La devastación a la que ha sometido el grupo terrorista Daesh a Siria en los últimos años sigue dejando datos espeluznantes. El último no tiene que ver con las cifras de muertos o desaparecidos sino con los miles de niños cuyos padres llegaron procedentes de otros países para unirse a esta organización, o que nacieron en la misma Siria, y que se aglutinan en los diversos campamentos de la zona. Hijos de terroristas o de mujeres que dejaron todo para casarse con radicales y que la ONG Save The Children ha contabilizado en más de 2.500 niños y niñas procedentes de 30 países diferentes en solo tres de estos campamentos a los que ha tenido acceso.
Según esta organización no puede llegar a dar un número exacto de cuántos menores extranjeros hay en estos campos de refugiados. La última cifra la ha aportado en este sentido el Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización (ICSR), que calcula en 3.704 los niños nacidos en el extranjero y que fueron llevados a los diversos territorios de Daesh por sus padres o cuidadores. Entre ellos 460 procedentes de Francia, al menos 350 de Rusia y casi 400 de Marruecos. Puede que muchos de ellos estén ahora en esos campamentos, pero otros podrían permanecer o haber muerto en los territorios aún controlados por los terroristas.
Save the Children señala que la situación en los campamentos del norte de Siria es particularmente grave y denuncia que muy pocos niños extranjeros han sido repatriados hasta ahora a sus países de origen.
La situación es especialmente polémica en Reino Unido por el reciente caso de la yihadista británica Shamima Begum, que se unió a Daesh hace 4 años y quiere retornar al país tras haber dado a luz a su tercer hijo en uno de esos campos de refugiados. A ello se ha opuesto frontalmente el Gobierno británico, aunque el ministro del Interior Sajid Javid sí que ha dejado la puerta abierta al posible retorno del bebé.
Desde el ICSR señalan no obstante que los países de origen deben hacer un trabajo de desradicalización con ellos ya que «los menores de edad, en particular los varones, han sido objeto de adoctrinamiento psicológico y de un entrenamiento militar y de combate intensivo en el territorio de Daesh desde muy temprana edad», señala a la BBC Gina Vale, coautora del informe.
El caso de Begum sigue levantando ampollas en Reino Unido a pesar de que el Ejecutivo se ha mostrado firme durante los últimos días. Su intención es retirar a la joven su nacionalidad británica y argumentan que para no convertirse en una apátrida (algo prohibido por las leyes internacionales), Begum podría acogerse a la de su madre, procedente de Bangladesh. Sin embargo, el Gobierno de este país ha echado un jarro de agua fría a su homólogo británico al negar que esta pueda poseer uno de sus pasaportes. Alegan que «Begum no es una ciudadana bangladeshí. Es ciudadana británica por nacimiento y nunca solicitó tener la doble nacionalidad con Bangladesh».
La propia Begum pidió ayer «misericordia» a los políticos británicos. Asegura que está «dispuesta a cambiar» para que la dejen volver a Reino Unido. En este sentido se pronunció también el laborista Jeremy Corbyn. Desde Bruselas, el líder de la oposición cuestionó la decisión de Javid de negar la vuelta. Begum «nació en Gran Bretaña, obviamente debe enfrentarse a lo que ha hecho, pero creo que quitarle la ciudadanía a alguien no es lo correcto», aseguró.
con información save the children
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