello, número dos de la cúpula Madurista en Venezuela. No obstante, estas declaraciones por parte del presidente de Chile se enmarcan en su desarrollo discursivo, que ha sido patente desde que él mismo era candidato a la presidencia de Chile, declarando la necesidad de diálogo, concertación y respeto a la disidencia, misma que tiene que ver con lo que aquí hemos analizado cómo esta lógica progresista 2.0 en la América Latina.

Por otro lado, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, tuvo un discurso bastante corto y a su vez poco esperanzador, en la capacidad de resonancia, en cuanto a la transformación de la estructura institucional de las Naciones Unidas, y sí hizo hincapié en la necesidad de tomar en cuenta otras voces, por parte de las naciones poderosas, económica, política y militarmente en el mundo. Empero, reconoció el contexto de transformación que se vive hoy en día en el país centroamericano, remarcando potencialidades como sus hermosas playas, aptas para la práctica del surf a nivel profesional, su geografía llena de volcanes, la calidad del café producido en suelo salvadoreño y que hoy en día se han transformado en una “tierra del bitcoin”.

Profundizando un poco más en el discurso, él mismo, reconoció la necesidad de respetar la libertad de los pequeños pueblos, en un llamado a la autodeterminación, algo que se ha hecho patente a lo largo de los años en la Asamblea General de las Naciones Unidas, por parte de aquellos gobiernos que ideológicamente han adversado el sistema político y económico a nivel mundial, pero que al interior de sus países, cuentan con una amplia legitimidad, imagen positiva y cuya respuesta se basa en procesos muchas veces de carácter histórico.

Es importante entonces, hacer un paréntesis con respecto al desempeño de Bukele como Presidente de El Salvador, pues días antes de esta asamblea y de su discurso, el actual Presidente reconoció su interés en concurrir a la reelección como mandatario en su país, misma que no está contemplada en la actual constitución, pues cuando ésta fue aprobada en el año de 1983, se trató de blindar la no capacidad de reelección de los gobernantes, este escenario ya fue declarado en varias ocasiones por el mismo, en el tiempo en el que este fungió como Alcalde de San Salvador y durante su candidatura a la presidencia.

Sin embargo, a lo largo de todo el periodo de gobierno de Bukele en el país centroamericano, se ha visto cómo éste ha modificado la estructura institucional, descabezando a la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, entrando con amplia compañía de militares al parlamento en el 2020, lo que a partir de ahí generó un relato de transformación institucional a modo, ganando el poder legislativo en el año 2021, nombrando a nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia y un nuevo fiscal, aunque no llenaran los requisitos para ejercer en el cargo.

En palabras de los analistas, el accionar de Bukele responde al clásico caudillo populista latinoamericano, que estando en el poder, utiliza los recursos del Estado como si fuesen propios, para perpetuarse en él, apoyándose en la debilidad institucional, en su amplia popularidad y en la poca capacidad de contención de la oposición política.

Regresando en el análisis de lo que nos dejó la 77 Asamblea General de las Naciones Unidas, terminamos por reconocer la figura de Marcelo Ebrard, el canciller mexicano que se hizo presente en representación del gobierno mexicano, nuevamente el gran ausente en los espacios hemisféricos termina siendo Andrés Manuel López Obrador que pese a su ascenso legítimo en la capacidad del gobierno mexicano, no ha mostrado a lo largo de los últimos cuatro años que componen su mandato, la intencionalidad de ejercer como figura predominante de la discusión política en el escenario latinoamericano, a diferencia de su despliegue comunicacional y de influencia en la opinión pública mexicana.

Desde lo discursivo, el despliegue del canciller tuvo una tonalidad bastante diplomática, reconociendo la necesidad de modificación del Consejo de Seguridad de la ONU, la poca efectividad del derecho a veto que tienen las potencias mundiales en la resolución de los conflictos globales, además reconoció la capacidad que tuvo México para enmarcar los mecanismos de ayuda humanitaria en el escenario de la guerra en Ucrania, y además propuso un marco de acuerdos y diálogos que pueden ponerse en práctica para lograr la paz y acabar con esta guerra.

Haciendo un balance, entonces reconocemos el gran abanico discursivo que existe hoy en día en América Latina, y que se hizo presente en esta palestra global que es las Naciones Unidas, pero que, además, con sus matices y diferencias, reconocemos el llamado al diálogo, a la construcción de la paz, al respeto a los disensos, y donde mucha de la política de despliegue internacional, tiene que ver con el accionar interno del gobierno de cada país.

No obstante, del otro lado del Atlántico, la guerra se mantiene en pleno auge y posterior a las acciones y declaraciones de la Asamblea General, el Presidente de Rusia Vladimir Putin anunció formalmente la anexión de cuatro territorios de Ucrania, medida que se produjo después de que celebraron referéndum en Jersón, Zaporilla, Donetsk y Lugansk, a lo que el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres y el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinken, señalaron que dicha adhesión es una violación al derecho internacional.

Ante este escenario, cabe preguntarnos: ¿Tienen los países latinoamericanos la capacidad para influir en las negociaciones sobre la guerra y la paz a nivel internacional? ¿Se logrará pavimentar el camino que conduce a la estabilidad, el desarrollo y la gobernabilidad con más democracia?

Amanecerá y veremos.

David Bencomo- Guerra 

Politólogo – Comunicador Social

Mtte. Gobierno y Asuntos Públicos UNAM | Dtte. Cs. Políticas UNC

 tw: @sbencomo | ig: @dbencomog 

 

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