DETRÁS DE LA NOTICIA: Epidemias, hambruna, falta de agua, el Apocalipsis que viene

Fotografía del 18 de abril de 2017 de un niño con su perro caminando rumbo a su casa entre montañas de basura en el vertedero municipal del Bordo de Xochiaca, en Ciudad Nezahualcoyotl (México). EFE/Alex Cruz/Archivo

 

* Complicarán la supervivencia mexicana las nuevas medidas que aplicará el presidente Andrés Manuel López Obrador para pasar del “austericidio republicano” a la “pobreza franciscana”.

* Convertir la crisis de la basura y del agua en crecimiento y desarrollo abre ventanas de negocios para inversionistas locales, nacionales y globales con enfoque social, plantea #UNO.

 

Sin alarmismos de agoreros del desastre, con profunda responsabilidad, obligado es en conciencia advertir del grave riesgo a la supervivencia que entraña el Apocalipsis que sobrevendrá a futuro.

 

El Fondo Monetario Internacional advierte que México sufrirá un grave descalabro económico en 2023 y Moody’s Analytics señala que México enfrentará una prolongada inflación y una recesión.

 

Si en 42 años, por soberbia, ineptitud y escandalosa corrupción de los 25 presidentes municipales metropolitanos no quisieron resolver el problema de la basura, menos lo harán en tres meses.

 

La polución detonará las epidemias que se suman a la de la COVID-19, hepatitis infantil, viruela del mono, y hambruna, por la escasez de alimentos, con altos precios inaccesibles a la mayoría.

 

No obstante, la ya de suya grave crisis provocada por la conversión de la capital oaxaqueña y los municipios conurbados en gigantesco tiradero al aire libre, será mortalmente peor la falta de agua.

 

La emergencia sanitaria profundiza los desafíos que enfrenta la política de desarrollo social en todos los ámbitos, especialmente, en el ingreso, salud, educación y alimentación de la población. 

 

La inflación en México alcanzó su nivel más alto desde hace dos décadas, por la guerra entre Rusia y Ucrania y la escasez por el cambio climático, sin acceso a los productos de la canasta básica.

 

Complicará la supervivencia mexicana las nuevas medidas que aplicará el presidente Andrés Manuel López Obrador para pasar del “austericidio republicano” a la “pobreza franciscana”.

 

En un ejercicio de creación de escenarios futuros, desde ya podemos adelantar que Oaxaca con Salomón Jara será uno de los principales estados que aplicará la “pobreza franciscana”.

 

López Obrador explicó que con estas medidas se logrará un ahorro de 2 billones de pesos en general, los cuales serán entregados a las personas más necesitadas para amarrar sus votos.

 

Pese a los programas sociales, la pobreza en México aumentó entre 8,9 y 9,8 millones de personas que no pueden cubrir el gasto de alimentos básicos por la crisis de la COVID-19, revela CONEVAL. 

 

El Instituto Mexicano para la Competitividad informa que en 2020 estaba en pobreza extrema 8.5%, equivalente a 10.9 millones de personas, y en multidimensional 43.9%, 55.7 millones. 

 

El incremento en la carencia de acceso a los servicios de salud fue la que mostró un salto importante en 2020, al pasar en su encuesta de 16.2% de la población en 2018 a 28.2%.

 

Una política fiscal contracíclica ayudaría a reducir la pobreza, al ayudar a millones de mexicanos a sortear la mayor crisis de la historia reciente. Primero los pobres quedaron solo en palabras. 

 

Gracias a Dios, hay soluciones, ciertamente difíciles de alcanzar, pero no imposibles, siempre y cuando cobremos conciencia sobre la imperiosa necesidad de organizarnos ciudadanamente.

 

Conseguirlo permitirá detonar la reactivación de la economía local, como lo ha puesto en práctica el Movimiento Social Ciudadano Unidos por Oaxaca #UNO con diversas acciones comunitarias.

 

Una medida eficaz y eficiente es apoyar a los productores de las diversas regiones del estado para ayudarles a vender masivamente sus productos alimentarios directamente a los consumidores.

 

Con gran éxito se ha logrado apoyar a productores individuales y organizados en la venta de papaya, café, limón, camarón y miel, sin la participación de intermediarios y “coyotes”.  

 

De igual manera, se ha puesto en marcha el tratamiento de los residuos sólidos urbanos, a través de empresas sociales que recolectan los residuos orgánicos en negocios y producen composta. 

 

También se impulsa el tratamiento de los residuos sólidos urbanos orgánicos a nivel doméstico, empezando por informar y concientizar sobre la indispensable separación de los mismos.

 

Convertir la crisis de la basura y del agua en crecimiento y desarrollo abre grandes ventanas de oportunidades de negocios para inversionistas locales, nacionales y globales con enfoque social.

 

alfredo_daguilar@hotmail.com

director@revista-mujeres.com

@efektoaguila

  

 

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