CRÓNICA POLÍTICA: La triste realidad de los juzgadores

Rosy RAMALES

Cuando la magistrada Janine Otálora Malassis renunció al cargo de presidenta de la Sala Superior preguntamos si ello solucionaba la crisis en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Y parece que no. Como tampoco se ha superado la amenaza a la independencia de este órgano jurisdiccional, con el consiguiente riesgo para la legalidad y constitucionalidad por las que deben velar los magistrados electorales.

El peligro alcanza también a las Salas Regionales.

La observación deriva de lo dicho por el magistrado presidente de la Sala Superior, Felipe Fuentes Barrera, en la sesión solemne con motivo de la conclusión de encargos de seis años de magistradas y magistrados de las regionales.

Dijo: “Por los asuntos que resolvemos, nosotros los jueces, recibimos presiones de partidos políticos, de gobiernos, de poderes fácticos. Eso es parte de la realidad en la que vivimos.”

Vaya triste realidad; además de grave.

Desafortunadamente deriva de la naturaleza misma del Derecho Electoral, el cual tiene una carga política impresionante.

Claro, en las decisiones del órgano jurisdiccional en la materia se juegan, no solo cargos de elección popular, sino el destino mismo del país, de entidades federativas y de municipios.

También se juega la suerte de partidos políticos, sobre todo de chiquitines, cuyos líderes amasan grandes fortunas apostando a la cúpula gobernante. Son muy útiles al poder, pero no a la democracia.

Y es más triste la realidad de los órganos jurisdiccionales en materia electoral, cuando las y los magistrados, olvidando juramento y ética, sucumben a presiones, por alguna promesa de recompensa, sobre todo económica.

Tampoco deja de ser triste la realidad en la cual se colocan los propios juzgadores al aceptar padrinazgos políticos para llegar al cargo de magistrados. El costo es demasiado alto y lo paga el pueblo mexicano; ahí una de las causas de la crisis de nuestro país.

Claro el TEPJF es el colador, por donde los peces gordos se entronan en el poder. Y nos preguntamos, estos pececillos ¿cuántos magistrados electorales han puesto?

Ya Otálora Malassis dejó entrever las presiones políticas en la ocasión de su renuncia al cargo de presidenta magistrada de la Sala Superior. ¿Recuerdan? Entonces dijo:

“La reciente crisis en la que se ha visto inmersa la Sala Superior del Tribunal se inscribe en la tensión a la que este órgano se ve sometido al resolver conflictos políticos entre los diversos actores… “Sabemos que hoy, la vida institucional de México vive una nueva época y el Tribunal Electoral () debe saber adaptarse a los cambios…”

En fin, Fuentes Barrera ahora se ha comprometido a contar “en cada fallo, con las condiciones necesarias para realizar nuestro trabajo y que se respete la autonomía e independencia como Juzgadores”.

¿Podrá? Ojalá por el bien del país entero.

LOS TRIBUNALES LOCALES

La suerte del TEPJF es prácticamente la misma suerte de los Tribunales Electorales en las entidades federativas, donde la autonomía y la independencia de éstos pende de hilo muy delgado.

A pesar de la reforma electoral del 2014, las y los magistrados electorales siguen estando a las atentas órdenes de los poderosos; con sus honrosas excepciones.

Los presionan recortándoles el presupuesto.

Y peor aún, en algunos casos la magistratura ha representado el negocio más jugoso con la venta de casos al mejor postor.

Si embargo, nadie ha puesto remedio. Vaya, ni siquiera la Cámara de Senadores, a la cual corresponde la elección de jueces electorales.

Ciertamente, la ley tiene lagunas. Pero los legisladores no han querido subsanarlas.

LA SCJN

Y el mismo mal acecha a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Vean nada más cómo viene desarrollándose el proceso electivo de ministros.

Vean quiénes se han inscrito para ocupar las vacantes. ¿Son o no proclives al grupo en el poder federal? Y algunos aspirantes sin ningún pudor pelean el cargo aun cuando han salido a flote intereses políticos y económicos en torno suyo.

Es también otra triste realidad de los juzgadores y de México.

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Correo: rosyrama@hotmail.com

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