Firma la Cámara de Diputados convenio de colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México

La Cámara de Diputados firmó un Convenio General de Colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México, (UNAM), con el objetivo de emprender trabajos conjuntos en materia de docencia, investigación y difusión de la cultura.

En el acto, el presidente de la Mesa Directiva de este órgano legislativo, Santiago Creel Miranda, dijo que esta firma de convenio traerá múltiples beneficios para ambas instituciones autónomas que sirven al Estado mexicano.

Recordó que la lucha por la autonomía universitaria tuvo un efecto de enorme trascendencia en nuestro sistema político. “Los cambios más significativos se han hecho a través de la creación de entidades autónomas, de entidades de autonomía constitucional”.

“He podido ser parte de una generación que ha acompañado el tránsito de nuestro sistema político hacia la democracia, y estos entes de autonomía constitucional que fueron cincelados, uno a uno, teniendo como referente la autonomía de nuestra Universidad”, destacó.

El diputado presidente reconoció que “nuestra máxima casa de estudios ha formado a cientos de miles de estudiantes que han garantizado su derecho humano a la educación. Es un derecho humano reconocido desde nuestra Constitución”.

La UNAM, aseguró, cumple con una función fundamental de dimensión social para el desarrollo del país. “No hay nada más determinante para promover la igualdad, que fomentar la educación. Es el mejor instrumento, insuperable, para enfrentar la desigualdad del país, y ahí, nuestra universidad cumple una función esencial”.

Santiago Creel Miranda agregó que “es un auténtico privilegio para mí servir como docente de mi alma mater”, puesto que, además, la Facultad de Derecho de la UNAM, de la cual Raúl Contreras Bustamante es director general, está dentro de las mejores facultades del mundo.

El Rector de la UNAM, Luis Enrique Graue Wiechers, dijo que la universidad, igual que la Cámara de Diputados, es un espacio abierto al diálogo y la pluralidad de ideas y convicciones; ambas han creado y promovido las condiciones para la expresión, el respeto, la igualdad, la democracia y el ejercicio de todas las libertades fundamentales.

Indicó que “este convenio ratifica la disposición de la UNAM para seguir sirviendo a México. Lo hacemos con la convicción de que trabajar por el bien del país es consustancial a nuestra misión y nuestro espíritu”.

Agregó que ambas instituciones han firmado 43 convenios, tres todavía vigentes, y que tienen entre sus objetivos impulsar los trabajos de servicio social, la elaboración de iniciativas y favorecer la profesionalización de legisladores y servidores públicos.

La Secretaria General de la Cámara de Diputados, Graciela Báez Ricárdez, señaló que este órgano, desde el 2018, se ha preocupado en fortalecer al Poder Legislativo, a lo cual contribuye este convenio. Además, dijo, se relanzó el Servicio Profesional de Carrera en los Centros de Estudio, para que brinden opiniones objetivas e imparciales que apoyen a las y los diputados.

Además, agregó, se desarrolló un Portal Ciudadano para informar a la sociedad de manera sencilla sobre el quehacer legislativo, y se creó el Espacio San Lázaro, que organiza seminarios, conferencias y cursos sobre historia, política y filosofía.

Por su parte, el Secretario General de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, explicó que este acto suscribe la renovación del Convenio General de Colaboración entre la Cámara de Diputados y la máxima Casa de estudios, en virtud que el pasado concluyó el 31 de agosto del 2021.

Añadió que la cooperación entre ambas instituciones ha permitido realizar trabajos de docencia, investigación, difusión de la cultura y otras áreas.

Participación de las y los diputados

La diputada Aleida Alavez Ruiz (Morena) indicó que este acto es en todo sentido un acto republicano, que reconoce la autonomía constitucional de dos entes y, a su vez, estrecha los lazos de colaboración; ambos son sitios para el ejercicio libre de ideas y pensamientos, que desembocan en lo que sea útil para la sociedad.

Del PAN, la diputada Noemí Berenice Luna Ayala celebró la firma del convenio, al mismo tiempo de reconocer el fin social de la universidad, su naturaleza científica, autonomía y aportación al país; “este convenio se realiza en un recinto que representa la pluralidad, la tolerancia y la conjunción de ideas de todos quienes conformamos el pueblo de México”.

Del PVEM, la diputada María del Carmen Pinete Vargas reconoció la labor de la UNAM y su colaboración con la Cámara de Diputados, porque ayudará a las y los legisladores. Se trata, dijo, de un apoyo enorme que resulta de la firma de estos convenios.

A su vez, del PT, la diputada Magdalena Núñez Monreal resaltó que el convenio es trascendental para la vida del Poder Legislativo, porque resultará en diversos apoyos y brindará mejores condiciones para que “las y los diputados cumplamos con la gran responsabilidad de representar al pueblo de México”.

La diputada Olga Luz Espinoza Morales (PRD) destacó la firma del convenio, porque la UNAM representa unidad y, al mismo tiempo, en la Cámara de Diputados es donde están representados más de cien millones de mexicanas y mexicanos. La firma de este convenio, agregó, nos fortalece en la pluralidad.

Invitación al Pleno

Posterior a la firma del convenio, el Rector de la UNAM ingresó al Salón de Plenos acompañado por los miembros de su comitiva con la presencia de Raúl Contreras Bustamante, director de la Facultad de Derecho; Alfredo Sánchez Castañeda, abogado general de la UNAM; Guadalupe Valencia García, coordinadora de Humanidades; y Carola Isabel Evangelina García Calderón, directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

También Tomás Humberto Rubio Pérez, director de la Facultad de Contaduría y Administración; Enrique del Val Blanco, coordinador general de Planeación y Simplificación de la Gestión Institucional; al doctor Diego Guerrero, jefe de la división de Educación Continua de la Facultad de Derecho, y el investigador Khemvirg Puente.

“Todos ellos están en este Salón de Sesiones, después de concluir la ceremonia de la firma de un convenio, entre la Universidad Nacional Autónoma de México y esta Honorable Cámara de Diputados. Es un acuerdo de colaboración, un cuerdo que va a traer amplios beneficios para esta Cámara, las y los diputados y quienes integran las labores de esta Cámara, igualmente para las y los estudiantes”, mencionó.

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DIPUTADO SANTIAGO CREEL MIRANDA

Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados 

Mensaje en la Firma de Convenio General de Colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México, en el Palacio Legislativo de San Lázaro.

Muchas gracias.

Muy buenas tardes tengan todas y todos ustedes.

Para mí es un honor, a la vez que un privilegio recibir a quien dirige, a quien es rector de nuestra Universidad Nacional Autónoma de México, y lo hago en mi carácter de presidente de la Cámara de Diputados, una presidencia que representa la unidad dentro de la pluralidad y la diversidad que es esta Cámara.

Además, me da doble gusto poderles afirmar que, por vez primera, los recibe una Cámara auténticamente paritaria. Es más, son más diputadas que diputados los que integran esta soberanía; 251 diputadas, 249 diputados.

Doctor Enrique Graue Wiechers, rector de nuestra Máxima Casa de Estudios, sea usted bienvenido; al igual que el doctor Leonardo Lomelí Vanegas, secretario general; el doctor Alfredo Castañeda, abogado general; y, por supuesto, las estimadas y estimados directores de las facultades aquí presentes, la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, Contaduría y Administración, y, además, la Coordinación de Humanidades.

Me da mucho gusto saludar a nuestra Secretaria General, Graciela Báez, la maestra Graciela Báez, pues que ha sido el motor, el impulso para la suscripción del acuerdo que hoy habremos de firmar, y también por su labor para la consolidación, justamente, del servicio civil de carrera y el contacto permanente con la ciudadanía, a través de nuestro portal, por mencionar solamente algunas de las funciones que ha innovado nuestra Secretaria General.

Agradezco, igualmente, a quienes han intervenido por los distintos grupos parlamentarios; la diputada Aleida Alavez, del grupo parlamentario de Morena; diputada Noemí Luna, del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional; diputada María del Carmen Pinete, del Partido Verde Ecologista de México; la diputada Magdalena Núñez, igualmente del grupo parlamentario del Partido del Trabajo, además es secretaria de la Mesa Directiva, además que igualmente como la diputada Pinete, y la diputada Olga Luz Espinosa, del grupo parlamentario del PRD.

Demás diputadas, diputados, secretario de la Mesa Directiva que integran en este momento este salón y que están presentes.

Siempre es bueno recordar el pasado para poder aquilatar el presente.

La Universidad Nacional Autónoma de México es la institución pública de educación superior más antigua de nuestro país. Casi todas las demás surgen o se renuevan a partir de la Constitución de 1917. La Máxima Casa de Estudios cumple este año 470 años desde su vinculación en la primera universidad que tuvo nuestro país.

Desde su inicio, en su nueva etapa, hace un poco más de 100 años, don Justo Sierra estableció los principios que debían guiar a la institución. Una educación pública como obligación capital de Estado; gratuidad, como condición necesaria para la formación de la enseñanza superior que, en sus palabras, el Estado debía de expensar y sostener, y la laicidad, por supuesto, como un deber ineludible dado que reconocía que no reinaba un espíritu laico en las escuelas de aquel entonces.

En estos principios encontramos ya las ideas germinales de lo que fue después, ya de una manera mucho más acabada y formada, los contenidos de nuestro Artículo 3° en nuestra Constitución de 1917.

La Universidad que renueva su fundación, además, debía de ser una institución de carácter nacional. Había la necesidad –como lo argumentó en su momento Sierra- de encontrar una educación común y la forma de esa de unificación, como él lo decía, la unificación suprema de la patria. Con ello, estaba ya casi listo el rostro de la nueva universidad, faltaba el último eslabón de esta cadena, su autonomía y libertad de cátedra.

Los rectorados de Vasconcelos y Gómez Morín apuntalaron estos dos principios, y fueron también las luchas universitarias que se dieron posteriormente que, por supuesto, incluyen el movimiento estudiantil de 1968 y los reprobables acontecimientos ocurridos en la toma de la Universidad, y la masacre estudiantil del 2 de octubre, que no se olvida. Y por supuesto, los que salvaguardaron esta defensa, en primer lugar, el inolvidable rector Barros Sierra, y esto lo hizo en la defensa de la autonomía de la Universidad en esos momentos tan difíciles para nuestro país.

Fue hasta el año 2013, relativamente hace poco tiempo en el arco temporal de nuestra historia, que este concepto fundamental, el florecimiento para las ciencias y para fortalecer el ejercicio de la libertad de cátedra, que es la autonomía, quedó plasmado en el Artículo 3° de nuestra Constitución.

La lucha por la autonomía universitaria tuvo un efecto de enorme trascendencia en nuestro sistema político. Los cambios más significativos que hemos realizado en los últimos años se han hecho a través de la creación de entidades autónomas, de entidades de autonomía constitucional.

He podido ser parte de una generación de acompañar el tránsito de nuestro sistema político hacia la democracia, y estos entes de autonomía constitucional fueron cincelados, uno a uno, teniendo como referente la autonomía de nuestra Universidad.

Se revisaron las discusiones en torno a la autonomía cuando ésta se dio, cuando ésta se logró, para poder inspirarnos en la creación de muchos de estos órganos de autonomía constitucional, que también, dentro del sistema de división de Poderes y del sistema de pesos y contrapesos, aunque solamente están dentro del marco constitucional puestos de esta forma, constituyen a un sistema de equilibrios en las competencias de cada uno de ellos.

Nuestra Máxima Casa de Estudios ha formado a miles, cientos de miles de estudiantes que han garantizado su derecho humano a la educación. Es un derecho humano reconocido desde el Artículo 1° de nuestra Constitución y, por supuesto en el Artículo 3°.

El 70 por ciento de los alumnos de nuestra Máxima Casa de Estudios proviene de familias de escasos recursos. Esto significa que la función de nuestra universidad abre oportunidades de vida a miles y cientos de miles de alumnos y alumnas, y como bien lo dijo nuestro rector, fomentan la movilidad social y el desarrollo de la persona.

Con ello, nuestra Máxima Casa de Estudios cumple una importantísima y fundamental función de dimensión social para el desarrollo del país. No hay nada más determinante para promover la igualdad, quienes viven en una condición de desiguales, que fomentar la educación. Es el mejor instrumento, insuperable, de poder enfrentar la desigualdad del país, y ahí, nuestra universidad cumple una función esencial.

También hay que decir esto, porque si hablamos de nuestra Universidad, de su historia, hay que hablar, igualmente, de su presente.

Nuestra Universidad Nacional Autónoma de México se encuentra dentro del 10 por ciento de las mejores universidades del mundo, y de acuerdo con una evaluación que se hace anualmente —y que es ampliamente reconocida en el mundo, y particularmente en el mundo internacional de universidades— en una evaluación que se lleva a cabo de mil 500 universidades, las mejores del mundo, la nuestra está dentro de ese 10 por ciento, en el máximo eslabón de esa jerarquía de calidad.

Aquí voy a hacer un paréntesis personal, que no puedo dejar a un lado. Sé que es una ceremonia solemne y formal, pero no puedo dejar de mencionar que me honro de integrar el claustro de profesores de la Facultad de Derecho de nuestra Universidad Nacional Autónoma de México.

Es un auténtico privilegio para mí, servir como docente de mi alma mater, puesto que, además, nuestra Facultad, la Facultad de Derecho de la UNAM, está dentro del tres por ciento de las mejores facultades del mundo.

Quiere decir esto que está en el máximo eslabón y, ciertamente, es la mejor Facultad evaluada en Hispanoamérica. Gracias, doctor Raúl Contreras Bustamante, que está aquí presente, le agradezco mucho su presencia en este acto.

Es igualmente para mí —a nombre de esta representación de la casa soberana de la nación— un honor y un privilegio suscribir, a nombre de la Cámara de Diputados, este convenio con la Universidad Nacional Autónoma de México para el desarrollo de proyecto de investigación, intercambio, información, publicaciones y organización de conferencias, simposios y demás actividades académicas.

Estoy cierto de que este convenio traerá múltiples beneficios para ambas instituciones autónomas que le sirven al Estado mexicano.

Enhorabuena para todos los presentes, enhorabuena para todas y todos los diputados, y enhorabuena para todas y todos los universitarios de nuestra queridísima Máxima Casa de Estudios.

Muchas gracias.

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