CRÓNICA POLÍTICA: Morena, quizá la encuesta evite el cochinero

Rosy RAMALES

En un partido democrático lo ideal serían elecciones internas por voto universal, libre secreto y directo de sus militantes.

Quizá la democracia interna soportaría el voto directo y secreto; por ejemplo, cuando en reuniones colegiadas de los órganos internos competentes votan consejeros o delegados.

Democracia interna a modo. Porque así gana el candidato del grupo con más consejeros o delegados, y en ocasiones por acuerdos, que por voluntad libre.

No obstante, todavía es pasable.

¿Pero la encuesta para decidir quién dirige un partido político, o candidaturas a cargos partidistas o de elección popular?

Los ejercicios demoscópicos sirven para orientar decisiones, pero nunca tienen la verdad absoluta, máxime cuando están exentos de la supervisión de órganos imparciales.

Incluso, los mismos partidos políticos han pervertido la figura de la encuesta utilizándola para manipular la selección interna de candidaturas o de dirigentes.

Y en política las mentiras también tienen su costo. Por ejemplo: Caro lo está pagando el PRD, donde la encuesta se convirtió en el principal método para decidir candidatos y dirigentes, y el resultado a la larga es la agonía del partido esperando ya solo la muerte en el próximo proceso electoral, salvo que ocurra un milagro.

A propósito de método, cualquiera que sea deberá estar establecido en los estatutos previo a la elección interna, salvo lo apruebe la asamblea previo a lanzar la convocatoria. Las adiciones caben, pero con el riesgo hacer dudoso y controvertible el proceso electivo.

En fin, a lo largo de su longeva existencia el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha empleado distintos métodos tanto para elegir candidatos como dirigentes, pero en todos ha prevalecido la voluntad del jefe político en turno; incluso, en el método de consulta a la base (la elección universal, directa y secreta) vía la manipulación de estructuras.

Casi idénticamente ha ocurrido cuando el PRI se ha quedado huérfano de jefe político; la voluntad de éste termina supliéndola la cúpula en las dirigencias nacional y locales.

En fin, en ese contexto cabe preguntar si el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), ¿seguirá el mismo rumbo del PRD o del PRI para renovar dirigencias nacional y estatales?

La inmensa mayoría de los morenistas, recuerden, tienen ADN perredista o priista.

Hasta dónde se sabe pueden implementar un híbrido: Mitad asambleas distritales, mitad encuesta. O sea, que las primeras hagan como una primera ronda y la decisión final sea el resultado de un estudio demoscópico. Algo así, pues no hay mucha claridad al respecto.

¿Y en las asambleas distritales prevalecerá la voluntad libre de los delegados morenistas?

¿Y en la encuesta no prevalecerá el siguiente dicho hecho praxis: El que paga manda?

Mmm…el fundador y líder moral de Morena, Andrés Manuel López Obrador, ha planteado la encuesta como método para la próxima renovación sobre todo del Comité Nacional. ¿Por qué?

¿Querrá manipular la elección interna pagando una encuesta a modo?

Es lógico pensarlo dada la arraigada práctica en política, aunque sería inconcebible tratándose de un partido de izquierda, democrático, que luchó intensamente por llegar al poder vía el poder del pueblo.

Entonces, ¿por qué no practicar la democracia interna? Que los dirigentes sean producto del poder de la militancia.

Incluso, en el artículo 1º de los Estatutos de Morena establece: “La integración plenamente democrática de los órganos de dirección, en que la elección sea verdaderamente libre, auténtica y ajena a grupos o intereses de poder, corrientes o facciones”.

Entonces, ¿por qué AMLO plantea la encuesta?

Parece que más que manipular la elección interna, lo que quizá prevé evitar es que ésta se salga de control y termine en un desastre, un en cochinero, es escándalo.

López Obrador conoce de sobra a los morenistas y seguramente sabe que una elección democrática los dividiría vergonzosamente cuando son los protagonistas del “cambio verdadero” (así lo dicen los estatutos).

Ya ven como terminó la sesión de ayer del Consejo Nacional de Morena: Sin acuerdo sobre un solo método para la elección interna, antecedida por señalamientos como Yeidckol Polevnsky de que el Sistema de Registro Nacional de Aliados (Sirena) entregado al partido y con el que se pretende ir al proceso interno para elegir nueva dirigencia está “100% manoseado”.

¡Zaz! ¿Habló la aspirante a la presidencia morenista? ¿O la actual secretaria en funciones de presidenta? De cualquier modo, qué grave.

Bueno, Mario Delgado, algo más prudente, lamentó que en la proximidad de la elección el padrón interno “sea un misterio”.

Y si a lo anterior le agregan las demostraciones de fuerza en la sesión del Consejo, pues la elección pinta para desastre. Y quizá la encuesta –método cuestionable en términos de democracia–, sea el método adecuado para el momento en que vive Morena: Trascendental para un proyecto de Nación.

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Correo: rosyrama@hotmail.com

Rosy RAMALES

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