Libia: La incertidumbre como hoja de ruta

La otrora potencia africana otra vez se encuentra al filo de una guerra interna abierta que podría profundizar una crisis que no tiene fin.

A poco de conocida la noticia, Rusia, Francia, Italia, el Reino Unido, los Estados Unidos y EAU han solicitado el fin de las operaciones para evitar un nuevo baño de sangre en gran escala. Las potencias occidentales -responsables exclusivos de la actual situación de Libia-, en un comunicado conjunto, han reclamado que en “este delicado momento de transición en Libia, la postura militar y la amenaza de acciones unilaterales, hacen probable que vuelvan a sumir a Libia en el caos”.

¿Una guerra o una negociación apurada?

Las tropas de Haftar, que ya se habían apoderado de las ciudades más importantes del país, después de fuertes combates y largos sitios a Benghazi, la segunda ciudad más grande de Libia y capital de la Cirenaica, también tomaron Derna, la primera capital del Daesh en el país.

La escalada de la violencia en las puertas de Trípoli, por la que ya se han cerrado todas las escuelas, una vez más, ha despertado en sus más del millón y medio de habitantes un gran temor, por lo cual han salido a las calles para abastecerse de insumos básicos. Las colas frente a las estaciones de servicio y supermercados están causando grandes aglomeraciones, mientras los combates ya se escuchan cercanos.

Al caer la noche del sábado, las poderosas milicias pro Trípoli llegadas de Misrata combatían, a unos 40 kilómetros de la capital, a las fuerzas de Haftar. También se supo que las milicias de Misrata han tomado al menos a unos 150 hombres de ENL, junto a una cincuentena de vehículos y poderoso armamento.

Algunos expertos insisten en que la decisión de Haftar sería un intento de llegar a la conferencia de mediados de abril con una posición de sumo poder, obligando a Al Sarraj a negociar debilitado, con su ciudad sitiada, y entonces aceptar la constitución de un gobierno de facto con la suma del poder militar y la posibilidad de una administración ya unificada, que pueda mantener a Haftar en el poder hasta las elecciones generales en las que, sin duda, se impondría, dada la necesidad del pueblo libio de terminar con la anarquía y consagrar un gobierno de Unidad Nacional.

Los ministros de asuntos exteriores del G7 reunidos en Francia, sin calificar a Haftar como el agresor, han solicitado a todas las partes involucradas a moderar sus acciones y que detengan las acciones militares y el avance hacia Trípoli. Por su parte, el Comando de África de Estados Unidos (AFRICOM) informó que, dada la “mayor inquietud”, había reubicado a un contingente no especificado de sus fuerzas, sin dar mayores precisiones.

Se cree que Haftar cuenta con una importante fuerza aérea, muy superior a la que podría tener Trípoli, armada por los EAU. A esto se sumarían, según Washington, unos 300 mercenarios de origen ruso.

Sé el primero en comentar

Déjanos un comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


*