CDMX no puede usar aportaciones de Uber y Cabify (que paga el usuario) por ser fideicomiso privado

Creado en 2016 por la Secretaría de Movilidad (Semovi) del gobierno capitalino, el fideicomiso privado Fondo para el Taxi, la Movilidad y el Peatón acumula a la fecha poco más de 300 millones de pesos por concepto de contribuciones de las empresas Uber y Cabify -quienes aportan 1.5 por ciento del valor de cada viaje-, sin que hasta ahora el gobierno de la Ciudad de México pueda tocar un solo centavo para mejorar la movilidad de la metrópoli como se estableció desde un principio.

En 2018, la Auditoría Superior de la Ciudad de México auditó dicho fideicomiso e hizo 15 observaciones, la más importante: que el dinero recaudado no estaba siendo utilizado para el propósito para el que fue creado.

El pasado 13 de junio, Andrés Lajous, titular de la Semovi del actual gobierno capitalino, dijo que los poco más de 300 millones de pesos que hay en el fideicomiso serán usados para el programa de sustitución de taxis con concesiones normales que tengan más de 10 años de antigüedad.

Pero casi un mes después, el 11 de julio, el mismo funcionario cayó en la cuenta de que, por tratarse de un fidecomiso privado, el gobierno de la ciudad está incapacitado legalmente para disponer de los recursos.

Por ello, Guillermo Javier Felipe Ávila, director de Regulación de Sistemas de Movilidad Urbana Sustentable de la Semovi y coordinador ejecutivo y presidente suplente del Comité Técnico del Fideicomiso vigente desde el cambio de gobierno, afirma que la dependencia a su cargo analiza la manera de modificar el mecanismo de recepción de las aportaciones que hacen Uber y Cabify para que no caigan en el fideicomiso privado.

“No tenemos evidencia documental de por qué se constituyó un fondo privado. Actualmente, estamos buscando las mejores formas de ejercer y transparentar el fideicomiso, ya sea modificando el convenio o haciendo una donación a la Ciudad de México, por ejemplo”, dice en entrevista el funcionario.

El fideicomiso se creó en agosto de 2016 con Uber como único fideicomitente. En enero de 2017 se adhirió Cabify y, en marzo, ya era tan polémico que el entonces titular de la Semovi y al mismo tiempo presidente del Comité Técnico y creador del fondo, Héctor Serrano, anunció que solicitaría una auditoría al fideicomiso para evitar que “se politice y polemice el tema de los recursos aportados por las empresas Uber y Cabify”.

Sin embargo, la Contraloría de la Ciudad de México se desentendió de esa tarea por “por no tenerla programada” en su agenda de trabajo. Únicamente se limitó a hacer una revisión del fondo, cuyos resultados no dieron a conocer.

“Se está en proceso de conformación de proyectos correspondientes”, respondió Claudia Patricia Reculés Velasco, exdirectora de Servicios al Transporte de Ruta de la Semovi a la Contraloría de la Ciudad de México en 2017. En tanto que el Comité Técnico vigente, en respuesta a una solicitud de información, informó que “hasta esta fecha no se han presentado proyectos”.

Antes de dejar la Secretaría de Movilidad, Héctor Serrano, en su calidad de presidente del Comité Técnico del fideicomiso, se quiso desentender de esa obligación y en mayo de 2017 decidió que la figura del fideicomisario de la Semovi pasara a la Secretaría de Finanzas, pero esa maniobra nunca se concretó porque Finanzas “carece de atribuciones en materia de movilidad”, según explica Guillermo Ávila, director de Regulación de Sistemas de Movilidad Urbana Sustentable de la Semovi.

En entrevista, el funcionario establece que “una decisión ya tomada y adoptada por el Comité Técnico es que el Programa de Sustitución de Taxis se va a financiar con el dinero del fondo”.

El problema es que el Comité Técnico todavía no tiene clara la ruta legal que debe seguir para disponer de los recursos. En respuesta a tres solicitudes de información, el Comité Técnico afirma que todavía analizaba “cómo determinar el mecanismo idóneo para ejercer los recursos para que cumpla con los fines del fideicomiso”.

Entre los 12 objetivos del fondo destaca el programa para mejorar el servicio de taxis y concesiones, además de “diseñar e implementar acciones dirigidas a la seguridad de la movilidad del ciclista”.

–¿Por qué preferir a los taxis sobre los ciclistas y peatones?, se le pregunta a Guillermo Ávila.

El funcionario responde que el Programa de Sustitución de Taxis es un objetivo central de Semovi, pues genera mejores condiciones para usuarios y concesionarios y también se busca que los vehículos cumplan con características de protección al medio ambiente y otras medidas, como accesibilidad.

Pero en el gobierno de Miguel Ángel Mancera se pensó inicialmente en usar el dinero del fondo para construir corredores de transporte público en los ejes 5 Sur y 6 Sur, pero la idea no prosperó, reportó a la Contraloría la exdirectora de Servicios al Transporte de Ruta de la Semovi.

Comité sin reuniones ni reportes

Según las reglas de operación del fideicomiso, el Comité debería reunirse cada 120 días. Sin embargo, en su única y última revisión la Contraloría sólo reportó una sesión ordinaria con fecha del 2 de mayo de 2017. En cambio, la Auditoría Superior certificó en su arqueo que al menos en 2017 si se llevaron a cabo dichas sesiones.

Con Información de Proceso

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