A la sombra de Superman; la historia de Joe Shuster en novela gráfica

Julian Voloj y Thomas Campi narran la injusticia que vivieron los creadores de este superhéroe

Joe Shuster. Una vida a la sombra de Superman (Dibbuks, 2019) da cuenta de una de las industrias que ha dejado huellas indelebles en la cultura popular y también genera millones de dólares cada año: el cómic. Ésta es la historia de Joe Shuster, quien, junto a su amigo Jerry Siegel, creó a Superman sin que alguno de los dos recibiera una compensación justa la mayor parte de su vida. En entrevista con Excélsior, Julian Voloj, guionista del libro, platicó sobre lo que representó hacer este título y colaborar con Thomas Campi, el artista visual de este cómic.

Teniendo a Queens, Nueva York, en los años 30 como telón de fondo, dos jóvenes artistas recreaban sus fantasías en un cómic. Jerry Siegel, el ávido escritor, y Joe Shuster, quien desde pequeño mostró aptitudes para el dibujo, bosquejaron a Superman, la encarnación del sueño americano. “Hacer este libro me tomó alrededor de diez años. Dos en la escritura y otros dos o tres en los que Thomas hizo el arte”, dice.

Quisimos relatar la historia con toda su complejidad y en medio del contexto del cómic. No quería que el libro tuviera un aspecto de cómic de Superman; ya que trata sobre él, pero realmente es sobre este periodo en la historia estadunidense. Y, cuando vi el trabajo de Campi, supe que era exactamente lo que quería”, agrega Voloj.

Además de la historia de los dos jóvenes, hay profundos detalles de la época retratados por el arte de Campi. Para lograr una mayor fidelidad, Voloj tuvo acceso a la correspondencia de Shuster y algunas viñetas del libro están basadas en fotografías.

130 dólares es la cantidad por la que los creadores firmaron la cesión total de los derechos del personaje

Las ilustraciones de Campi tienen la influencia de las pinturas realistas de Edward Hopper. Fue elegido por Voloj, quien asegura haber tenido esto en mente desde el principio. “Nos conocimos en persona cuando el libro estaba listo. Él vive en Australia y yo en New York, así que el trabajo fue a través de diferentes medios como Skype, Facebook, y nos vimos apenas el año pasado, así que todo fue muy diferente.

“Escribí el guion y, cuando vi el trabajo de Thomas, lo elegí. Shuster y Siegel tuvieron una colaboración cercana y compartida, mientras que Thomas y yo somos creadores, él un artista, yo un escritor y nos reunimos especialmente para este trabajo”, reconoce.

Voloj -quien asegura tener influencia de obras como The Dark Knight Returns, de Frank Miller, MAUS, de Art Spiegelman, o Watchmen, de Alan Moore, creador de la novela gráfica Ghetto Brother– deja en claro que “una desesperada decisión llevó a Shuster y Siegel a firmar la cesión total de derechos del personaje, a cambio de 130 dólares, lo que provocó que gran parte de su vida no tuvieran ganancias de su creación, ni participación en esta industria que se volvió millonaria”.

La creación de Superman se ubica en la denominada época de oro del cómic, que fue el primer paso de una de las grandes industrias del entretenimiento contemporáneas y que ahora pertenece a grandes compañías, como Disney o Warner Bros. En los inicios, a decir de Voloj, no importaba quién escribía los libretos o hacía los dibujos, lo importante era simplemente leer las aventuras de Superman.

 

 

Siegel y Shuster fueron víctimas de una gran injusticia por los hombres de negocios y actualmente la situación de los creadores es mejor de la que solía ser, porque tenemos a escritores y artistas que son celebridades como Frank Miller o Neal Adams, quienes son verdaderas estrellas en la industria. Ahora hay una mayor apreciación por el trabajo de los creadores de parte de los fanáticos”.

Sobre la situación actual de los autores, Voloj añade que “cuando un autor inicia en la industria del cómic no gana mucho dinero y los editores se quedan con la mayoría de las ganancias. Además, las plataformas como las redes sociales permiten que los autores se publiquen a sí mismos, sin depender de un editor. Imprimir se ha convertido en algo más barato y accesible, por lo que los autores independientes pueden obtener mayores ganancias”.

Julian dice que el cómic ha encontrado en la tecnología una nueva plataforma de creación y difusión: “Hay autores que han logrado convertirse en un gran éxito y presentan nuevas formas muy creativas, sin necesidad de una gran compañía detrás de estas publicaciones. Por ejemplo, Black, (de Kwanza Osajyefo y Tim Smith e ilustrado por Jamal Igle) que es una historia ubicada en Estados Unidos, donde los negros tienen súper poderes, pero deben mantenerlos en secreto porque los blancos enloquecerían al saberlo. Este cómic fue publicado de manera independiente y fue un éxito”, concluye Vojol.

cva

Excelsior

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