Joel Hernández Santiago
Según el gobierno federal, ya todo está listo para que a partir del 1 de junio comience la “nueva normalidad”. Esto es, que comenzarán a funcionar algunos servicios esenciales y factores de la producción que muevan a la economía nacional, que ya venía en condiciones muy precarias apenas en enero de este año y que por la pandemia se agrava aún más.
Esto es que, a pesar de que en la mayor parte del país se está en semáforo rojo que, según las mediciones del Sistema Nacional de Salud, es mientras hay altos riesgos de contagio entre la población y cuando los hospitales y el servicio médico están saturados por enfermos de Covid-19., pues aun así “el mercado tiene que moverse” según la consigna presidencial y hay que entrar a esa “nueva normalidad”
(El periodista Gerardo Galarza lo pregunta así: “¿”Nueva normalidad”? ¿”Regreso a la nueva normalidad”? ¿De veras? ¿Cómo calificar de novedad lo normal, lo usual, lo cotidiano? O ¿cómo calificar lo nuevo como lo nuevo? ¿Cómo regresar a lo nuevo, a lo que no existía?)
Desde abril pasado se invitó a la población a resguardarse en su casa para evitar contagiar o contagiarse, muchos negocios tuvieron que cerrar por lo mismo. Esto llevó a que los empresarios –sobre todo los medianos y pequeños empresarios- no tuvieran recursos para sostener su nómina de pagos, sin ingresos fijos, por tanto aumentó el desempleo de forma estrepitosa.
Según el Instituto Mexicano de Estadística y Geografía (INEGI), de las 95.7 millones de personas económicamente activas, de enero a marzo de 2020, apenas poco menos del 60 por ciento (57.3 millones) estaban empleadas; que durante el primer trimestre de este año, los desocupados aumentaron 3.5 por ciento de la población económicamente activa (PEA)…
… Pero que en abril del 2020 se perdieron alrededor de 555 mil puestos de trabajo en el país, más los que se acumulen en mayo y adelante. El Bank of America estimó en mayo que México perderá 1.2 millones de empleos en el 2020, debido al confinamiento por la pandemia, aunque el gobierno federal anunció que este año se crearán 2 millones de nuevos empleos… y así.
El tema es que por dos razones al gobierno mexicano le urge mover la economía nacional. Por un lado por las presiones del gobierno de Estados Unidos que insiste en que México debe abrir las operaciones de empresas vinculadas con la economía estadounidense: “para no impedir la cadena de producción”. El presidente de aquel país sabe que lo consiguió y felicita al gobierno de su ‘amigo López Obrador’ por su colaboración….
Por otra parte si, la crisis económica de México, que ya se dejaba sentir a principios de este año. En enero de 2020 el INEGI dio a conocer que la economía mexicana registró en 2019 su primera contracción (de -0.1%) para todo un año, por primera vez en una década tras hilar cinco trimestres consecutivos sin crecimiento.
… Y aún más: el mismo Instituto anunció que de enero a marzo de 2020 el Producto Interno Bruto de México se fue a la baja de 1.2 por ciento, lo que resultó en una pérdida real por 227 mil 937 millones de pesos.
En gran medida todo esto hizo que el presidente anunciara que en adelante se dejará de usar el PIB como medida de crecimiento en el país y que él establecerá una regla de medición basada en “la felicidad” social.
Como quiera que sea a partir de junio 1, según la escala establecida por las autoridades, abrirán actividades: “Minería, construcción, fabricación de equipo de transporte, producción de cerveza y sus cadenas de producción, parques al 30% de su capacidad para que la gente pueda salir a caminar y hacer ejercicio al aire libre, protocolos para cada actividad económica con medidas de salud pública en el trabajo, reglas de operación con flujos, distribución de empleados y clientes y señalización para cada uno.”
El presidente insiste en que así debe ser. Y el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell Ramírez que sigue instrucciones dice que “la curva Covid-19 ya se aplanó”, aunque las cifras que se conocen día a día van en crecimiento, como también los fallecimientos por la enfermedad fatal. Acaso en esta ocasión ya se aceptó el cubre bocas como elemento indispensable para salir al exterior, en particular en el transporte público y lugares en donde la proximidad sea inevitable…
El problema sigue siendo de autoridad. Ya se vio a mediados de mayo cuando el presidente dijo que pronto se anunciaría la “nueva normalidad”, la gente comenzó a salir a la calle suponiendo que el problema terminó y que la salud no está en riesgo, lo que es fatalmente equivocado porque las cifras demuestran lo contrario.
En todo caso están las advertencias de la Organización Mundial de la Salud en el sentido de que mientras la pandemia esté en línea de crecimiento se debe mantener el confinamiento domiciliario bajo toda circunstancia y que hay que evitar un relajamiento que puede resultar en cifras trágicas. Ojalá no ocurra esto en México, de lo contrario sabemos quién podría ser responsable de asumir estas medidas como solución económica-política y no de salud.
Y sí se entiende que en muchos casos hay personas que tienen, que deben salir al exterior para cumplir responsabilidades de salud de abasto y servicios indispensables, pero de no ser así será mejor mantener el resguardo, aunque…
En adelante corresponde a los mexicanos, uno a uno, decidir si deja el aislamiento indispensable para evitar el contagio, la enfermedad y un final no deseado, o bien permanecer en domicilio aun el tiempo suficiente para dejar pasar la tormenta y salir ilesos. Ojalá sí.
joelhsantiago@gmail.com
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