Aguas con los FRAUDES

El Zumbido del Moscardón
Francisco Alejandro Leyva Aguilar
Primero que nada quiero ofrecerle una disculpa a todas las personas que fueron molestadas a mi nombre, por plagiarios que lograron acceder a mi cuenta de Instagram. Estuvieron pidiéndole dinero a familiares y amigos desde mi cuenta “Leyvaguilar” que hoy ya modificaron -para impedir que la recupere- a “Leyvauilar2626”.
Vaya pues una disculpa a todos los que fueron molestados y desde esta columna les hago un llamado para que no vayan a caer en este tipo de fraudes cibernéticos que son muy comunes en las redes sociales, sobre todo en WhatsApp, Facebook, Twitter e Instagram.
Los piratas cibernéticos intentaron entrar también a mi cuenta de Facebook, pero la verificación con la que cuento, les impidió el acceso según me dijeron los expertos, desde Arizona Estados Unidos donde se concentra un buen porcentaje de los llamados bots del gobierno mexicano.
Por supuesto que para mi escaso conocimiento de este asunto, es imposible saber quién se metió a mi cuenta, pero espero que la policía cibernética de mi estado natal, Oaxaca, haga algo al respecto y, al menos pueda o desaparecer esa cuenta, o devolvérmela.
Pedir dinero por internet, es uno los los fraudes más comunes hoy en día, pero el robo de identidad si que puede llegar a ser cosa seria, porque ahí dentro en la red social, tienes muchos datos sensibles que pueden usarlos los delincuentes para meterte en problemas.
Ellos ahora tienen el control de una cuenta en donde hay audios y videos, además de fotografías que pueden usar -con inteligencia artificial- para fabricar delitos. En mi caso como periodista que soy, la información que yo tengo ahí, es pública porque utilizo las redes sociales para comunicar, casi siempre artículos de opinión, no hay nada oculto en mis redes sociales, pero si hay, al menos fotos de mis familiares y amigos.
Suplantar una identidad es un delito que en México se castiga de los 5 a los 12 años de prisión y de 200 a 600 días de multa de acuerdo al código penal vigente -una pena muy laxa-, sin embargo y aunque lo es, no habla de la suplantación de identidad cibernética, es decir, este tipo de delitos pueden cometerse no solo dentro de nuestro territorio nacional, sino desde locaciones remotas y desde ciudadanos de otras nacionalidades -o empresas-.
Se de ante mano que la policía cibernética de mi país, no podrá recuperarme mi cuenta, porque no existe una cultura de la denuncia ni de la acción policial en este asunto, por eso el llamado es a los administradores de las redes sociales para que verifiquen cuando haya cambios inesperados, tanto en la información de una cuenta como en su actividad.
He estado tratando de recuperar mi cuenta desde Instagram y, aunque aparece aun de respaldo mi numero celular y mi correo electrónico, los ciber piratas han cambiado prácticamente hasta el nombre de usuario de mi cuenta, conservando solo mis fotografías.
Si Instagram investigara un poco, se daría cuenta de la periodicidad y de los temas que yo trato en mi cuenta y se percataría de que en ningún momento le he pedido dinero a absolutamente nadie al través de una red social, también sabría que mi cuenta es de un periodista que, además de los artículos escritos, también subo videos de columnas políticas, de canciones o de fotografías que tomo por placer, sobre todo a la naturaleza.
Por tanto, iniciaré a partir de hoy un periplo legal para saber dos cosas: hasta dónde está capacitada la policía cibernética para evitar estos fraudes y, segundo hasta dónde está comprometida la red social con la protección de datos personales, yo creo que me voy a llevar algunas sorpresas.
Debo decirle también a los ladrones de identidad, sean quienes sean, que no sean tontos, a estas alturas ya nadie deposita dos o tres mil pesos a una cuenta solo con un mensaje en una red social, no sean estúpidos.
Como dije, mi cuenta es de un profesional del periodismo y no ha sido la primera vez que han tratado no solo de hackearla, sino también de callarla por la línea editorial que yo mismo me he impuesto, así que existe cierta susceptibilidad por apagarla o por controlarla, sin embargo aquí estoy, aquí sigo y aquí estaré, porque éste es aún, un país de libertades.
@leyvaguilar
Facebook: Francisco Alejandro Leyva Aguilar
FRAUDE

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