El Zumbido del Moscardón
Alejandro Leyva Aguilar
Las reformas a la ley de energía que pretende regresar el monopolio de la producción de energía a la Comisión Federal de Electricidad, es seguro que le traerán a México, litigios internacionales por ser estas contrarreformas, adversas al Tratado Comercial de América del Norte (T-MEC).
El viernes pasado, el peje presentó una contrarreforma que contiene modificaciones a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de México, además de diversos transitorios entre los que destaca que se elimina el párrafo por el que el ejecutivo contaba con los órganos reguladores coordinados en materia energética, lo que es lo mismo La Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
Propone además que el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), vuelva a formar parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), con lo que desaparecen todos los mercados de electricidad para que la estatal, sea una empresa integrada nuevamente, desapareciendo las filiales constituidas en la reforma y que toda la energía que se despache en el país sea comprada por CFE con lo que los privados solo podrán llegar al 46 por ciento de la generación.
Con esta contrarreforma, CFE y Petróleos Mexicanos (PEMEX), dejarán de ser empresas productivas y se volverán organismos que velen por el derecho al acceso de la energía de toda persona en el país.
Esta propuesta contempla también que el litio (indispensable para el almacenamiento de la energía), solo podrá ser explotado y adquirido por el Estado Mexicano, esto nos lleva a un nuevo sistema eléctrico en el cual el Estado recupera la conducción al través de la CFE que se convierte en el organismo responsable de su planeación y control, autónomo en el ejercicio de sus funciones y administración.
Monopolizar la producción y distribución de la energía en el país, que es el ánimo de la contrarreforma, es violatorio a los preceptos de cooperación de las naciones (Canadá, Estados Unidos y México) que firmaron el T-Mec y a los tratados internacionales que ha firmado nuestra nación. De ser aprobada esta contrarreforma provocará juicios internacionales y los árbitros tendrán que intervenir.
Y es que Canadá y Estados Unidos pusieron candados para que México no hiciera una contrarreforma energética, al través de un artículo del tratado comercial entre los países firmantes del T-Mec, que hace alusión al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT).
Al hacer cambios que violen esos acuerdos y restrinjan la apertura vigente, México enfrentaría represalias y tendría que resarcir los daños consecuentes, además de que correría el riesgo de que sus dos poderosos socios comerciales, denunciaran el T-Mec, un tratado que ha impulsado el comercio exterior y las inversiones en la economía mexicana por miles de millones de dólares anuales.
¿Por qué quiere el peje matar a la gallina de los huevos de oro?, desde la visita de Díaz-Canel, Daniel Ortega y Nicolás Maduro a México, don López ha endurecido el discurso hacia los Estados Unidos, pero una cosa es abrir la boca y otra meterse con los dineros de los gringos, lo que puede pasar, no es algo que ni la Cancillería y mucho menos el loco de Macuspana hayan medido.
Me parece que el peje trata de ser un mal émulo de Lázaro Cárdenas cuando expropió el Petróleo y se vistió de gloria el michoacano, que tuvo que pagar un precio muy alto por las indemnizaciones tras la expropiación. Entonces miles de mexicanos le llevaron hasta chivos, gallinas y guajolotes para pagar la deuda contraída.
Yo no creo que en este México donde las nuevas tecnologías abundan y la inmediatez de la información es una constante, haya un solo mexicano que se deshaga de sus cosas para llevarlas a la presidencia de la República y se las regale al peje para que pague las deudas de las muchas demandas internacionales que enfrentará, si se aprueba la contrarreforma.
¿Acaso quiere que Estados Unidos nos imponga un embargo comercial como el que le aplica a la Isla de Cuba justamente por no pagar las indemnizaciones tras las expropiaciones que hizo el gobierno de Castro?
Carlos Salinas de Gortari hizo muchas cosas buenas y entre ellas un tratado de libre comercio con los vecinos del norte que, a la vuelta de los años, de las décadas, le representa a México transacciones comerciales de miles de millones de dólares al año. Si le sumamos que estamos en la reactivación económica post COVID, el T-Mec es indispensable en dicha reactivación.
Luego entonces es una brutalidad correr riesgos innecesarios poniéndole trabas a nuestros socios comerciales, es un contrasentido que le va a pesar mucho a México pero nos va a pesar más a los ciudadanos porque no habrá inversión de esos países en el nuestro y la economía, de por sí jodida, empeorará.
Si el peje quiere vestirse de héroe, no debe ser a costa del desarrollo del país.
@leyvaguilar
Instagram: leyvaguilar
Facebook: FranciscoAlejandro.LeyvaAguilar
Sé el primero en comentar