AMLO-Empresarios… atracción fatal

 

Joel Hernández Santiago. 

 

La relación entre el gobierno de la Cuarta Transformación y el sector empresarial de México es, digamos, casi enfermiza. El presidente Andrés Manuel López Obrador, desde su campaña y antes, acusa a los empresarios mexicanos de ser parte del gran problema de desigualdad e injusticia económica del país… Éstos reaccionan y acusan mal trato.  

 

Una vez que ganó la presidencia el 1 de julio de 2018, al día siguiente, AMLO comenzó a operar gobierno, ya que el ex presidente de México, Enrique Peña Nieto, le soltó los trastos desde el primer minuto de agosto cuando prácticamente se desentendió de gobernar… En el lapso los mensajes anti-empresariales de AMLO fueron constantes. 

 

Al llegar a la presidencia el 1 de diciembre de 2018, los dardos arreciaron en contra de los hombres de negocios. Era una forma de ajuste de cuentas y la señal de que el presidente gobernaría para el pueblo raso, ‘el pueblo bueno’, el que hasta ese momento no tenía ni voz ni voto en asuntos de justicia económica. Bien. Si eso hacía mucha falta. 

 

Acusa a los empresarios de haber sido miembros de “la mafia del poder” de haber medrado con el poder político para obtener ganancias malévolas… De hacer alianzas políticas para beneficiarse y convertirse en un grupo de millonarios en un país de pobres. En muchísimos casos así ha sido. 

 

Muy pronto apareció la primera demostración de fuerza política: la cancelación del aeropuerto internacional en Texcoco para comenzarlo en la Base Militar de Santa Lucía. 

 

Los empresarios pusieron el grito en el cielo para argumentar no sólo las bondades de esa nueva instalación y los riesgos de la nueva propuesta. Frente al hecho consumado, los inversionistas comenzaron a exigir cuentas por lo ya gastado hasta ese momento. La confrontación llegó a las palabras de descalificación entre ambas partes… 

 

Y se incrementaron aún más los resquemores. El presidente azuzaba y los empresarios intentaban reaccionar mediante declaraciones aisladas o desplegados en los que pedían moderación, diálogo y respeto.  

 

Así que los empresarios comenzaron a recular en proyectos productivos desde 2019 al mismo tiempo que la inversión pública disminuyó de forma considerable. La economía del país comenzó a resentir los estragos del poco movimiento económico público y la muy baja inversión privada: crecimiento de -0.1 % del PIB en ese año fue la noticia con la que México se despertó en  2020. 

 

En adelante al estilo presidencial, un día los acusa de abusivos, de medrosos y de enriquecerse de forma abusiva e ilegal y otro día –en vista de la crisis económica que ya vive el país—los apapacha y les dice que son colaboradores en el crecimiento del país. Un día son el sí, otro día son el no. 

 

Los empresarios más o menos apechugan porque son hombres de negocios y su interés está, en la inversión y en la utilidad, aunque reciban coscorrones.  

 

El presidente tiene a un grupo de empresarios, sus amigos, con los que ha hecho alianzas que le funcionan al capital y que le funcionan a él en su interés político-electoral. 

 

Con ellos viajó a Washington el 7 y 8 de junio. Carlos Slim, por ejemplo… y empresarios de cadenas de medios informativos, los mismos que aplaudieron ‘el éxito del viaje presidencial a la Casa Blanca’. Algunos de ellos han anulado el sentido informativo plural en sus cadenas. 

Son los mismos que obtuvieron la encomienda de abrir sus canales de televisión abierta para transmitir las clases en línea a todo el país, toda vez que la pandemia impide a los niños acudir a las aulas y aprender de forma presencial. 

 

Por supuesto, este ‘apoyo’ no de gorra. A TV Azteca, Televisa, Imagen Televisión y Grupo Multimedios se les entregarán 450 millones de pesos por sus servicios operativos de agosto a diciembre de 2020.

 

Así que entre los dimes y diretes de las dos partes, el 5 de octubre anunciaron, gobierno y empresarios, un “Acuerdo de Acciones y Proyectos para Apuntalar la Reactivación Económica Nacional” y de “Inversión en Infraestructura” con 39 proyectos por 297 mil 344 millones de pesos que representan el 1% del PIB y se crearán 195 mil empleos. Está bien esto último. Hace falta trabajo para muchos, sueldos bien pagados a trabajadores y estímulo a la economía. 

 

Aunque la mayoría de estos proyectos son reciclados, algunos de ellos son acuerdos establecidos entre el gobierno de Peña Nieto y los empresarios y que se quedaron “pendientes” todo 2019 y hasta la fecha. Ya se echarán a andar de nuevo. 

 

Si urge que la economía nacional se fortalezca para evitar que la crisis económica sacuda aún más a todos en el país, pero sobre todo a la gente con menos recursos. 

 

Si, que haya empleos. Que los empresarios moderen sus ambiciones de utilidades y generen empresas al mismo tiempo del tipo económico como social; que el gobierno entienda que mientras el sistema económico mexicano sea multifactorial, se puede beneficiar a los pobres y generar al mismo tiempo riqueza que habrá de distribuirse entre todos. 

 

Mientras tanto el gobierno de la 4-T como los empresarios, están sacando provecho de su nuevo momento “de confianza”, según dijo el presidente ese día. A ver cuánto dura esta “confianza”. ¿Después de las elecciones de 2021?

 

joelhsantiago@gmail.com

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