* Expertos en epidemiologia proponen instalar un Hospital inflable, aislado, para atender la emergencia sanitaria, y rescatar la exitosa experiencia en la atención de la influencia AH1N1, detectada en el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso, durante el año 2009.
* Un gran problema a enfrentar, mayor que la propio pandemia del coronavirus COVID-19, es la maldita mezquindad de los dirigentes de las secciones sindicales que saquean los Servicios de Salud de Oaxaca, quienes anteponen sus intereses personales a los de la sociedad.
Con la visión global y sensibilidad política que caracteriza al Gobernador Alejandro Murat urge montar un Hospital aislado para la atención exclusiva de los enfermos de coronavirus COVID-19.
Es la mayor y mejor manera de evitar que se haga realidad el riesgo de colapso de los Servicios de Salud de Oaxaca por el contagio masivo de sus hospitales, por pacientes con coronavirus.
El colapso por el contagio masivo y la consecuente saturación en la atención de pacientes con el padecimiento del COVID-19, puede iniciar en el Hospital General de la Mujer y el Niño Oaxaqueño.
Expertos en epidemiologia consultados por el columnista coincidieron en pronunciarse por la instalación de un Hospital inflable, aislado, especializado en la atención de emergencias sanitarias.
Dado el apoyo de Andrés Manuel López Obrador al Gobernador Alejandro Murat, el Presidente puede ordenar al Ejército montar el Hospital en cuestión, fuera de la ciudad, totalmente aislado.
Así lo hizo China con la construcción de un Hospital en la ciudad de Wuhan en tiempo récord de diez días. Igualmente puede ocurrir en Oaxaca con el apoyo de las Fuerzas Armadas nacionales.
Indispensables es rescatar, también, la exitosa experiencia en la atención del primer paciente de Influencia AH1N1, detectado en el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso, durante el año 2009.
El diario Despertar, bajo mi dirección general informó en exclusiva del “paciente cero”, gracias al extraordinario trabajo de investigación de Juan Carlos Zavala Díaz, quien se hizo pasar por médico.
Paciente femenino de 39 años, residente en la ciudad de Oaxaca, casada, tres hijos, encuestadora itinerante del Sistema de Administración Tributaria, inició su padecimiento el 2 de abril de 2009.
Presentó cuadro clínico de neumonía atípica, con diabetes mellitus tipo II, obesidad grado II. La “paciente cero” falleció a las 98 horas de su ingreso al Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso.
Así inició la primera epidemia que asoló Oaxaca y México. El 23 de abril de 2009 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró emergencia de salud pública de trascendencia internacional.
El gobierno del presidente Felipe Calderón ordenó extremar medidas en sitios públicos, así como el cierre de escuelas para evitar contagios entre niños, adultos mayores y mujeres embarazadas.
Al término del periodo de emergencia, en febrero de 2010, se confirmaron mil 32 muertes por el padecimiento y 72 mil 233 casos en todo el país. La emergencia sanitaria dejó pérdidas económicas de 57 mil millones de pesos.
Un gran problema a enfrentar, mayor que el propio coronavirus COVID-19 es la maldita mezquindad de los dirigentes de las secciones sindicales que saquean los Servicios de Salud.
Atinadamente, el Director del Valdivieso, Ernesto Garzón, tomó la decisión que, a partir del próximo 23 de marzo, no se presenten a laborar trabajadores mayores a sesenta años cumplidos.
Asimismo, que tampoco se presenten a laborar trabajadores con antecedentes de enfermedades crónico-degenerativas, así como trabajadoras embarazadas para evitar contagiarse e COVID-19.
Al mismo tiempo, se suspendió temporalmente, a partir del 19 de marzo, el registro de asistencia electrónica con huella digital y tarjeta, sin dejar de llevar el control de incidencias laborales.
En medio de la creciente mezquindad de almas enanas, dicho está que en Oaxaca, la Gran Señora del Sur, sobra talento por demás. Así lo prueba la Historia de la Salud en Oaxaca 1943-1993.
El libro es parte del legado de mi amiga-hermana María de las Nieves García Fernández. Es su herencia a Oaxaca como Secretaria de Salud del Gobierno de Diódoro Carrasco Altamirano.
El propósito del texto, presentado en el L Aniversario de la Secretaria de Salud “es mostrar el desarrollo histórico del esfuerzo nacional y de las modalidades en las regiones del Estado”.
Otorga créditos a los trabajadores de la Salud “que trascendieron por su participación y entrega en esa dependencia, a riesgo de ser injustos por omisión de nombres. Es una huella de nuestro paso”.
“Podrá desaparecer por el oleaje del tiempo y la espuma ser esparcida por el viento, pero la institución seguirá siendo vanguardia en el cumplimiento del derecho constitucional a la salud”.
La sabiduría, no solo genial inteligencia de los médicos oaxaqueños, hombres y mujeres, ha quedado registrada a lo largo de la vida en los anales de la historia de nuestra Patria chica.
Veamos si no es así Un siglo con 20 años, el 25 de julio de 1900, se aplicó la primera Anestesia Regional Raquídea, por un equipo de médicos, encabezado por el doctor Ramón Pardo Galindo.
Apoyaron en el revolucionario cuanto innovador procedimiento anestésico al doctor Ramón Pardo los también médicos oaxaqueños Luis Flores Guerra, quien muriera en la epidemia de tifo.
La “peste negra” que dezmó a Oaxaca entre 1907-1915, mató a ilustres oaxaqueños como don Luis Flores. En la primera raquea, también participaron Herminio Acevedo y Manuel Pereyra Mejía.
El ilustre doctor Ramón Pardo, hijo del abogado José María Pardo y de Dolores Galindo, es bisabuelo del célebre cirujano médico militar Carlos Mayoral Licea, padre de mi amiga-hermana María de las Mercedes “Meche” Mayoral Ramos.
La aplicación, por primera vez, de la Anestesia Regional Raquídea, se llevó a cabo en el Hospital de la Caridad, hoy conocido como Padre Ángel Vasconcelos, procedimiento anestésico bajo el cual la pérdida de la sensibilidad posibilita la intervención quirúrgica.
Asunto vital, es decir, de vida y muerte, es hoy recuperar las trascendentes experiencias del pasado para enfrentar exitosamente, con menor costo de vidas el COVID-19, por encima de las mezquindades de los celos profesionales y el egoísmo natural.
En este sentido, resulta muy ilustrativo rescatar la memoria histórica sobre cómo los médicos y enfermeras, paramédicos y trabajadores administrativos, del históricamente glorioso Hospital General Aurelio Valdivieso hicieron frente a la influenza AH1N1.
@efektoaguila
Sé el primero en comentar