Rosy RAMALES
Cada quien tendrá su opinión. Una es la siguiente: Pareciera que Morena desprecia el pluralismo político; que México transitó de un partido hegemónico a otro partido hegemónico: Del PRI a Morena. Pero peor, en grado superlativo.
Pululan las acciones y omisiones que dan muestra de ello; una se despliega precisamente en un órgano de naturaleza eminentemente plural: La Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, donde las minorías no cuentan para Morena, salvo que formen parte de sus partidos satélite (diplomáticamente llamados “aliados”).
Bueno, el ala radical de Morena y ambiciosos aliados. ¡Qué “izquierda”, cuya filosofía es anular la pluralidad política, el agandalle; son democráticos a su manera.
La función de Mesa Directiva encabezada por la panista Laura Angélica Rojas Hernández no se hubiese prorrogado hasta el cinco de septiembre, ni hubiera habido necesidad de entrar en un remate de diputados al mejor postor, si las y los legisladores de la llamada “Cuarta Transformación” (Morena-PT-PES) desde un principio hubiesen respetado la ley dándole su lugar al partido que en orden de prelación le corresponde presidir dicha Mesa.
Y ese partido es el PRI, así como en el segundo año le tocó al PAN. Es más, por mandato legal a la bancada panista le correspondía presidir en el primer año de ejercicio, pero desde entonces Morena se agandalló los órganos de gobierno y de dirección de la Cámara de Diputados.
Respetar la integración de la Mesa Directiva en términos de la ley sería democracia, pluralidad, legalidad, honestidad. Aquellos que se dicen de “izquierda” ya se les olvidó cuando eran minoría y luchaban por el reconocimiento de sus derechos.
Bien dice la sabia teoría popular: “El que no tiene y llega a tener, loco se quiere volver”.
Los grupos parlamentarios de la Cámara de Diputados en la actual Legislatura entraron a un juego de lo más bajo “convenciendo” (por no decir “comprando”) diputados para reunir el número suficiente para entrar al orden de prelación y quedarse con la presidencia de la Cámara de Diputados. Léase PT.
Habiendo quedado a la zaga, el Grupo Parlamentario del PRI se vio en la necesidad de pedir “prestados” al PRD cinco diputados para nuevamente rebasar a la bancada del PT.
¿Qué le pasa? ¿Por qué construir mayorías artificiales?”
Y así se fueron a la votación de la propuesta del Acuerdo de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) para la integrar la Mesa Directiva, encabezándola el PRI en la persona de Dulce María Sauri Riancho; una propuesta que no alcanzó la mayoría calificada a pesar de que tenía el aval del líder de la bancada morenista, Mario Delgado Carrillo.
¿O fue un aval simulado? ¿Por eso dijo que los diputados no tenía línea?
Como sea, en el órgano por naturaleza plural se niega la pluralidad política.
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Rosy RAMALES
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