Europa ha encadenado en los últimos meses varios escándalos de entidades financieras involucradas en supuestas tramas de blanqueo de capitales. Y ante esa sucesión de casos, Bruselas trata de taponar las entradas del dinero sucio procedente de otros países. La Comisión Europea ha presentado este miércoles su nueva lista de países de “alto riesgo” por sus deficiencias en sus mecanismos y controles contra el blanqueo de capitales y la financiación de grupos terroristas. A los 12 países que ya constaban antes, se añaden otros 11, entre los cuales están Arabia Saudí, Libia o Panamá.
“Escándalo tras escándalo, mucha gente tiene la impresión de los ricos y los tramposos juegan en otro nivel. Decimos basta”, ha sostenido la comisaria de Justicia, Vera Jouvorá. Tras examinar minuciosamente 54 jurisdicciones con una nueva metodología presentada a los socios de la UE, la Comisión ha decidido elaborar por primera vez su lista negra de estados cuyas legislaciones laxas pueden poner en riesgo al sistema financiero europeo por la entrada de capitales que procedan de actividades ilícitas.
Hasta ahora, de esa actividad se ocupaba un cuerpo intergubernamental de los estados miembros, la FATF (siglas de Financial Action Task Force). Sin embargo, Bruselas decidió fijar sus propios “criterios” y “reglas”. En la lista de los países miembros hasta ahora había 12 estados: Bahamas, Botswana, Corea del Norte, Etiopía, Gana, Irán, Pakistán, Sri Lanka, Siria, Trinidad y Tobado, Túnez y Yemen. La Comisión mantiene esa docena de jurisdicciones y añade otras 11: Afganistán, Samoa, Guam, Irak, Libia, Nigeria, Panamá, Puerto Rico, Samoa, Arabia Saudí y las Islas Vírgenes de los Estados Unidos.
La Comisión Europea no puede adoptar sanciones contra esos países, pero sí puede requerir controles adicionales a sus bancos. La legislación comunitaria, que va reforzándose a golpe de escándalo, establece que las entidades financieras deberán atar corto las transacciones en las que, de un modo u otro, estén involucrados esos países. En concreto, se fija un protocolo para aceptar a clientes de los estados que constan en la lista y para prevenir, detectar y, si es preciso, bloquear transacciones sospechosas.
Escándalos en Europa
Jourová, que ha comparecido en Estrasburgo, ha sostenido que algunos de estos países están haciendo esfuerzos para mejorar sus controles, pero también ha advertido que a otros les queda aún un largo camino hasta salir de esa lista negra. “El mensaje que quiero lanzar es que Europa está abierta a los negocios, pero que no es ingenua y debe protegerse”, ha agregado la comisaria. En concreto, Jourová ha avisado de la tolerancia de algunos Estados respecto a las “estructuras opacas” que a menudo se usan para actividades ilícitas. “Muchos países todavía no intercambian información crucial”, ha añadido.
La decisión llega tras un cúmulo de escándalos que han salpicado al danés Danske Bank, al letón ABLV, al holandés ING o al alemán Deustche Bank. Pero además, en un gesto sin precedente, Bruselas instó mediante un dictamen a Malta a que reforzara la autoridad nacional encargada de supervisar la lucha contra el blanqueo de capitales al considerar que había deficiencias en la aplicación de los preceptos de las directivas europeas. Esta misma semana, Bruselas está tratando de sacar adelante acuerdos para reforzar la cooperación policial en ese terreno.
Los países miembros y el Parlamento Europeo tendrán a partir de ahora 30 días para pronunciarse sobre esa lista. La Eurocámara ya tiene la lupa puesta en una comisión específica sobre algunos de esos países, como Panamá, después de varios casos de evasión fiscal conocidos recientemente. Sobre Arabia Saudí, aprobó el pasado mes de octubre una resolución de condena por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado de Riad en Estambul.
Con información de el país
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