Ante la violencia contra las mujeres y la falta de seguridad, trabajar desde casa, elaborar artesanías tejidas y expenderlas vía internet es la opción que le queda a Magda Soberanes, habitante de Santa Clara, víctima de un intento de feminicidio.
La artesana sale únicamente a comprar material para tejer sus productos y cuando tiene que ser partícipe de alguna marcha o encuentro con los colectivos femeninos, en los que ha encontrado un respaldo, un eco y una protección para salir adelante en un municipio al que le cambiaría el nombre a “Ruleta Rusa”.
Madre de tres hijos, uno de 10 años con discapacidad y dos niñas de cinco y 12 años de edad, Magda Soberanes respondió a Notimex que desde que fue víctima de intento en feminicidio se convirtió en activista y en apoyo a otras mujeres que han sufrido la violencia de género.
“Ser sobreviviente me llevó a descubrir que como mujeres sufrimos violencia desde que nacemos mujeres, violencia en casa, en las calles, en el transporte y en las instituciones gubernamentales, donde siguen minimizando lo que sufrimos las violentadas”, dijo.
Puntualizó que ahora la lucha ya dejo der ser suya por lo que le pasó, pasaje que prefiere no recordar, y ahora es por sus hijas, porque ellas empiezan a sufrir esa violencia de género en sus colegios y en la calle. “Ahora me uno a estos colectivos, a estos movimientos para encontrar un cobijo con otras mujeres”, sostuvo.
La tejedora de su propio destino indicó que el tener un trabajo fijo significa dejar solas a sus hijas por mucho tiempo, por lo que decidió autoemplearse y desarrollar una red de artesanas en Santa Clara, y promocionar sus productos en redes sociales.
“Eso nos da un poco más de tiempo para estar pendientes de nuestros seres queridos. Bajo una técnica japonesa, realizo el tejido de bufandas, gorros, muñecos y objetos varios. Antes podía salir a los bazares, pero la violencia a las mujeres me limita para salir a buscar el sustento”, mencionó.
Por eso es madre y activista, por lo que además de ser parte del movimiento de colectivos feministas, está por formar su propio grupo, que se llama Raíces Colectivas.
“Esta página es para que las mujeres del pueblo tengan un espacio para impulsar sus actividades artísticas y artesanales, además de encontrar otras áreas de desarrollo.
“Tenemos que crear nuestras propias redes, para que haya comunicación constante e incluso estoy por hacer el curso de defensa personal para mujeres y ofrecerles una opción de cómo hacer frente a la violencia en las calles”, aseguró.
En el marco de la entrega del pliego petitorio para erradicar la violencia a las mujeres en Ecatepec, ante autoridades del gobierno local, la rabia y el miedo invadieron la mente y el cuerpo de Magda Soberanes, al ver que entre los funcionarios había uno que ya la había amenazado.
“En su momento fue delegado de Santa Clara; en una ocasión hice un evento para visibilizar la violencia de género y hablar de feminicidios; pero ese funcionario me saco violentamente y me exigió que ya le parara. Ahora está aquí, es influyente de un partido político y no dije nada para no entorpecer nuestra demanda colectiva”, comentó.
El rostro de la mujer se relajó cuando una oficial de la policía municipal le anunció que la llevarían en una patrulla hasta su casa. “Creo que Ecatepec debería cambiar de nombre y llamarse ‘Ruleta Rusa’, porque ante tanta incertidumbre no sabes cuándo te convertirás en una cifra más de los feminicidios”, dijo.
La activista afirmó que el municipio aún sigue sin vigilancia continua en calles, donde las cámaras del C5 sólo están de adorno, donde los botones de alerta no funcionan, donde los policías siguen tratando con frialdad a las mujeres violentadas y los funcionarios siguen sin saber qué es la perspectiva de género.
“Lo importante es que hay esperanza de que todo esto cambie y el movimiento de mujeres continuará para siempre; vamos avanzando, ya tenemos el compromiso del alcalde de Ecatepec de cumplir nuestro pliego petitorio y ya empezaremos a trabajar para lograrlo”, expuso la tejedora.
Por David Fernández Hummel
NTX/DFH/VGT
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