* A semejanza de los Césares romanos, el Gobernador Alejandro Murat levantó mediáticamente el pulgar hacia arriba bajo la garganta del exdiputado priista Juan Vera Carrizal, para degollarlo.
* Sin embargo, según logramos establecer, las investigaciones ministeriales pueden dar un giro radical respecto de la identidad de la probable autora intelectual y el probable autor material.
Rebasado el ámbito local y nacional por la condena mundial contra el crimen de lesa humanidad con ácido a la saxofonista María Elena Ríos Ortiz, la suerte del exdiputado Juan Vera está echada.
El empresario, originario de Huajuapan de León y concesionario de gasolineras en la región de la Mixteca y Valles Centrales, es acusado por la víctima como probable autor intelectual del ataque.
A semejanza de los Césares romanos, el Gobernador Alejandro Murat levantó mediáticamente el pulgar hacia arriba bajo la garganta del exdiputado priista Juan Vera Carrizal, para degollarlo.
El gobernante demandó a los involucrados en el ataque con ácido a María Elena el pasado 9 de septiembre, dar la cara de manera pública y aclarar su culpabilidad o inocencia en el caso.
Directamente mencionó al ex diputado priísta y empresario gasolinero, Juan Vera Carrizal quien ha sido señalado por la familia de la víctima como el presunto autor intelectual del ataque con ácido.
María Elena sigue hospitalizada en la Ciudad de México sometida a diferentes intervenciones quirúrgicas. Dos de los presuntos autores materiales del intento de feminicidio están detenidos.
Entrevistado por Humberto Cruz en ORO Noticias, Murat resaltó que en el caso de la saxofonista no habrá impunidad, y consideró urgente que todas las personas señaladas aclaren su situación.
“Es importante que todas las personas señaladas salgan a aclarar si fueron parte o no. Hay un señalamiento público en contra de Juan Vera Carrizal, debe salir a aclarar si estuvo o no implicado”.
En este sentido, el mandatario estatal oaxaqueño reiteró que “la ley va a aplicarse, pero yo veo que el silencio otorga, y creo que hay que entrarle”, agregó.
La Fiscalía del Estado tiene a su favor no solo el presunto señalamiento directo de María Elena a su ex pareja Juan Vera Carrizal, sino los indicios jurídicos de las sábanas de las llamadas telefónicas.
“Eres una puta, una muerta de hambre, sin mí no vas a hacer nada…”, le escribía el exdiputado, ha revelado su hermana Silvia, quien ha guardado los mensajes y archivos que se enviaron por años.
En julio de este año se hicieron la última llamada. Él lloraba y pedía que volvieran. Ella se negó, según ha contado Malena a su hermana desde la cama del hospital y los mensajes de WhatsApp.
“Él era un celoso, la agredía mucho, la insultaba… Y además la seguía, no solo a ella, a mí también, para ver dónde estaba. Eso es lo que expresan los mensajes”, ha revelado Silvia Ríos a los medios.
Aludiendo a la historia, el gesto que significaba muerte del gladiador caído en el coliseo romano reviste singular trascendencia en este caso por diversos factores que garantizarían impunidad.
Se trata de un ex diputado local del Partido del Mandatario, el Revolucionario Institucional (PRI), además que se trata de un poderoso cacique empresarial en Huajuapan de León, en la Mixteca.
Sin embargo, según logramos establecer, las investigaciones ministeriales pueden dar un giro radical respecto de la identidad de la probable autora intelectual y el probable autor material.
Ambos probables responsables están vinculados a la familia del ex legislador priista, lo que echaría gasolina al fuego del escándalo global por el primer ataque con ácido a una mujer en Oaxaca.
Así es, pues, que este probable crimen de odio contra la joven saxofonista oaxaqueña María Elena Ríos Ortiz tiene todavía muchas aristas que representarían grandes sorpresas criminológicamente.
Hasta ahora el exdiputado local priista Juan Vera Carrizal no ha sido detenido, a pesar de ser acusado directa y personal telefónicamente por la víctima, minutos después del ataque con ácido.
Mientras el ácido destruía su piel, en medio de la agonía en la camilla de una ambulancia, marcó su número. “Fuiste tú. Lo sé”, según reveló su hermana Silvia en las investigaciones y a los medios.
El rostro de María Elena Ríos Ortiz, de 26 años, estaba siendo destruido. El químico altamente corrosivo penetraba y destruía sus mejillas, su boca, su cuello, su pecho, sus brazos, sus piernas.
“Mejor me hubiera matado”, ha dicho a su hermana en el infierno que vive desde hace cuatro meses en el Hospital Valdivieso y el Instituto Nacional de Rehabilitación de Quemados de la CDMX.
A la llamada telefónica de la víctima se suma la denuncia de su hermana Silvia: “Nosotros sabemos que fue él. Su nombre es Juan Antonio Vera Carrizal, él es un exdiputado, empresario gasolinero”.
Los médicos pronostican un tratamiento de años para su recuperación, ha perdido un ojo y la movilidad de la mitad de su cara. Le han injertado piel de su espalda que ha rechazado su cuerpo.
Aunque el empresario mixteco interpuso un Juicio de Amparo para saber si se cuenta con alguna orden de presentación o detención, el tribunal mediático global lo ha sentenciado y condenado.
Por el amparo solicitado el pasado 27 de diciembre ante el Juzgado Cuarto de Distrito y que le fue concedido al día siguiente 28 del mismo mes el exdiputado priista pagó una fianza de 3,500 pesos.
Con el otorgamiento de la suspensión provisional a su favor, Vera Carrizal logró ganar tiempo para abandonar el municipio de Huajuapan de León y huir a la Ciudad de México para evitar su captura.
@efektoaguila
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