La neumonía es una infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones. En México es la novena causa de mortalidad en población de todas las edades, pero es la cuarta en menores de uno a cinco años y la séptima en mayores de 65, afirmó Gabriel Escobedo Arenas, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala
Ocasionada generalmente por bacterias, y en menor proporción por virus y hongos, afecta en particular a niños en ese rango de edad y a adultos mayores, “pero los jóvenes no se salvan de padecerla”, aclaró.
Cuando se detecta a tiempo es controlable; ante las primeras manifestaciones, que llegan a confundirse con una gripe, se debe acudir al médico y evitar autorrecetarse, recomendó el neumólogo en el marco del Día Mundial contra la Neumonía, que se conmemora este 12 de noviembre.
“Aunque es posible controlarla mediante intervenciones sencillas y tratamientos de bajo costo, que van de 150 a 200 pesos, hace falta que los pacientes lleguen a tiempo con el médico. Además, cuando nos automedicamos enmascaramos el cuadro clínico, y cuando florece la enfermedad lo hace con mayor fuerza y se requieren fármacos más costosos”, advirtió.
El académico señaló que la neumonía es una enfermedad prevenible y existe una vacuna antineumococo 100 por ciento efectiva, que debe aplicarse de forma anual junto con la de influenza, y que forma parte del esquema de vacunación.
Información de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que es la principal causa individual de mortalidad infantil en el mundo. Se calcula que en 2015 provocó el deceso de 920 mil 136 niños menores de cinco años, que representan el 15 por ciento de las defunciones de infantes en ese rango de edad.
Está presente en todo el orbe, pero su prevalencia es mayor en el África subsahariana y Asia meridional. Cuando es causada por bacterias puede tratarse con antibióticos, pero sólo un tercio de los niños que la padecen reciben los fármacos adecuados, señala el organismo internacional.
Factores de riesgo
Los pulmones están formados por pequeños sacos llamados alvéolos, que en personas sanas se llenan de aire al respirar. En los enfermos estos órganos están llenos de pus y líquido, lo que hace dolorosa la respiración y limita la absorción de oxígeno, explica la OMS.
La llamada “neumonía adquirida en la comunidad” es la más común y se propaga al inhalar los virus y bacterias, y por vía aérea, en las pequeñas gotas que producen tosidos y estornudos, comentó el profesor de la materia de Aparato Respiratorio en la FES Iztacala.
Los factores de riesgo son, en los menores, no haber recibido pecho materno. “Es un predisponente, al cual se puede sumar la desnutrición, el hacinamiento, las malas condiciones de la vivienda y padres fumadores”.
En adultos mayores de 65 años el problema principal es el tabaquismo, pero también se deben tomar en cuenta factores concomitantes como la diabetes y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, además del uso de esteroides, pues bajan las defensas y favorecen la aparición de infecciones.
Ante síntomas como tos acompañada por expectoración (flema), fiebre de más de 39 grados y un ataque al estado general (cuando la persona se siente muy mal), se debe considerar que tenemos neumonía, padecimiento que se puede diagnosticar en un consultorio mediante auscultación, y la mayoría de las veces con la revisión clínica es suficiente para iniciar el tratamiento, detalló el universitario.
Si hay dudas es recomendable hacer estudios para corroborar el diagnóstico, como una radiografía de tórax o análisis de sangre y flema, añadió.
Se debe valorar la hospitalización si las condiciones son críticas, como insuficiencia respiratoria: en el caso de los niños, cuando respiran en forma ruidosa y se les mueve la pancita y el pecho al mismo tiempo, y en adultos, cuando además la falta de oxigenación al cerebro provoca deterioro intelectual.
Finalmente, Escobedo Arenas recomendó procurar la lactancia, ofrecer a los menores una buena alimentación, reforzar las medidas de higiene y evitar cambios bruscos de temperatura y aglomeraciones. Para los adultos, no fumar, porque este hábito disminuye la defensa más importante del pulmón y lo predispone a infecciones con cierta regularidad.
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