En París, Francia, la policía se enfrentó este sábado contra manifestantes que protagonizaban el cuarto fin de semana de protestas pública de “chalecos amarillos” (o ‘gilets jaunes’ en francés) contra el gobierno del presidente Emmanuel Macron.
Los agentes dispararon balas de goma y cientos de gases lacrimógenos contra los participantes en las protestas, algunos de los cuales habían incendiado varios vehículos en la zona.
Al cierre de la jornada, el ministro del Interior, Christopher Castaner, dijo que 135 personas resultaron heridas, incluidos 17 policías. Castaner dijo que 1.385 personas fueron llevadas para ser interrogadas y 974 estaban bajo custodia.
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Dos fotógrafos del periódico Le Parisien fueron alcanzados por proyectiles. Uno fue trasladado al hospital cuando se acercaba el atardecer en una ciudad aún en shock por los disturbios del fin de semana pasado, el peor que ha golpeado la capital francesa en décadas. Una residente de París, la profesora Francesca Testi, tuiteó un video de manifestantes rompiendo lo que parecía ser un café.
También se prendieron fuego a los neumáticos, pero como la policía antidisturbios superó a los manifestantes en una proporción de dos a uno, no hubo ninguna de las escenas violentas que atrajeron la atención internacional hace una semana.
Mientras tanto, al otro lado del Atlántico, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, criticó las protestas en París, que comenzaron en protesta contra un impuesto ecológico sobre la gasolina, y subrayó su decisión de no firmar el Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático.
Los reporteros de CNN en el lugar de los hechos dicen que la única vez que escucharon que se mencionaba a Trump fue en una broma.
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