Rebelión ascendente contra la camarilla que maneja al PAN y que pretende imponer a Jorge Romero como presidente

  • La rebelión en el PAN inicia en el territorio
  • Gran enojo porque Alito se comió a Marko
  • Un senador priísta ya negocia con Morena

 

Por JOSÉ UREÑA

 

El enojo va en ascenso.

La militancia de Acción Nacional (PAN) se siente herida por muchas decisiones tomadas por la dirigencia de Marko Cortés y sus consecuencias en estados y municipios.

Le simplifico ese sentimiento:

Marko y su Comité Ejecutivo Nacional (CEN) se agandallaron los primeros lugares de las listas plurinominales para el próximo Poder Legislativo.

Al Senado de la República un escaño para ti Ricardo Anaya, otra para mí, la siguiente para Miguel Angel Yunes y ni modo de dejar fuera a Enrique Vargas -de méritos propios-y a Julien Rementería

Y a la Cámara de Diputados cuadros como Kenia López Rabadán, la reciente readquisición Germán Martínez Cázares y probemos contigo Francisco García Cabeza de Vaca para darte fuero…

Y así.

Pero esto se reproduce en entidades federativas y más abajo: si la cúpula nacional se repartió senadurías y diputaciones federales, los dirigentes estatales se arrogaron diputaciones locales y los municipios regidurías y posiciones menores.

ALITO SE ENGULLÓ A MARKO

La base panista sulfura también por las alianzas.

Todavía no asume como propia la sociedad creada con su enemigo histórico, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), para cargar con su mala fama de corrupción y fraudes electorales.

El Partido de la Revolución Democrática (PRD) no cuenta en este escenario, dada su escaso sustento popular tras los desprendimientos lópezobradoristas y porque perdió su registro.

Pero con los priístas hubo un signo casi general: Alejandro Moreno obtuvo para sus huestes la mayoría y los mejores lugares donde había ciertas posibilidades de victoria.

Es decir, aunque no logró senadores de mayoría ni gubernaturas, sí puede presumir presidencias municipales, regidurías, posiciones legislativas y espacios.

En síntesis, las heridas están abiertas y en este momento esos panistas reclaman ser escuchados para emitir su voto y participar activamente en la elección de los sucesores de la camarilla hoy representada por Marko CortésRicardo Anaya y quienes han detentado cargos en tiempo reciente.

El tema central es: ¿se abrirá el PAN?

UN PRIÍSTA PARA MORENA

1.- Los panistas ven muchas derrotas.

 Una poco conocida:

En Puebla la mayor aportación de votos el 2 de junio para el frente Fuerza y Corazón por México fue por una panista tradicional, Ana Teresa Aranda, pero la senaduría de primera minoría corresponderá al PRI.

Néstor Camarillo, quien dicho sea de pasada tiene acercamientos con el morenismo a impulso

 Jorge Estefan Chidiac, priísta hasta cuando Alejandro Moreno le negó más posiciones.

Se fue al partido del gobierno federal con gran varios diputados poblanos y ahora busca hacer un gran favor al régimen porque, si se lleva a Camarillo, Morena y Claudia Sheinbaum estarían a uno o dos votos de alcanzar la mayoría calificada en el Senado de la República.

Trascendente, ¿verdad?

Y 2.- mañana miércoles habrá un debate interesante en Radio Fórmula con Azucena Uresti.

Estarán los tres aspirantes a presidir al PAN, el candidato oficial Jorge Romero, la disidente Adriana Dávila y Damián Zepeda.

Está por verse si luego se inscribe Kenia López Rabadán, pero de momento ellos podrán contrastar posiciones para saber si hay proyecto de refundar al partido y generar una oposición real.

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