CRÓNICA POLÍTICA: ¿Aumento al sueldo del Presidente de México? ¿¡Y la austeridad!? 

 

Rosy RAMALES 

Durante 2021, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recibirá un sueldo mensual neto de 112 mil 122 pesos, según el proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación presentado al Congreso para su aprobación, en su caso.

Netos; o sea, descontándole ya impuestos. Porque la percepción bruta de él para el próximo año sería en realidad de 162 mil 311 pesos mensuales.

Y ese sueldo neto representaría un aumento del 0.11% en comparación al del 2020, año en que el presidente López Obrador ha ganado 111 mil pesos mensuales.

Es de suponerse que más aparte viáticos, gastos de representación, pasajes de avión y, entre otros, los gastos que se generan por vivir en Palacio Nacional. Además de bonos, aguinaldo, gastos médicos, vacaciones, etc.

Comparando ambos años, el aumento del sueldo durante 2021 para el presidente AMLO sería de alrededor de 132 pesos más, mensualmente.

Casi nueve pesos arriba del salario mínimo general en el área denominada “Resto del País”, que es de 123.22 pesos diarios; y poco más abajo del salario mínimo en la Zona Libre de la Frontera Norte, donde asciende a 185.56 pesos.

Seguramente hay quienes dirán que el aumento propuesto al sueldo –que no salario— del Presidente de México es bien poquito, nada que ver con los incrementos anuales de sus antecesores “neoliberales”, que se despachaban con la “cuchara grande”.

Sin embargo, el presidente López Obrador debería ser el primero en poner el ejemplo asumiendo cabalmente su principio de “austeridad republicana”.

Así, debió instruir a sus “acomedidos” colaboradores para en vez de aumentarle 132 pesos mensuales, los resten; habría sido como quitarle “un pelo a un gato” como reza la vox populi, siendo que no tiene apuros económicos como la inmensa mayoría de las y los mexicanos.

El sueldo neto bien que le alcanza para vivir más que holgadamente, y ahorrar. Además, resulta increíble que un político de su talla solamente viva de la política como su principal negocio; cuando generalmente los políticos a partir de ésta construyen cadenas de negocios tanto en el país como en el extranjero.

Tal vez AMLO sea propietario de una tiendita de abarrotes (ja).

Retomando el tema: Con toda seguridad, sus colaboradores (del gabinete y legisladores) argumentarán que en base al principio de irreductibilidad no se le puede dar tijerazos al ingreso del Presidente de México

Pero cuando hay voluntad, todo se puede. Por ejemplo, elaborar y aprobar con la antelación necesaria la correspondiente reforma constitucional. Jamás se podrá comparar un obrero con un servidos público; por lo tanto, el tratamiento debe ser distinto.

En el último de los casos, para 2021 debió proponerse en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación el mismo sueldo que en 2020 para el presidente López Obrador.

Un peso, es un peso.

Máxime en tiempos de crisis económica agravada por una pandemia mal manejada en comparación a otros países donde los Jefes de Estado se dieron a la tarea de aplicar estrategias eficaces para frenar la pandemia, y que no fue el uso de imágenes religiosas ni la palabra “detente”.

Imagínense, con esos 132 pesos más que ganará el Presidente de la República (en caso de aprobarse la propuesta, y si es que no hasta aumentan el monto) bien se puede pagar un salario mínimo a una de las tantas personas que se han quedado sin empleo, o una de las tantas que no entran en los programas sociales.

Claro, eso no solucionará el problema de falta de empleo, de hambre, de incertidumbre, de miedo, de angustia, de mexicanas y mexicanos. Pululan los casos de cierre de más fuentes de empleo para 2021, porque el gobierno no ha dado facilidades ni siquiera para el pago de impuestos.

En fin, cuando la mayoría de los habitantes de este país sufren por falta de ingresos, resulta un insulto la propuesta de aumentar el sueldo al Presidente de México, así sea un peso.

 

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Correo: rosyrama@hotmail.com

 

 

 

 

 

 

 

 

Rosy RAMALES

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