Cuidar a los candidatos

 

Joel Hernández Santiago

 

Ya desde hace tiempo se le ha advertido al gobierno federal respecto de la indispensable seguridad de las y los candidatos de distintos partidos hacia las elecciones nacionales del 2024.

 

A finales de julio pasado, el presidente der México se comprometió a proporcionar salvaguarda a quienes aspiran a la presidencia de la República…

 

Pero no es sino hasta el lunes 25 de septiembre cuando adelantó que la Secretaría de la Defensa Nacional tiene un proyecto de protección para Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.

 

Y agregó en su Mañanera de ese día que ‘están a la espera de la respuesta de la virtual candidata presidencial del Frente Amplio por México y la virtual candidata presidencial del Movimiento de Transformación.’ El tema no es que quieran, sino que debe ser proporcionado por la autoridad competente de acuerdo con la ley.

 

“… Sí hay que cuidar, sí hay que estar pendientes y no dar pie a que se enrarezca el ambiente y eso siempre tiene que ver con la llamada clase política y los grupos de intereses creados, siempre; ese no es el pueblo, siempre son las élites”, dijo el Ejecutivo.

 

Por fortuna al momento no ha ocurrido nada que atente en contra de la seguridad de ambas aspirantes a candidatas, y queremos que nada pase; que nada les ocurra.

 

De ser así, sería muy-muy lamentable, pero además el problema sería para todo México por la grave desestabilización que podría ocurrir y, sobre todo, para el gobierno de la 4-T que tiene bajo su responsabilidad la seguridad de todos los habitantes del país y, en particular en este caso, de quienes aspiran a puestos de elección popular.

 

En las elecciones intermedias de 2021, al día de los comicios se había registrado el asesinato de 102 políticos y 1,066 agresiones. Esto de acuerdo con la consultora Etellekt. De los 102 políticos asesinados, 87 eran hombres (29 eran aspirantes y candidatos) y 15 mujeres (7 aspirantes y candidatas).

 

“Del 7 de septiembre de 2020, hasta el 6 de junio [de 2021], se registraron un total de 1,066 agresiones en contra de políticos y candidatos, que van desde amenazas e intimidaciones, hasta ataques, golpes, secuestros… Esta cifra es 38% mayor en comparación a las 774 agresiones o delitos contabilizados por Etellekt en el proceso del 2017-2018.”

 

El altísimo grado de polarización en el país, resultado de un permanente discurso político de odio, hace que la violencia extrema propicie un clima social de gran inseguridad nacional…

 

… Como también la presencia de la delincuencia organizada con intereses en gobierno para control de sus plazas; intereses particulares; intereses políticos o empresariales y la locura de individuos descontrolados, plantean un panorama de inestabilidad político-electoral muy grave y  temible.

 

Ver por la seguridad de las señoras Gálvez y Sheinbaum es bueno. Muy bueno.

 

De hecho no hay duda de que ya existe esa seguridad en el caso de la morenista Claudia Sheinbaum, por tres sencillas razones: la frecuente exposición pública de la candidata presidencial, la voluntad presidencial por garantizar su integridad física, así como el cuidado de su ex secretario de seguridad pública capitalina, Omar García Harfuch, y sus grupos de seguridad estratégica.

 

Podría no ser el mismo caso con la señora Xóchitl Gálvez, para la que por distintos medios y llamados de atención se pide seguridad en prevención de cualquier atentado o agravio a su persona durante todos estos meses hacia junio de 2024. También con una gran exposición pública.  

 

Pero no es únicamente cuidar a estas dos candidatas que están a la cabeza de este momento preelectoral. También deberá cuidarse a todo aspirante a cargo de elección popular en todo el país, ya en el caso federal como en los estatales o municipales. Tierra adentro hay muchos intereses insanos, de grupos delincuenciales, criminales y de interés político o económico.

 

Es importante cuidar de todos ellos, ya aspirantes o candidatos, porque no se debe permitir que la criminalidad decida quién sí o quién no deberá acceder a cargos de elección popular de acuerdo con sus intereses malvados.

 

De hecho, desde 1993,  en la reforma electoral que el entonces secretario de Gobernación, Jorge Carpizo preparó, se incluyó un artículo para garantizar la seguridad a todos los candidatos. Es el punto tres del artículo 244, que dice:

 

“El presidente del Consejo General (del Instituto Federal Electoral, hoy INE) podrá solicitar a las autoridades competentes los medios de seguridad personal para los candidatos que lo requieran, así como a los candidatos a la Presidencia de los Estados Unidos Mexicanos, desde el momento en que, de acuerdo con los mecanismos de su partido, se ostenten con tal carácter”. Vigente aún.

 

Ya, de hecho, México vive un proceso electoral de grado riesgoso. Pero lo será más si no se toman las medidas apropiadas de seguridad y si no se hacen operativos de prevención y cuidado para garantizar la integridad física y patrimonial de los aspirantes y candidatos de todos los partidos políticos e incluso los independientes.

 

Esto es indispensable para la estabilidad del país y para garantizar que, en efecto, el proceso electoral 2024 será democrático y no un proceso resultado del color escarlata.

 

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