Europa se ha convertido otra vez en el epicentro de la pandemia, llevando a algunos gobiernos imponer impopulares confinamientos en el periodo previo a la Navidad y suscitando el debate sobre si las vacunas por sí solas son suficientes para controlar el COVID-19.
Europa representa más de la mitad de las infecciones promedio de 7 días a nivel mundial y alrededor de la mitad de las últimas muertes. Se trata de los niveles más altos desde abril del año pasado, cuando el virus arrasó Italia por primera vez.
Los gobiernos y las empresas están preocupados de que la pandemia prolongada descarrile una frágil recuperación económica. Países como los Países Bajos, Alemania, Austria y la República Checa están tomando o planificando medidas para frenar el avance.
El primer ministro interino neerlandés, Mark Rutte, anunció un confinamiento parcial de tres semanas desde hoy, el primero de Europa occidental desde el verano.
Noruega informó que va a reintroducir restricciones a nivel nacional debido al fuerte rebrote de la epidemia, permitiendo a los municipios recurrir al pase sanitario.
En tanto, el gobierno de Austria decidirá mañana si impone o no un confinamiento a las personas que no han sido vacunadas contra el coronavirus, ya que las infecciones diarias han aumentado a niveles récord, informó el canciller Alexander Schallenberg.
Las nuevas preocupaciones sobre lo que el primer ministro británico Boris Johnson describió como “nubes de tormenta” sobre Europa se producen en un momento en que las exitosas campañas de vacunación se han estancado.
Alemania, Francia y Países Bajos están experimentando un aumento en las infecciones, lo que demuestra el desafío incluso para gobiernos con altas tasas de vacunación.
Reuters, AP y EFE
Foto: AFP
MAAZ
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