La secretaria de Justicia de Puerto Rico, Wanda Vázquez, prestó juramento como tercera gobernadora de la isla en cinco días. No tiene secretario de Estado, ni un nuevo secretario de Justicia para reemplazarse, ni una variedad de otros ayudantes y funcionarios, ni el deseo de hacer el trabajo.
Vázquez había dicho que solo prestaría juramento después de que la corte suprema del estado libre asociado de Estados Unidos expulsara este miércoles al sucesor elegido por Ricardo Rosselló, Pedro Pierluisi quien fue elegido como secretario de Estado, el siguiente en la fila después de que Rosselló renunciara.
Pero los jueces dictaminaron por unanimidad que Pierluisi violó la constitución de la isla cuando reclamó la oficina del gobernador la semana pasada, ya que nunca fue confirmado por el Senado local.
Vázquez era la siguiente en la línea de sucesión. Llega al cargo ya envuelta por un aire de crisis, enfrentando una investigación ética propia, rodeada de funcionarios que Rosselló designó en sus últimos días en el cargo y excoriada por los manifestantes como otro miembro de una clase de liderazgo desacreditada.
“El verdadero comodín que tenemos en este momento es que no estamos seguros de cuánto tiempo quiere permanecer en el cargo”, asegura Amílcar Antonio Barreto, un politólogo de Northeastern University en Boston que estudia a Puerto Rico.
La decisión del tribunal prolongó la crisis enredada que se ha apoderado de la isla durante semanas. Los manifestantes llenaron las calles del Viejo San Juan el mes pasado para exigir la destitución de Rosselló después de que las conversaciones filtradas mostraran a su administración menospreciando a rivales y residentes comunes. Si bien la Cámara de Representantes local aprobó la semana pasada a Pierluisi, el presidente del Senado Thomas Rivera Schatz demandó el domingo para obligar a Pierluisi a retirarse.
El tribunal superior estuvo de acuerdo, y escribió que su orden entraría en vigencia de inmediato.
‘Momento sin precedentes’
“Puerto Rico está viviendo el momento más importante de su historia democrática”, escribió la presidente del Tribunal Supremo, Maite Oronoz Rodríguez. “El verano de 2019 será recordado como el momento sin precedentes en que los puertorriqueños, de todas las edades, ideologías, antecedentes y credos, salieron a las calles para exigir más de su gobierno”.
Aun así, dijo que no era trabajo de la corte expresar la voluntad del pueblo, sino permanecer fiel a la constitución de Puerto Rico. Dijo que Pierluisi no podría ser gobernador sin haber sido elegido democráticamente o confirmado por la legislatura.
Vázquez, de 59 años, se posesionó a las 5 de la tarde. No habló, no hizo preguntas y mostró una expresión solemne marcada por sonrisas escasas para la cámara. Asumir el trabajo la lleva a un centro de atención nacional repentino, incluso cuando se enfrenta a una revisión de su conducta como jefe de policía de Puerto Rico por la Oficina de Ética del Gobierno de la isla. Pero en una declaración preparada, dijo que su objetivo es traer estabilidad.
Pierluisi dijo en un comunicado que la apoyaría hasta las elecciones en 2020. “Este es un momento para la unidad de propósito”, dijo.
Con Información de El Financiero
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