Zapatero viaja a Caracas en un avión de la petrolera venezolana

Un avión Falcon, propiedad de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), trasladó desde República Dominicana hasta Caracas a José Luis Rodríguez Zapatero en la noche del lunes. En la mañana de ayer, bien temprano, el ex presidente del Gobierno español partió desde el mismo aeropuerto con destino desconocido.

La fugaz visita, primera que realiza a Venezuela desde que en enero el Parlamento y Juan Guaidó desafiaran abiertamente a Nicolás Maduro, estuvo marcada por la sorpresa y el misterio. Según distintas fuentes consultadas por EL MUNDO, Zapatero mezcló conversaciones políticas y económicas en su diálogo con dirigentes oficialistas.

Un viaje relámpago y sorpresa “de índole particular”, subrayó el Gobierno español, que provocó la polémica de inmediato en Venezuela. Incluso cuando ya había abandonado el país petrolero, el presidente encargado negó que se fuera a reunir con Zapatero, ante la presión de medios y factores radicales de la oposición.

El Parlamento le declaró en noviembre “no admisible” como mediador, por 53 votos contra 43, después de tres años en los que el dirigente socialista fungió como facilitador de negociaciones, correa de transmisión entre ambos sectores y como muñidor en la liberación de presos políticos.

El fracaso de las negociaciones de Santo Domingo en 2018 y su apoyo a las elecciones presidenciales acabaron con su papel de mediador, tomando partido entonces abiertamente por las tesis bolivarianas. Zapatero dio por buenos aquellos comicios, pese al desconocimiento de 60 países, incluida España. Posteriormente, Madrid reconoció a Guaidó como presidente interino y Pedro Sánchez descalificó a Maduro: “Es un tirano”.

“Apelo a Europa, EEUU y las máximas autoridades para apoyar la negociación en Venezuela. Es un argumento fundamental”, sostuvo en febrero Zapatero durante una entrevista en Globovisión, canal comprado en 2013 por empresarios cercanos al chavismo.

La visita relámpago también estuvo relacionada con Interbanex, plataforma cambiaria privada que funciona en el país petrolero desde finales de enero, autorizada por el Banco Central de Venezuela (BCV), a pesar del férreo control de cambio que el Gobierno mantiene desde 2003.

De acuerdo con fuentes bancarias, el ex presidente sirvió de puente entre el Gobierno de Nicolás Maduro y los dueños de Interbanex, permitiendo que se autorizara la activación de la plataforma, que en un principio ofrecía una tasa más atractiva que la del dólar paralelo, referencia de la mayoría de los precios de la economía. En medio de la escasez de dólares y euros, los empresarios se ven obligados a importar la mayoría de sus insumos y productos a través del mercado negro.

“Fue Zapatero quien introdujo a la gente de Interbanex ante el Gobierno, pero parece que el negocio no ha funcionado bien. Sus dueños se dedicaban a adquirir fondos buitres en otros países”, aseguraron a EL MUNDO fuentes bancarias con directo conocimiento de las conversaciones. El diputado opositor José Guerra, una especie de ministro de Economía en la sombra, también mantiene que Zapatero está relacionado con Interbanex.

De los dueños de Interbanex (Interban Exchange C.A.) poco se sabe. Fue creada por dos accionistas: Ampajesu S.L., fundada en 2018 en Granada (España), por Manuel Fajardo García y Carlos García Navarro, y Bull Equity Managment LTD, empresa creada en 2017 con sede en Barbados.

La Comisión de Contraloría del Parlamento venezolano citó en febrero al presidente del BCV, Calixto Ortega, para que explicara quiénes estaban detrás de Interbanex y por qué se escogió esa empresa para liderar el sistema cambiario venezolano. La instancia también investiga a los socios de Interbanex, aclaró el presidente de la comisión, Freddy Superlano.

El diputado aseguró que uno de los dueños de Bull Equity Managment es Dionisio Sifontes Santos, “vinculado a escándalos de corrupción y muy cercano al vicepresidente económico, Tareck El Aissami”.

con información de El Mundo

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