En lugar de antirrábicos se necesitan veterinarias públicas gratuitas para atender a los animales

La protección de los gatos como animales de compañía y que han hecho del Palacio Legislativo de San Lázaro su hogar permanente, es una muestra de la acción altruista de la diputada Gabriela Sodi (PRD), quien ha propuesto reformar diversas leyes, a fin de fortalecer la preservación y un trato digno de todos los animales.

Además de sus tareas legislativas, la presidenta de la Comisión de Grupos Vulnerables está dedicada a la protección de los animales, una ardua labor altruista para procurar alimentación, trato digno, higiene y un hogar a cientos de perros y gatos abandonados por sus dueños.

Esa generosa acción la dedica ahora a los gatos del Palacio Legislativo de San Lázaro, que han encontrado en las instalaciones de la Cámara de Diputados un hogar permanente.

Sodi Miranda ha presentado nueve iniciativas para reformar la Constitución Política y diversas leyes, a fin de fortalecer la preservación y el trato digno hacia los animales.

En entrevista, la legisladora por la Ciudad de México destacó su propuesta, que está en análisis en el Senado, para establecer clínicas veterinarias públicas en todo el país, que además de servicios especializados apoyen a las personas que adoptan animales con estímulos fiscales.

“Es urgente que tengamos veterinarias públicas; no podemos tener antirrábicos. Sabemos todos los que nos dedicamos a la protección de animales que son lugares de asesinato y de crimen para ellos”, advirtió.

Los gatos en el Palacio Legislativo de San Lázaro

En los jardines de la Cámara de Diputados juegan y deambulan unos 80 o 90 mininos que han sido adoptados por el personal, así como legisladoras y legisladores, para su bienestar y salvaguarda.

La diputada Sodi Miranda afirmó que “en la Cámara de Diputados estos felinos ferales son muy muy amados. Son conocidos y reconocidos como los gatos de la Cámara de Diputados y se pueden encontrar en la zona de Las Velarias, donde generalmente se dan cita en las mañanas o en la tarde. Muchos de nosotros les dejamos alimentos”, dijo.

Actualmente están esterilizados y se les aplican vacunas. Sin embargo, la población gatuna ha crecido porque desde el exterior de la Cámara llegan gatos recién nacidos que la gente de los alrededores los abandona y aquí por fortuna se les acepta, alimenta y cuida, comentó.

Señaló que la característica de los mininos de San Lázaro es que tienen una muesca en la oreja, un pequeño corte redondo que los identifica como ejemplares esterilizados y tratados, y que, de alguna manera, tienen un seguimiento regular.

Por ello, afirmó, “seguimos peleando por las veterinarias públicas, por el seguimiento público de estos animales en la Ciudad de México y en nuestro país; por supuesto, seguir dándoles atención a los gatos ferales, tan queridos en la Cámara de Diputados”.

Para asegurar su bienestar y protección, la diputada Sodi Miranda consideró fundamental darles un estatus jurídico de seres sintientes, de seres con sensibilidad. A fin de establecer dicha condición legal presentará esta iniciativa, por segunda ocasión en el Recinto Legislativo de San Lázaro, porque “es muy importante que los animales urbanos de compañía y los adiestrados dejen de ser considerados como muebles y objetos”, recalcó.

“Las y los diputados tenemos que legislar para el bienestar de los animales, y sean considerados seres sintientes para que les podamos otorgar derechos”, destacó.

La presidenta de la Comisión de Grupos Vulnerables informó que también impulsa una iniciativa para crear el Registro Nacional de Personas Agresoras de Animales.

Otra de sus propuestas plantea penas de seis meses a cinco años de prisión y el equivalente de 500 a cinco mil días de multa, a quienes cometan abusos contra animales urbanos y de compañía, causándoles daño físico, psicológico, abandono, descuido o los dejen sin atención veterinaria. Los responsables estarán obligados a reparar el daño.

Asimismo, por medio de iniciativas, impulsa crear el Registro Nacional de Albergues para Animales en Situación de Calle, que otorga la facultad de intervenir cuando haya animales abandonados en los techos de casas o en espacios muy pequeños y hacer deducible del Impuesto Sobre la Renta (ISR) los gastos en veterinarias.

Por el amor a los gatos

Mujeres y hombres que laboran en el Palacio Legislativo de San Lázaro unen esfuerzos económicos para comprar croquetas o sobres de alimento y donarlos para los gatos. Comparten tiempo para llenar las bandejas con comida y agua, a fin de que los gatunos no carezcan de lo básico para vivir.

Los felinos ya forman parte del Palacio Legislativo y es común encontrarse con ellos en todos los jardines, en los pasillos, alrededor de las casetas de los estacionamientos, en el gimnasio, en el Basamento, en la cancha de futbol o en los contenedores de basura, donde hay cartón que utilizan para dormir, calentarse del frío y resguardarse de la lluvia.

Los gatos ahuyentan a las ratas y a las cucarachas, incluso a las ardillas, que muerden cables y los destruyen.

Las y los trabajadores entrevistados refieren que antes de la pandemia los gatitos estaban más atendidos; incluso se logró esterilizar a 90.

No obstante, después de la contingencia sanitaria se diezmaron los clanes gatunos debido a la restricción del acceso a las instalaciones y fue imposible traerles alimento, por lo que muchos gatos desaparecieron.

Por el puro amor hacia los felinos, afirmaron, buscamos que la Cámara de Diputados defina un apoyo para tener un veterinario, un asistente, alimentos y se construyan casitas, con la madera desechada, para que duerman y se protejan del frío y de la lluvia.

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