La persecución o el linchamiento, como se le quiera llamar a la embestida gubernamental en contra de Guillermo García Alcocer, el presidente de la Comisión Reguladora de Energía, se da en el marco de otra carga; la adversa a los órganos autónomos creados, como instrumentos conspirativos para abatir la majestad de un Estado absoluto, sin equilibrios ni contrapesos, cuya restauración y purificación son ahora el propósito central del gobierno.
Reproduzco las páginas del diario:
“…Andrés Manuel López Obrador calificó como ‘una gran farsa’ a los órganos autónomos, en referencia directa a la Comisión Reguladora de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
“‘No debería de estar ahí (al frente de la CRE)’, declaró López Obrador en su conferencia matutina sobre Guillermo García Alcocer.
“‘Y no es porque nos cuestionó: es más profundo el asunto (…) Es que se engañó al pueblo de México haciendo creer que se necesitaban instancias autónomas de expertos independientes, porque el gobierno no podía atender los asuntos de la CFE y Pemex’.
“López Obrador agradeció a la fortuna, porque funcionarios de los órganos autónomos están por cumplir con sus periodos de gestión o porque han presentado su renuncia a esas entidades.
“‘Ahora, por suerte, porque parece mentira, pero la suerte sí cuenta, sí interviene, se les fueron venciendo los plazos o renunciaron algunos y se van a limpiar’.
“‘Se van a purificar estas instancias. Los vamos a purificar, porque estaban totalmente al servicio de los intereses particulares’, declaró el presidente”.
La catapulta presidencial contó con el auxilio de la Secretaría de la Función Pública, la Secretaría de Hacienda y la Fiscalía General de la República, cuya autonomía es tan sólida como un helado de limón bajo el sol tropical de Paraíso.
Indefenso, García Alcocer, ha solicitado públicamente una audiencia con el jefe del Estado, quien hasta ahora no le ha respondido y cuando lo haga, será para ahondar la profundidad del agujero negro al cual lo ha arrojado la Cuarta Transformación.
El destino de la CRE es idéntico al del Instituto de Acceso a la Información y quizá hasta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos o cualquiera otro de los órganos surgidos en años recientes, no como muestra perversa del engaño neoliberal contra el noble pueblo de México, sino precisamente para no dejar suelta la fiera del capitalismo salvaje.
“—Te parecen cosa de otro planeta, ¿no, sobrina?
“La muchacha se ruboriza.
—Es que resulta tan increíble, tía. Como en la película de Orson Welles, El proceso, que dieron en el Cine Club. A Anthony Perkins lo juzgan y lo ejecutan sin que descubra por qué…”
Ese párrafo de La fiesta del chivo, la novela de Mario Vargas Llosa, es apenas una pálida luz reflejada en la forma como los engranes del poder se mueven cuando domina la intención de triturar a un hombre.
¡Ah!; la purificación, empeño tan espiritual y extraño como tantas veces lo hemos escuchado a lo largo de los siglos.
En la presentación del libro, La lógica de las hogueras” (FCE), de Nathan Wachtel, se habla de los afanes purificadores, de la limpieza. Dice:
“…La Inquisición, más que cualquier otra institución de los tiempos modernos, supo inspirar el terror.
“A través de persecuciones llevadas a cabo metódicamente y de grandilocuentes espectáculos de castigo, logró instaurar una verdadera pedagogía del miedo para extirpar las herejías fatalmente engendradas por la impureza de la sangre…”
Hoy no se invoca la pureza de la sangre sino la mancha de la doctrina impía y corruptora: los neoliberales los conservadores o los fifíes, son impuros y también sus instituciones, sus comisiones, sus hombres y mujeres, y para limpiarlos de los lodos de la deshonestidad, es necesario llevar a quien sea al fuego de los medios y al tribunal de fiscales y contralores, sin recato, ni proceso; sin garantías, sin miramientos.
Como dice Toribio Medina en su Historia del tribunal del Santo Oficio de la inquisición en México (Conaculta):
“–…y viendo la ceguera en que estaba, vinieron por cuatro veces al tribunal, personas doctas y religiosas, que con santo celo le enseñaron lo que debían tener y creer, y no habiendo sido posible poderlo reducir, se construyó su causa definitivamente con asistencia de su letrado y un intérprete, de quien se tiene mucha satisfacción, fue relajado en persona a la justicia y brazo seglar, como hereje calvino pertinaz, con confiscación de bienes, DEJOSE QUEMAR VIVO“.
rafael.cardona.sandoval@gmail.com
elcristalazouno@hotmail.com
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