Lo bueno, lo feo y lo hipócrita de la visita a Washington

09 de Julio de 2020

No parece casual que el mismo día de la primera reunión de los presidentes López Obrador y Trump, en Washington, se haya producido la captura, con fines de extradición, de César Duarte.

El exgobernador de Chihuahua enfrenta serias acusaciones de peculado por 96.6 millones de pesos. Se le involucra también en el desvío de 250 millones de pesos a campañas del PRI, en el 2016.

Lo detuvieron ayer en Miami, donde vive desde hace dos años, poco después de la primera reunión Trump-López Obrador en la Casa Blanca.

¿Un obsequio a López Obrador de su amigo Trump por el trabajo de “muro humano” que ha realizado la Guardia Nacional para contener la migración centroamericana hacia Estados Unidos?

La captura de Duarte jugará a favor del tabasqueño, quien, según las más reconocidas casas encuestadoras, ha perdido más de veinte puntos de popularidad en lo que va de su mandato.

 

 * La simbólica visita de López Obrador a Trump es la primera que hace al extranjero en el más de año y medio que lleva en Palacio Nacional.

El mexicano es, también, el segundo mandatario extranjero que visita la Casa Blanca, desde que inició la pandemia en enero-febrero de este año.

En el Rose Garden de la Casa Blanca se produjeron los primeros mensajes de la visita de Estado.

Trump habló 7 minutos con 38 segundos. López Obrador el doble.  Lenguaje amable, diplomático, de mutuo elogio, incluso, de amistad.

Los dos afirmaron que las relaciones entre ambos países nunca fueron tan estrechas y destacaron las ventajas que representa para México, Estados Unidos y Canadá el famoso T-MEC.

“Fallaron los pronósticos. No nos peleamos. Somos amigos y vamos a seguir siendo amigos”, dijo López Obrador, al concluir su segundo mensaje frente a empresarios de ambos países.

No se registraron comentarios incómodos, ni los temidos desplantes por parte del jefe de la Casa Blanca.

Apenas una mención positiva a los maltratados migrantes mexicanos.

“No hubo pleito porque no hubo defensa de los migrantes”, comentó ayer el gran analista José Antonio Crespo.

El muro desapareció del discurso. Apenas una mención al tráfico de drogas y de armas.

El coronavirus tampoco fue invitado a la plática. Ninguno de los dos tiene de qué presumir en el combate a la pandemia del siglo. Más bien ha sido un manejo deficiente.

El New York Times sintetizó así la visita del tabasqueño: “Trump recibe al Presidente mexicano para destacar comercio e inmigración. Son temas de su campaña de reelección”.

El discurso del magnate-presidente estuvo marcado por una hipócrita referencia del jefe de la Casa Blanca a los migrantes mexicanos.

Pasaron de ser “violadores y traficantes de drogas”, como los calificó en su primera campaña, a “respetables ciudadanos mexicoamericanos”.

“Fortalecen nuestras iglesias, y colorean todos los trazos de la vida en Estados Unidos”, dijo.

 

 * López Obrador pronunció un buen discurso sobre las ventajas del T-MEC, la buena vecindad; lo que aportan los migrantes mexicanos a la economía estadunidense.

Lo feo fue un pasaje de su discurso que, seguro estoy, no fue del agrado de muchos mexicanos agraviados por el presidente de Estados Unidos.

“Hemos recibido de usted comprensión y respeto”, le dijo a Trump.

Y más: “usted no ha pretendido tratarnos como colonia, sino que, por el contrario, ha honrado nuestra condición de nación independiente”.

Esa parte del discurso sobró. Trump nos ha ofendido como pueblo una y otra vez. Es conocido su desprecio por los migrantes, a los que utiliza para hacer campaña.

¿Es trato de nación independiente obligar a un país a cazar migrantes de Centroamérica, so pena de aranceles comerciales? ¿Y qué decir de las presiones par distraer parte de la Guardia Nacional en tareas de migración?

El que no olvidó los insultos de Trump fue Joe Biden, virtual candidato demócrata a la Casa Blanca, favorito en las encuestas.

En un tuit recordó: “Trump lanzó su campaña de 2016 llamando a los mexicanos violadores. Propagó el racismo contra nuestra comunidad latina desde entonces”.

El balance final de la visita, sin embargo, es positivo.

Es un axioma señalar que es mejor tener una buena relación con Trump que andar de pleito con él.

Hasta el PAN, vía al diputado Juan Carlos Romero Hicks, reconoció que la entrada en vigor del #T-MEC es la única buena noticia económica de la  administración de López Obrador.

VIA | EXCELSIOR

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