Los demócratas votarán para anular el estado de emergencia de Trump

Con una rapidez pocas veces vista en el Capitolio, la líder demócrata y presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, someterá el martes a votación la declaración del estado de emergencia con la que Donald Trump pretende apropiarse de los fondos necesarios para acabar de construir el muro en la frontera con México. «No vivimos en una monarquía; en este país existe la separación de poderes», dijo ayer Pelosi en una conferencia telefónica en la que denunció lo que considera un abuso de poder por parte del presidente.

«Nos hemos preparado para lo peor, porque desgraciadamente este presidente está haciendo lo peor», dijo Pelosi, que ayer se encontraba en la localidad fronteriza de Laredo, en Tejas. «El presidente está actuando como si la ley no valiera nada y está violando nuestra constitución y por lo tanto nuestra democracia». Pocas veces un presidente de la Cámara, jefe del poder legislativo y segundo en la linea de sucesión del propio presidente, se ha expresado en términos tan duros al referirse al inquilino de la Casa Blanca.

El diputado demócrata por Texas Joaquín Castro ha presentado una propuesta para anular la declaración del estado de emergencia que ya cuenta con 225 apoyos en una Cámara que tiene en total 435 escaños. Trump declaró el estado de emergencia hace una semana y ahora maniobra para hacerse con los primeros 3.600 millones para ampliar el muro, que ya abarca unos 1.000 kilómetros y que tendrá una extensión total de 3.000. En una entrevista con este diario, Castro dijo el mes pasado que hará lo que esté en su mano para que Trump no acabe ese muro.

El presidente ha recurrido a la única opción que le quedaba para lograr dinero sin tener que pasar por el Capitolio, que es el que aprueba los presupuestos. Al declarar una emergencia nacional, Trump puede apropiarse de fondos militares que estaban ya presupuestados para otros proyectos. El Capitolio puede anular el estado de emergencia si considera que el presidente ha actuado de forma irresponsable. Aunque los demócratas controlan la cámara baja, los republicanos tienen mayoría en el Senado.

La decisión más polémica

Aparte de la actividad legislativa, los juzgados norteamericanos han recibido diversas denuncias que cuestionan los argumentos de Trump para declarar el estado de emergencia, sobre todo su afirmación de que EE.UU. sufre «una invasión de traficantes de drogas y de personas y todo tipo de criminales y grupos delictivos». Esas denuncias pueden acabar, al cabo de unos meses, en el Tribunal Supremo, a cuyos dos últimos miembros —de un total de nueve— ha elegido el propio Trump.

Una de las demandas la han presentado de forma conjunta los gobiernos de 16 estados, incluidos California y Nueva York, quienes alegan que el propio presidente admitió que el estado de emergencia era innecesario en el discurso en el que lo anunció. En una conferencia televisada en la Casa Blanca, Trump dijo el 15 de febrero: «No es que me fuera necesario hacerlo, pero prefiero hacerlo para acelerar las cosas».

La decisión de declarar el estado de emergencia no ha sentado bien a los republicanos, que creen que puede sentar un peligroso precedente. El senador por Florida Marco Rubio se lo desaconsejó a Trump, temeroso de que los juzgados le declaren culpable de emplear poderes extraordinarios para cumplir lo que no es más que una promesa electoral. Como candidato, Trump fue extremadamente crítico con el recurso de Barack Obama a gobernar por decreto cuando tenía al Capitolio en contra.

El líder demócrata en el Senado, Charles Schummer, anunció ayer que también llevará la declaración a votación en esa cámara alta porque «si el presidente se sale con la suya, habrá cambiado de forma sustancial el equilibrio de poderes de un modo que los padres fundadores de la patria nunca imaginaron». Schummer alertó a los miembros del Partido Republicano de que deben «reaccionar si creen todavía que el Congreso debe servir de contrapeso a los excesos del poder ejecutivo».

La decisión de Trump es tal vez la más polémica de su mandato y ha soliviantado a miembros de ambos partidos en un país con una larga tradición de respeto escrupuloso a la separación de poderes.

con información de abc

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