Alrededor de una docena de trabajadores sin papeles latinoamericanos fueron despedidos del club de golf Trump del condado de Westchester, en el Estado de Nueva York, el pasado 18 de enero, en pleno pulso del presidente de Estados Unidos para lograr construir un muro en la frontera con México con el que quiere combatir la inmigración irregular, según avanzó este sábado The Washington Post.
Los despidos, conocidos a través de entrevistas con los afectados y su abogado, tuvieron lugar mes y medio después de que trascendiera el empleo de también mano de obra extranjera irregular en el club que la familia Trump posee en su selecto club de Bedminster (Nueva Jersey). En concreto, The New York Times publicó a primeros de diciembre que la mujer que hacía la cama del presidente en dicho complejo era una trabajadora indocumentada. Los empleados en su situación también fueron despedidos.
El mandatario que ha hecho de su discurso contra la inmigración irregular una de sus grandes señas de identidad habría estado utilizando durante años, según estas informaciones, mano de obra indocumentada. En el caso de Westchester, a los trabajadores despedidos este mes se les comunicó que la compañía acababa de auditar sus documentos migratorios –presentados por estos trabajadores hace ya años- y había detectado que eran falsos.
El representante legal de los trabajadores de Westchester, Aníbal Romero, sostiene, sin embargo, que la familia sabía de la situación legal de estas personas desde hace tiempo.
Algunos empleados aseguran haber trabajado en el club desde 2005 o también haber llegado a ganarse suficiente confianza de sus patrones como para tener una copia de las llaves de casa de Eric Trump, el segundo hijo varón del magnate y presidente. Eric Trump declaró que están tratando de identificar a todos aquellos empleados que utilizaron documentación falsa para “lograr un trabajo de forma ilegal”. Desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca, son sus hijos mayores, Donald junior y Eric, quienes gestionar su red de hoteles de campos de golf por todo el mundo.
La noticia sale a la luz tan solo un día después de que Trump haya cedido a la presión y llegado a un acuerdo con los legisladores para reabrir el Gobierno federal durante un plazo de al menos tres semanas, después de 35 días cerrado, mientras sigue pugnando por una primera partida presupuestaria de 5.700 millones de dólares para la construcción del famoso muro. La Administración entró en un cierre a finales de año parcial cuando los legisladores fueron incapaces de pactar un proyecto de ley de financiación para su funcionamiento, desacuerdo que consistía básicamente en el dinero para la polémica obra en la frontera mexicana. Estas tres semanas solo son una tregua: Trump sigue reclamando el muro.
El País.
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