En el inicio de una conversación crucial para apaciguar la crisis por Ucrania, el jefe de la diplomacia de Rusia, Serguéi Lavrov, aseguró este viernes en Ginebra, que su país “no espera avances”, mientras su homólogo de Estados Unidos, Antony Blinken, reiteró que una invasión tendrá serias consecuencias, aunque siguió apostando por una solución diplomática, por lo que pidió a su homólogo ruso pruebas de que no planean invadir Ucrania.
El secretario de Estado de Estados Unidos insistió en que la respuesta de Washington y sus aliados si Rusia decide ir más allá de la frontera con Ucrania será “unida, rápida y severa”.
Se espera que la reunión, que se celebra en un hotel de lujo a orillas del lago de Ginebra, dure unas dos horas. Para Washington, la perspectiva de una incursión militar de Rusia en Ucrania es cada vez más probable pues decenas de miles de soldados están desplegados en la frontera ucraniana.
El Kremlin niega cualquier intención bélica, pero condiciona la desescalada a tratados que garanticen que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no se expandirá y a la retirada de facto de la Alianza Atlántica de Europa del Este. Unas condiciones que los occidentales consideran inaceptables.
A pesar de estas diferencias, estadounidenses y rusos siguen conversando.
VÍA | UNO TV
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