*El científico social nacido en la ciudad de Nueva York, aportó una serie de claves analíticas para comprender el funcionamiento del sistema capitalista
Immanuel Wallerstein (1930-2019), sociólogo estadunidense, teórico imprescindible del pensamiento crítico y activista político, falleció a la edad de 88 años.
Comenzó su larga trayectoria teórica siendo estudioso de África, enarbolando el pensamiento del caribeño Frantz Fanon como una de sus estaciones de arribo impostergables. Tiempo después, asumió la imposibilidad de comprender fenómenos como el racismo o la explotación sin mirarlos desde una perspectiva más amplia, en sí misma global e histórica (es necesario aclarar que nunca abandonó la relectura de la obra de Fanon, autor de Piel negra, máscaras blancas).
Tal esfuerzo por teorizar procesos globales y de gran amplitud temporal, lo consolidó en su monumental obra que intituló El moderno sistema mundial (1974), en la cual ofrece un riguroso recorrido histórico a partir del largo siglo XVI y hasta las décadas iniciales del siglo XX; en tal análisis retrospectivo, Wallerstein describió, analizó e interpretó procesos como el cambio de la economía feudal hacia otro tipo de relaciones de producción propias de la expansión europea por sobre sus fronteras geográficas; aspectos como la colonización tanto de América y África, y los efectos en la vida social de fenómenos como la Revolución Industrial y la Revolución Francesa. La pretensión del profesor Wallerstein era desentrañar el funcionamiento de esa economía-mundo que él consideró como perjudicial para la vida en el planeta: el capitalismo.
El moderno sistema mundial es una obra conformada por cuatro volúmenes, la cual es una lectura totalmente impostergable para quien desee comprender los procesos de explotación, saqueo, despojo y racismo producidos desde el Centro y experimentados en la Periferia (tal como a Wallerstein le pareció oportuno designar a esos fenómenos producidos desde los países colonizadores y padecidos por —evocando a Fanon— los condenados de la Tierra).
Esta trinchera historiográfica que el sociólogo estadunidense enarboló como uno de los ejes principales de su teoría, ha sido parte de su deuda intelectual con el historiador francés Fernand Braudel, conocido por su desarrollo del concepto Larga Duración, el cual le atribuyó a procesos históricos que experimentan fluctuaciones durante el paso del tiempo; pero perduran en su matriz original con respecto a la vida cotidiana de las sociedades.
Immanuel Wallerstein visitó varias veces nuestro país, específicamente dentro de su faceta de intelectual comprometido con las causas de los sectores populares; esto se ejemplifica al nombrar sus recurrentes participaciones en encuentros de intelectuales organizados por las comunidadez zapatistas en Chiapas. Es muy recordada su participación durante el año de 2007 en el “Primer Coloquio Internacional In Memoriam Andrés Aubry”, efectuado en San Cristobal de Las Casas.
Con su fallecimiento, el pensamiento crítico desde las Ciencias Sociales ha perdido no sólo a un teórico de una calidad altísima, sino también —y principalmente— a un buscador del cambio social: hoy ha muerto un enemigo acérrimo del capitalismo; hoy ha muerto Immanuel Wallerstein.
Por Mario Bravo Soria
NTX/MBS
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